Diablo ꒰♡꒱ yoonseok.

Diablo | parte uno.

Advertencias: relación tóxica, OoC en uno de los personajes, chats, angst, drama, romance, palabras altisonantes.

Yoongi permaneció de pie junto a Seokjin mientras este tecleaba unas cuantas cosas en su celular, manteniendo un breve silencio entre ambos en el que sólo podía escucharse el viento moviendo las hojas de los árboles y el bullicio lejano de las personas alrededor, oyéndose distorsionado ante los oídos del menor. Los autos cruzaban por la avenida frente a sus narices, haciendo volar las hebras de su cabello azabache hacia todas las direcciones posibles, aún si él insistía en no moverse ni un ápice. Pasó por alto aquella molestia que sentía por remover los cabellos de su frente, enfocando su atención en una silueta que se movía a lo lejos, resultando demasiado conocida, demasiado familiar.

Entornó los ojos un momento para después frotarlos con el dorso de sus manos, intentando ver con claridad a través de la iluminación de los autos a quien pertenecía aquella silueta, pero tan pronto como logró reconocerle, se arrepintió de haberle visto, sintiendo que su corazón se estrujaba violentamente en el interior de su pecho. Sus manos buscaron con prisa el interior de sus bolsillos para refugiarse en ellos, sin despegar la vista de aquella persona y sin saber cómo reaccionar exactamente, actuando de repente con mucha ansiedad mientras el mayor de ambos ni siquiera se imutaba ante su cambio de actitud.

Un mundo de recuerdos y sensaciones le cayeron encima como un balde de agua helada de forma súbita. Fingió que no había manera de que le hubiera visto, centrando su atención en su propio teléfono celular mientras pasaba la pantalla de inicio una y otra vez, viendo los iconos de sus aplicaciones y revisando unas cuantas de ellas de forma breve al no hallar nada reciente. Incluso se atrevió a buscar la atención de Seokjin de forma torpe, contándole con balbuceos e incoherencias lo que había estado haciendo en la escuela ese día, exagerando algunas situaciones para que el rubio no le viera con extrañeza y para que su vida simplemente no sonara tan aburrida.

Se dio cuenta de que el dueño de la silueta también le había visto cuando volvió a buscarle con la mirada y le vio sentado en una de las bancas del parque en completa soledad, mirando su teléfono para después levantar la mirada en su dirección, justo en el momento que desvió sus ojos de él y volvía a hablar con falso y demasiado fingido animo hacia Seokjin, quien le respondía de forma amigable pero demasiado reacia algunas veces, dándole señales de que en realidad no estaba dispuesto a hablar demasiado aquél día. Yoongi sabía de sobra que la razón estaba detrás de aquel celular y probablemente en su bandeja de mensajes, pero por una parte agradeció que el mayor no estuviera prestándole mucha atención; así podía fingir que se divertía aunque pareciera un completo ridículo sobreactuando su situación.

Pero aquello no era nada más y nada menos que producto de su inquietud. Su cuerpo parecía reaccionar por sí solo ante la presencia de aquel tipo que le miraba con sigilo a la distancia, posando sus ojos oscuros sobre la cabellera azabache, creyendo de la misma forma que Yoongi no tenía idea de que estaba cerca, observándole; sin embargo, él estaba más que consciente de que el otro tipo también le había visto y de que estaba observándole. Guardó silencio y se alejó un poco de Seokijin, caminando torpemente hasta una banca vacía a unos pocos metros del susodicho para dejarse caer sobre ella y rebuscar sus auriculares en el bolsillo de su suéter; los conectó a su teléfono, se llevó ambos aparatos a los oídos y dejó que su música corriera a todo volumen, volviendo a jugar con la pantalla de inicio mientras tanto.

A veces la tristeza llegaba inesperadamente, siguiéndole a donde quiera que vaya. En ese instante, la tristeza estaba sentada tan cerca de él que no le dejaba respirar. El poco animo que tenía aquél día cayó por los suelos y se esfumó, frente a sus ojos, sin que pudiera hacer nada realmente; como si él mismo se hubiera convertido en la tristeza.

Y los días posteriores a ese no fueron mejores.

Su cabeza pareció perder el rumbo, sobre todo por las noches, en las que el reloj marcaba altas horas de la madrugada; en las que su nombre no podía salir de su mente, pareciendo ser lo único que tuviera sentido para él a lo largo del día, haciéndole perder la tranquilidad que con mucho trabajo había logrado construir en su vida. Una tranquilidad que con un abrir y cerrar de ojos pareció esfumarse y darle paso a largas horas en las que sus párpados eran incapaces de cerrarse más que para veloces parpadeos que a penas podía notar.

Hoseok, Hoseok, Hoseok, Hoseok, Hoseok, Hoseok, Hoseok, Hoseok.

Aquél nombre que a veces llegaba a considerar maldito le martillaba la cabeza en los peores momentos. El peso de los recuerdos se hacía cada vez más difícil de cargar; la constante idea de que no había logrado sentirse así con nadie más era lo que mantenía una llama de esperanza amenazando con encenderse en su interior, como rescoldo entre cenizas. Hoseok era tan, tan... Hoseok. Su corazón latía con fuerza con solo pensar en él y un montón de imágenes en distintos escenarios comenzaban a reproducirse como una película en su cabeza.

Se sentía peor que la mierda. No se suponía que estuviera pensando en eso a esas alturas, cuando fue él mismo quien terminó por romper con su relación de forma definitiva, cortando cualquier lazo que los mantuviera unidos. Sí, estuvo tan decidido a dejar todos esos momentos atrás en su momento, por mucho que le doliera, por mucho que sufriera. Entonces, ¿por qué se sentía tan extrañamente enamorado, tan perdido?

El poder que tenía sobre él estaba más que claro.

Y estaba consciente, mejor que nadie. Pero le quería. Su corazón bromeaba como loco con su presencia, con el sólo recuerdo de su cara, de su voz.

Le quería.

Aunque Hoseok fuera el diablo, un sucio pedazo de basura.

Hola, ¿cómo va todo? Sí, otra vez yo con un nuevo escrito, ¿no es genial? xD

Hace tiempo que lo tenía guardado, pero con tanto movimiento; trámites de la escuela, exámenes y todas esas cosas me olvidé por completo de publicarlo. Y se trata de un fragmento más sin concluir (súper raro de mí).

Realmente estoy en una posición muy 'extraña' con esta historia (OS), como que le tengo cariño y a la vez no. En todas mis historias hay un poco ─mucho─ de mis sentimientos, situaciones y problemas personales; pero creo que esta, hasta ahora ─luego está Frenzy─, tiene una gran gran parte de mí y de una experiencia no muy agradable. Así que espero les haya gustado aunque sea un poquito.

Gracias por leer♡