capítulo único

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«Lo siento»

No podía sacarse esas palabras de la cabeza, daban vueltas una, y otra, y otra, y otra vez, era agotador.

Prontamente su visión se volvió vidriosa, y cubrió sus labios con la diestra tratando de retener los sollozos que luchaban por escapar. Logró acallarlos, mas perdió la batalla contra aquel mar de aflicciones deslizándose por sus oscurecidos pómulos. Estaba cansada de tanto llorar, estaba cansada de lamentarse, estaba cansada de amarla, estaba cansada de ella, estaba cansada de todo.

── Maldita sea, Rin, tu patético llanto no me deja dormir.

Una voz ajena irrumpió entre sus oídos, sacándole de golpe desde sus míseros pensamientos.

── Cállate, Megpoid. –Musitó a duras penas elevando ligeramente las comisuras de los labios. Un escalofrío recorrió su espalda cuando sintió húmedos besos ser repartidos por su desnuda piel, y se volteó de golpe hacia su adversa, chocando directamente con esos hinchados ojos verdes que tanto detestaba. Al parecer también había perdido la batalla. ── Mira quién es la patética ahora, imbécil.

No recibió respuesta, no una verbal al menos, la única acción realizada por la muchacha fue tomar posesión de los labios impropios en un agresivo beso, aunque aquello parecía más una batalla, ninguna estaba dispuesta a perder el control. Pero las necesidades básicas hicieron acto de presencia, y se vieron obligadas a renunciar al roce cuando sus pulmones clamaron por aire.

── Te odio. –Musitaron casi al unísono, pegando sus frentes con la respiración acelerada y el corazón destrozado. Porque sí, ambas entregaron su corazón a las mismas delicadas manos aún sabiendo que les dejarían caer, y ya no había arreglo para las dispersas piezas de sus almas.

«No puedo aceptarte»

Las dos recibieron esas palabras en respuesta al amor que sentían, y en aquella fría y oscura noche buscaban sentir el calor humano que tanto les hacía falta, no importaba quién, no importaba dónde, el cuándo lo era todo, y ese "cuándo" se transformó en el "ahora" que anhelaban.

¿Gracioso, no? Estaban allí, fingiendo el ser amantes para llenar el vacío que la flor más hermosa del jardín había dejado en sus ya marchitas vidas, trataban sentirse vivas a través de la piel ajena a pesar de odiarse con todas sus fuerzas.

Pero no era suficiente.

No, jamás sería suficiente.

A que no se lo veían venir

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A que no se lo veían venir.

Esto fue tan sólo un experimento, sigo odiando el Rumi, pero quería ver si escribiendo algo con ellas se me pasaba un poco ese sentimiento.

Honestamente no me sentí incómoda haciéndolo, ¿Quizá al fin estoy progresando? Aunque bueno no se si valga de mucho, porque ambas son infelices aquí–

Esa tercera persona mencionada en el relato puede ser la mina que ustedes quieran, pero vamos, creo que ya deben saber a quién tenía en mente mientras escribía esto, ¿No?

Es cortito porque como dije antes, estaba experimentando, de hecho no tenía planes de publicarlo, pero me gustó el resultado así que se los muestro¿?

Dudo que vuelva a escribir sobre ellas, ¿Pero quién sabe? El futuro es incierto. See ya kbros, pásense por mis otros fics, aHRE–

i don't love you ; rumiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora