Voy a hablar de mi papá. ¿Cuándo no estoy hablando de mi papá?
Gustavo se llama, pero le dicen Luli. Y si le preguntás te cuenta la historia del porqué con una sonrisa en la cara. Y en mitad de la historia se ríe, y se va por las ramas, recorriendo toda su infancia y adolescencia, recordando a sus amigos, nombrándolos hasta el punto que recolectás veinticinco nombres y no sabés cuál corresponde a cada uno, pero eso a él lo hace feliz así que nunca quiero decirle que me perdí y no sé de lo que está hablando.
Así que lo dejo hablar, y habla, habla, habla, y no se cansa. A veces hace gestos, a veces se para en mitad de la cena porque la anécdota es más divertida si la cuenta de pie. No importa si lo conocés o no, él no encuentra problema en contarte las cosas que lo ponen contento.
Sus consejos no son buenos, pero sus intenciones sí. Aconseja desde el lugar de padre y de amigo. "No te calentés" me repite siempre.
Siempre encuentra solución a todo, aunque la mayoría de las soluciones es dejarlo pasar.
Podés ponerlo de mal humor con dos palabras pero se le va si le cebás un mate y le preguntás cómo le fue en el trabajo.
Salís por su barrio a pasear y cada dos cuadras saluda a diez personas, mínimo.
Se queda dormido en cada película que miramos en familia, y se queja cuando le pedís que mejore el mate. Soy la ley del menor esfuerzo, según él.
Hace poco se cumplió un año de que vivimos juntos, los dos coincidimos en que se nos pasó volando.
Estuvo presente en el peor momento de mi vida sin decir una palabra, porque no le sale, porque no sabe qué decir. Pero estuvo y fue un sostén enorme cada vez que me venía abajo.
Lo sigue siendo.El saber que tengo el oído de mi viejo que me escucha es lo que me tranquiliza cada vez que siento que nada está bien.
Me quejo de tantas cosas al día sin poder ver que lo más valioso que tengo está delante de mí cagándome a pedo porque salgo desabrigada a la calle y después me enfermo.
Me sobran las gracias y me faltan los perdones.
Tengo más cosas para escribir pero no quiero seguir llorando.
Luli, lo que te pasa me pasa.
Te amo.