Prólogo

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—Joder, Noah, que buena semana has tenido. Llegando y pateando traseros como tú nada más sabes hacer.

Le di la última calada a mi cigarrillo.— Pues eso es lo que mejor sé hacer, ¿no?—Solté una pequeña risa entre dientes—Me halagas, Jadz, pero debemos movernos— Dije con seriedad levantándome para avanzar hacia mi auto.

—Lo que usted diga, jefa— Puso una mano en la cien imitando un saludo militar.

Volteé los ojos negando con la cabeza, definitivamente mi compañero no estaba muy completo, pero éramos el mejor equipo que pudiera existir.

Y así, una vez más, comenzaba otra semana en Sunk, llena de peligros y riesgos por proteger el cristal de la oscuridad.

N O A HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora