2. Tutor

5.4K 498 86
                                    

— Vamos, Peter. — Exclamó el mayor sin cortar el abrazo — en unos momentos más... Cerrarán el ataúd, debemos ir al salón principal

Peter solo suspiró agotado, desde que entró al hospital, hasta que salió de allí hace unas horas no había podido pegar el ojo para dormir, el sentimiento de culpa lo consumía completamente.

Rompió el abrazo de su mentor y ambos se dirigieron al salón principal para dar "el último adiós" a su querida tía May. Llegaron con los demás, todos abrieron paso para que el sobrino llegara con May... La mayoría de las personas eran amigos muy allegados a ellos dos por no decir todos. Ningún solo familiar se encontraba presente, pues no habían más, triste ¿no?

Media hora después de que Peter estuviera "hablando" con su tía, cerraron el ataúd, había tomado la decisión de que llevarían  a su tía cargando hasta el cementerio donde la dejarían descansar en paz. Harry, el señor Stark, Steve y un vecino muy amigo de May se ofrecieron para trasladar los restos de la mujer. Hicieron cumplir los últimos protocolos al llegar, luego lanzaron rosas blancas del pozo donde sería enterrada y dieron las últimas palabras.

Luego de todo estos las personas comenzaron a retirarse, sin antes dar el último pésame a Peter.

Al final de todo aquello, solo quedaron cinco personas con Peter; Harry, MJ, Ned y Tony. Todos se encargaron de consolar a Peter, solo trataban de hacerle creer que todo estaría muy bien. Pero en eso, unos hombres trajeados se acercan al grupo captando la atención de todos. Uno de ellos habló.

— Buenas tardes. ¿Quién de ustedes, jóvenes  — especificó — es Peter Parker? — dijo el hombre con completa seriedad. Al lo cual respondió Peter poniéndose de pie — Mis más sentidos pésames —  dijo aquél hombre que jamás, nunca había visto en su vida.

— Gracias... — Fue la única respuesta que recibieron de él — ¿Necesitan algo?

— Joven Parker, somos del gobierno — al oír esto el rostro de Peter y Tony había cambiado por una expresión de malestar — lo llevaremos a un orfanato hasta que cumpla la mayoría de edad.

— ¡¿Qué?! — Peter miró automáticamente a Tony, piedendole su intervención. Él capto el mensaje con facilidad.

— Disculpen, caballeros. — interrumpió Tony — ¿Podríamos tener una conversación en privado? Lejos de los chicos...

Ambos hombres accedieron y se alejaron de los chicos para platicar.

— Diganos, señor Stark ¿En qué le podemos ayudar? — Preguntó el segundo hombre

— Quisiera poder tener la tutoría de Peter, pues, como ya sabrán yo tengo los recursos suficientes para mantenerlo y brindarle un buen futuro — Dijo con mucha seguridad

— Sí, señor Stark. De eso no hay duda alguna, pero si usted quiere hacerlo deberá esperar días en los cuales el juez tomará su decisión — contestó el hombre

— ¡Excelente! ¿Y eso cuanto tiempo llevaría?

— Generalmente, en casos el suyo, en el cual se conoce públicamente el estado económico del candidato a la tutoría, una semana o dos a más tardar.

Tony lo analizó un momento. Le parecía bien, solo que le había nacido una duda.

— ¿Qué sucederá con Peter en ese tiempo?

— Pues, la ley estipula que el joven Parker debe quedar a cargo del gobierno hasta encontrar un tutor o bien cumplir la mayoría de edad, así que él estaría temporalmente en el orfanato hasta que usted concluya con los tramites necesarios. — eso disgustó al millonario

— No. Para nada, me niego — rápidamente expresó su disgusto hacia el comentario de los hombres. — díganme, caballeros ¿Cuál es su precio? — Soltó sin más

Ambos caballeros se miraron, intercambiaron unos gestos y se negaron en un principio. Pasaron largos minutos donde Stark solo insistía e insistía con su realmente tentadora oferta, y sí. Como ya se le hacía costumbre consiguió doblegar la honestidad de ambos hombres por tan solo 40.500$ cada uno. Le parecía una suma muy pequeña de dinero; En fin, Peter se estaría quedando con él los días que el juez tardaba en dar su veredicto.

