- Creo que hay una razón de por qué mi hermano está haciendo esto.- Habló Thor, rodeado de sus nuevos compañeros de equipo.
- Por favor no digas que lo hace por amor.- Tony hablo con su usual tono sarcástico, mientras rodaba los ojos. Thor se lo que...
La pequeña niña de 7 años caminaba por los pasillos del castillo. Estaba buscando a su mentora, quien le ayudaba a desarrollar sus poderes. Frigga, la esposa del rey y por lo tanto reina de Asgard.
A la pequeña la habían acogido a la corta edad de tres años, cuando sus poderes comenzaron a manifestarse.
Llego el secreto a voces a la reina de Asgard, una pequeña podía controlar el fuego. Bueno no controlarlo, pero comenzaba a quemar cosas sin tener la intención de hacerlo.
La hermosa reina decidió hacerse cargo de ella, con el permiso de sus padres. Que no estaban muy felices de tenerla, la reina hizo que la pequeña niña se mudará al castillo, tratandola así como si fuera su hija, junto a Thor y Loki.
Cuando llegó junto a la hermosa mujer comenzaron a entrenar, pasaron horas y la niña ya estaba agotada.
Agotada de no poder controlarlo, agotada de tener ese poder tan destructivo. Necesitaba un descanso.
Era demasiado para una pequeña niña de 8 años pasar por todo lo que ella había pasado y por todo lo que le faltaba pasar.
De tener la responsabilidad de aprender a dominar sus "habilidades".
Cualquiera creería que tener esos "poders" sería una bendición, pero era algo monstruoso, sus sentimientos se expresaban con sus poderes, lo cual era algo malo, por que la pequeña niña era bastante explosiva.
La pequeña Agni pidió un receso a su mentora. Se sentó en el suelo y trato de serenar su mente.
Las puertas del gran salón se abrieron de par en par Y por ellas entró el pequeño escurridizo Loki.
Corrió hacia su madre y con rapidez soltó.— Cualquier cosa que el diga, no es cierto.
Lo mire curiosa, y también al cuchillo ensangrentado en su mano derecha.
Thor entró al Salón tomando su brazo izquierdo con su mano derecha.
— Se convirtió en una serpiente y me apuñalo.— Habló Thor enojado frente a su madre.
— No.—
— Si.—
— No le creas madre.— Loki Le hablo directamente a la mujer frente a ellos.
— Sigues sosteniendo el cuchillo ensangrentado.— Señaló Thor a la navaja que tenía Loki en su mano.
Loki la miró unos segundos y la escondió detrás de su espalda.— No es cierto.—
— Loki, lo que dice tu hermano. ¿Es verdad?.— Loki y Thor miraban a su madre en silencio, ante su atenta mirada.
Loki dirigió su mirada hacia al suelo arrepentido, y formuló un "Si", casi inaudible.
La pequeña seguía mirando la escena desde el suelo sentada.
— Debió ser una serpiente muy convincente.— La señora habló.
Haciendo sorprender a los pequeños presentes, todos pensaron que lo regañaria.
La pequeña se levantó y camino hacia Thor.— ¿Quieres que te acompañe a la sala de sanación?.— Pregunto con ternura, al ver que la señora Frigga y Loki se quedaron hablando sobre magia.
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El chico asintió y caminaron juntos hacia allí. Y Thor creyó que aunque la niña se llevará tan bien con Loki, ella si era tierna.
