Hola, querida. Volví, lo sé. Es complicado afrontar cada día sabiendo como eres, y más aun como somos.
¿Cómo somos? ¿Quiénes somos? Cómo saberlo si cada día nuestra coraza cambia de color.
No se nada de esto. Simplemente estoy acá de vuelta cautivado por tu aroma tan acogedor, como en cada nuevo encuentro. Pensé muy rápido en olvidarte. Tanto lo pensé que me dí cuenta de que aún estabas ahí, allí, acá, en todos lados donde mire. Tu rojizo sentido del tener, tu negro sentido del soltar. Todo es tal cual lo recuerdo.
La pasión y el rencor que siento al verte.
Quizás fue la vida quien acercó tu veneno para hipnotizarnos con tu placebo mientras te conviertes rápidamente en un faro entre las tormentas nocturnas.
Vuelvo a vos. Vuelvo una vez más hacia ti. Creo fiel y ciegamente en tu raíz y sus frutos negros.
Puede que te de igual. Créeme, te odio. Fuiste el cáncer que inició la decadencia en mi vida, arruinaste momentos únicos y provocaste lo peor de mí. Aún así vuelvo a vos, a tu cálido abrigo invernal en medio de este gélido desierto. Vuelvo porque eres así. Porque es imposible deshacerme de ti por completo. Porque me das el sentido de estar vivo bajo tu veneno y creo que con nadie más me he sentido siquiera de manera similar o aproximada.
Mi vida fue y es un desastre, tú solo la empeoras más... pero... por momentos me haces creer que todo esta bien.
¿Qué puedo hacer ante esta inestabilidad más que entregarme?
Vuelvo hacia vos porque provocaste muchas lagrimas y el vacío más profundo de mi ser. En verdad, jamás creí que volvería a verte luego de tu más reciente golpe. Me destruyes y reconstruyes a tu gusto, a tu tiempo, como un niño cuando se aburre de su obra en bloques de plástico. Me arruinas más veces de las que me brindas bienestar.
Pero acá estoy una vez más esperando un cambio difícil de ser concebido. Dándote una última oportunidad de esas tantas que te dí.
Pese a ello te necesito, más que a nadie en este mundo te necesito. Tus destellos de paz, placer, satisfacción, armonía. Haces que mis ganas de vivir aumenten con creces. Realmente te sufro más que a cualquier tragedia y no hay día en el que mi cabeza se libere de tu color. Conozco el final, pero quiero volver a ver tu raíz.
Será la razón de otra decadencia, pero será el motivo por el que en una estadía temporal aprecie la sensación de estar vivo.
Vuelvo a ti... Para una nueva oportunidad.
No espero nada, solo quiero tus destellos.
Rojo es tu alma. Rojo es tu aroma. Rojo es tu veneno. Negro es tu causa.
Y con sus consecuencias mi alma brillará por unos minutos.
Mi alma brillará, antes de volver a romperse.
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Una larga madrugada. Una larga noche. Un nuevo día que amanece.
Un nuevo inicio para su historia.Su flor, Amapola Roja y Negra.