Volvió donde yacía su pupilo quien ya no estaba llorando, lo que era muy buena señal. Apenas el chico lo vio, apresuró el paso hacia él.

— ¿Qué fue lo que le dijeron... Señor Stark? — Preguntó el chico con un notable temor en sus ojos rojos

— Tranquilo, pequeño mocoso — despeinó su cabello un poco — Seré tu tutor de ahora en mas. Vivirás conmigo y los demás en la torre Pete. — le sonrió cálidamente

— Gracias... — Fue lo único que dijo el chico y lo abrazó

Pasado el rato, los amigos de Peter se retiraron, y él y el señor Stark fueron a la torre.

Al llegar Peter fue a la sala y dio un par de vueltas al rededor de la mesita que estaba en el centro mismo del salón. Termino por dejarse caer sobre el sofá de cuero negro. Cruzó las piernas y posó sus brazos lastimados sobre ellas, hundió su cabeza contra el espaldar del sofá y contempló el techo.

— Así que... Viviré aquí — suspiró cansado — Maldita sea. ¿En qué momento ocurrió todo esto? — esa pregunta lo atormentaba, trataba de buscar las respuestas en su interior mas no lo conseguía. Lo invadió la tristeza de nuevo, pero ya no tenía lágrimas para llorar.

El simple hecho de ver el desastre de sus manos lo frustraba. Apenas podía mover el brazo derecho, le dolía demasiado, mientras que en el otro lado, le picaba y ardía fuertemente y cada vez que trataba de tomar algo el dolor que sentía era inconmensurable, pero lo que más le causaba molestias eran los dolores de cabeza, consecuencia del golpe que había recibido.

Qué insoportable

De repente sintió un contrapeso en el lado derecho del sofá. Giró la cabeza y vio a su amado señor Stark con una caja de cartón cuadrada de color blanco en las manos. Suspiró.

— Pete, te compré donas — el mayor le sonrió

— ¿Donas? Qué delicia, señor Stark — luego de tres días Tony volvió a ver una sonrisa verdadera en su chico.

Peter trató tomar una dona con la mano izquierda, error. Le dolió como el séptimo infierno, soltó un chillido ligero y dejó caer la dona en la caja.

— Dejame tratar algo, niño. — tomó la misma dona y lo miró — Abre la boca, mocoso — ordenó

Peter se sonrojó al instante y luego obedeció a Stark, mordió la dona que le dio en la boca y la masticó. Aunque sinceramente le daba algo de... ¿Pena? No. ¿vergüenza? Sí, le daba un poco de vergüenza que su ídolo y amor prohibido le diera de comer.

Por este tipo de cosas Peter sentía mariposas al pensar en Tony. Él lo amaba desde los 15 años, cuando lo conoció y ayudó para la guerra civil.

— Se... Señor Stark — lo miró directo a esos ojos cafés tan hermosos — Gracias por todo esto... Yo lo quiero mucho — murmuró lo último tan bajo que Tony no lo oyó.

— No hay de qué, niño — desordeno su cabello

Ambos se quedaron en aquél sofá, comiendo donas y hablando de lo sucedido, pues Tony se dio cuenta que aquella era la oportunidad perfecta para que Peter se desahogara. No la desaprovechó. Luego de una muy larga conversación la noche los abrazó pero pese a eso no se detuvieron,  de vez en cuando Peter reía o lloraba y así sin notarlo el gran peso que cargaba se iba anulando lentamente. Se recostó en el pecho de Tony y él empezó a acariciar su cabello castaño.

— Señor Stark, estoy muy contento de estar con usted... Aquí — sonrió el chico justo antes de quedar dormido sobre Tony. Él solo sonrió y besó ligeramente su frente.

— Duerme, bonito... — dijo sin dejar de acariciar su suave cabello.

Días de colores [Starker] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora