Capitulo 50

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—No sé... —contestó tomando una hoja en blanco y un lápiz—. Intentaría vincular el dibujo a los orígenes del aceite. El calor, el olor, Sicilia. Eso es lo que le da a este aceite su calidad. Lo sé porque he recogido muchas veces esas aceitunas. Yo pondría a la pareja en Sicilia —sentenció comenzando a dibujar—. Las personas que vean este dibujo tienen que sentir que están allí, hay que conseguir que asocien el aceite con las maravillas de Sicilia —añadió mordiéndose la lengua de repente—. Perdón. Nunca he dibujado un anuncio ni nada por el estilo. No sé lo que estoy diciendo.

—Al contrario. Lo que estás diciendo es perfecto —contestó James admirando el dibujo—. Esto es muy bueno. Quiero que les presentes tus ideas para que las utilicen.

—¿Estás de broma? A lo mejor no les gusta nada.

—¿Y qué? A mí me encantan y el que paga soy yo —contestó James sentándola en su regazo.

—Pero yo no sé nada de publicidad.

—Sabes mucho de arte y tienes buen ojo. Además, no estás quemada por haber tenido que trabajar en varias campañas similares. Querías un trabajo, ¿no? Aquí lo tienes. A partir de ahora, serás la jefa de producción de la campaña publicitaria del aceite de oliva. Quedas encargada de aprobar lo que hagan.

—No me escucharán. No tengo referencias y...

—Tienes que mostrarte segura de ti misma porque eres muy buena —le aseguró James muy sonriente—. Lo que has dibujado con un lápiz normal y corriente en dos minutos es bastante mejor que lo que la agencia de publicidad a la que le estoy pagando una pequeña fortuna me ha entregado. Haz lo que quieras, es tu decisión. ¿Quieres el trabajo o no?

—Sí... no... —contestó _________ aterrorizada.

—Se suponía que tenías que elegir una de las dos opciones. Me quedaré con la primera —contestó James marcando un número de teléfono e indicándole a la persona que había al otro lado que quería que los responsables de la agencia publicitaria pasaran por allí al día siguiente.

—¿Y si lo hago mal? —preguntó _________.

—Te despido, tesoro —contestó James guardando el teléfono—. ¿Estás segura de que no te encuentras mal? No tienes buena cara.

—Es que hoy ha hecho mucho calor. Creo que esta tarde me voy a quedar en casa, descansando. Me voy a ir al patio a dibujar para la campaña.

—Tal vez, deberías quedarte en la cama —sonrió James de manera inequívoca—. El anuncio puede esperar.

Sin noche de bodas [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora