°~PARTE ÚNICA~°

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El viajero de cabello oscuro llegó a la posada al atardecer del 17 de diciembre. Desde por la mañana no había parado de caer una lluvia menuda y persistente; pero, a media tarde, el viento cambió de dirección y ahuyentó las nubes que nos cubrían. Yo andaba ocupado en partir una carga de leña que me habían traído en el invierno inacabable y únicamente me percaté de su llegada cuando aparcó el todo-terreno que conducía en la explanada de la casa.

Bajó del auto y lo pude ver claramente, estaba cubierto de un líquido rojo del que pude reconocer que era sangre, estaba fresca y le chorreaban algunas gotas de las mangas de su camisa ya más roja que blanca. Al bajar la vista a sus manos pude ver que llevaba consigo algún tipo de arma blanca, bañada en el filo con el mismo líquido que tenía en su ropa.

Iba acercándose a pasos lentos, y sin darme cuenta ya estaba a menos de diez metros de mí. Con miedo y desconfianza alcé mi cabeza, y en ese momento le pude ver el rostro perfectamente. Tenía el labio inferior roto, sus mejillas tenían rasguños con sangre seca, la ceja izquierda también tenía un corte en el lateral. Tenía un moretón en el pómulo, pero el de su ojo derecho era mucho más notable. Estaba muy morado y con toques de amarillo y verde, le recorría toda la cuenca del ojo hasta debajo de la ceja. Al momento de fijarme bien en sus ojos, supe que algo andaba mal. Estaban muy rojizos, como si hubiera tomado algún tipo de sustancia o simplemente hubiera llorado durante horas y horas.

Al terminar de examinarlo completamente, aún con el miedo en mis venas y con las piernas temblando, cogí valor y me acerqué a Yohan, pero para mi sorpresa, él retrocedió dos pasos y los dos nos detuvimos. Volví a armarme de valor, de ni yo sé dónde, y continué avanzando hacia él, pero esta vez con más firmeza y valentía. Él tampoco volvió a retroceder, se mantuvo quieto como una estatua y con la cabeza agachada.

Al estar lo suficientemente cerca como para sentir el olor a alcohol y sangre seca que desprendía, le levanté la cara cogiéndole, con mi mano derecha, la barbilla. Cuando le miré a los ojos me di cuenta de lo verdaderamente rojos que los tenía, pero haciendo mi mayor esfuerzo para que mi voz no se cortara, pregunté con firmeza qué había pasado. Pero lo único que recibí como respuesta fueron unos sollozos crecientes en intensidad. En ese momento se lanzó a mí en un abrazo pasando sus brazos por mi cintura. No sé cómo me mantuve firme al escuchar cómo el arma blanca caía al suelo e iba notando como el hombro de mi camisa se humedecía gracias a sus lágrimas.

Él se separó unos pocos centímetros y sorbió su nariz unas dos veces. Alzó su mirada y fijó sus ojos en los míos con una mirada triste. Yo le devolví la mirada y le miré fijamente y observándole de nuevo. Tenía la cara roja, pero no tanto como sus ojos vidriosos, con los recorridos de las lágrimas aún marcados.

Se mordió el labio inferior y se aclaró la garganta pero de poco sirvió porque con la voz aún rota y entrecortada susurró un casi inaudible "Lo siento" y se dejó caer de rodillas ante mí volviendo a llorar fuertemente.

En ese momento me di cuenta de que algo verdaderamente malo había pasado, y por desgracia, tenía demasiado que ver conmigo.


***

Hellouuu, ¿Qué les pareció? Es la primera vez que escribo algo así que me ayudaría mucho si me comentaran cualquier falta o lo que les parezca. Tampoco se olviden de votar!!

Byee♥✨

•Las Fronteras del Miedo• |X1| ~Junhan~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora