4 de junio, el hospital estaba tranquilo. El verano se había adelantado peligrosamente un mes, por lo que daba la sensación de ya estar en julio o incluso agosto. Los médicos y enfermeras ya habían despolvado sus abanicos y, la mayoría de ellos, se encontraban en un breve descanso.
La habitación de Stuart se encontraba vacía. Ningún otro ser viviente se había acercado allí desde por la mañana. De repente las sábanas de Stuart comenzaron a moverse, destapando así su blanco cuerpo que no había salido de aquella cama desde hacía años. Stuart estaba despertando, y desafortunadamente, no había nadie allí que pudiese contemplar tal suceso.
La cabeza de Stuart daba vueltas, todos sus recuerdos y vivencias empezaron a manifestarse. Ante tal impresión Stuart comenzó a convulsionar. Era una sensación que no vivía desde hacía años y para él era como una experiencia nueva, el poder ver, sentir y recordar se la hacía una práctica totalmente extraña.
Stuart consiguío calmarse. Analizó la situación cuidadosamente. Estaba en un hospital, con varias máquinas a su alrededor. No sabía ni que día era y no había nadie a su alrededor. No consiguió recordar la razón de por qué estaba es aquel lugar, pero sí tenía recuerdos, recuerdos de una vida feliz junto a sus amigos.
Pero, esa vida que recordaba contrastaba totalmente con la vida que había llevado antes de quedarse en coma. Antes era un chico sencillo, que acudía al instituto y le gustaba jugar con amigos al fútbol. Sacaba notas decentes, se peleaba con sus padres de vez en cuando, tenía un romance adolescente que no duraría mucho... Lo típico. Sin embargo, la vida que recordaba era totalmente diferente. Vivía solo, sin padres con los que pelear. Tenía novia, una estable, con la que llevaba mucho tiempo. No iba al instituto y era... ¿cantante?De repente, Stuart se siente tan abrumado con tantos recuerdos nuevos, que en un golpe brusco involuntario se levanta de la cama y desconecta de las máquinas de su alrededor. Se queda petrificado unos segundos sentado en la cama, con la mente totalmente en blanco, sin saber qué hacer o a dónde ir. ¿Por qué estaba en aquel lugar? ¿Qué significaban todas esas experiencias? ¿Quién era él en realidad?
Lentamente va recuperando el control de sí mismo y decide levantarse. No tarda mucho en desplomarse contra el frío suelo de la habitación. De nuevo se había quedado inconsciente.
Ya eran pasadas las 2 del mediodía y Stuart había permanecido en el suelo la friolera de 7 horas. Sin ningún tipo de atención y en su condición física y mental, esto podría haber significado la muerte para él, pero no fue así. Llegaron las enfermeras. Alarmadas cogieron el cuerpo de Stuart pensando que éste estaba muerto, pero de repente escucharon un tenue hilo voz procedente de su garganta.
—Viola... –pronunció de manera casi inaudible.
Lo sentaron en la cama. Definitivamente estaba vivo, pero no se podía mantener de pie.
—¿Estás bien?, ¿qué ha pasado?, ¿cuándo te has levantado? –decían las enfermeras a coro. No hubo respuesta. Stuart se desplomó de nuevo en la cama.
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10 de junio, en el hospital se sentía una abrumadora calma, debido a que no había muchos pacientes esa época. En un hospital siempre hay trabajo, pero sin embargo ese mes solo habían atendido un par de casos graves: un niño con varias costillas rotas y, por supuesto, el caso de Stuart.
Únicamente la habitación de Stuart estaba atendida. Allí se encontraban un par de enfermeras y sus familiares. Se trataría de una situación habitual si no fuera por el repentino despertar de nuestro protagonista. Éste no se había vuelto a levantar desde el incidente ocurrido hacía casi una semana. Sus padres acudían a visitarle más a menudo y muchos doctores y especialistas se habían dirigido a aquella sala a intentar estudiar y comprender el caso en el que se encontraba el pobre chico, pero no habían logrado nada.
Sus padres ya habían decidido marcharse a casa cuando las doctoras captaron algo inusual. Stuart había abierto los ojos pero estaba completamente quieto en la cama. En aquel estado podría haber protagonizado cualquier película de terror. Su madre había comenzado a llorar y su padre no creía lo que estaba sucediendo. Mientras tanto, dos de las las enfermeras revisaban temblorosas su cuerpo y lo llamaban a gritos intentando hacerle despertar. Otra de ellas se dirigía apurada a recepción con el fin de que doctores especializados acudieran a aquella escena.
Stuart no oía nada, estaba en una especie de limbo y no podía regresar a la realidad. Por un momento su mente se quedó totalmente en blanco, pero de repente todos sus recuerdos volvieron a manifestarse. Esta vez estaba tranquilo. Sentía como si estuviese totalmente presente en aquellos recuerdos. Podía caminar y recordaba todo acerca de su vida. Se había olvidado completamente de su estado real y vagaba por su mente como si fuera en realidad su presente.
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El secreto de Stuart (El Trío Secreto De Harry 2)
Teen FictionStuart, un jóven de 16 años con una vida sencilla, sufre un accidente que le cambiará la vida por completo. Nuevos recuerdos se manifestarán en su mente y se verá obligado a diferenciar entre la vida y la ficción. (Historia en proceso) PREMIOS/POSIC...