Capítulo 8

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Por primera vez en mucho tiempo, Saru sintió que se había liberado de algo que le martirizaba. Tenía un lugar al que acudir y donde se sentía acogido. Era un lugar intrigante, pero tenia todo aquello que necesitaba: a Misaki y a él.

Aunque seguía teniendo dudas sobre cómo y de qué iba a vivir, o que iba a hacer... ya no estaba tan preocupado.

- Entonces... - se atrevió a decir. – ¿ya no hace falta que vuelva al bar con vosotros?

Misaki le miró y a Saru le entró el nerviosismo.

- ¡N-no me malinterpretes! No es que no quiera volver, pero... - Bajó la mirada. – Necesito... Un cambio. Algo que me apasione...

- ¿Cómo este lugar?

- Si, exacto.

La sonrisa de Misaki logró que el corazón de Saru se tranquilizara.

- Pero bueno... respondiendo a tu pregunta... - le miró. – Puedes hacer lo que quieras. Yo te di la llave, ¿recuerdas?

- Sí, pero...

- Pero nada. Haz lo que quieras con tu vida, Saru. Tanto si quieres volver con nosotros o... Con los idiotas de los azules... - Sus dientes empezaron a rechinar en esa última parte. – estará bien si lo has elegido tú.

A pesar de sus palabras, Saru percibió un ápice de tristeza en ellas. Sabía perfectamente que, de su elección dependía la felicidad de Misaki.

- ¿Y si no elijo ninguno de los dos... y me quedo aquí contigo?

El gesto de Misaki cambió por completo. Esa respuesta no se la esperaba para nada. Siempre había asumido que Saru elegiría un camino u otro. Estaba preparado incluso para afrontar el hecho de que Saru podría volver a SCEPTER 4 y volver a ser el que era antes. Y, por lo tanto, volver a odiarle.

Pero el solo hecho de pensar que estaba haciendo esto por él le provocaba un inmenso dolor. Dicho dolor hizo que unas intensas lágrimas empezaran a brotar de sus ojos.

- No... ¡No! - soltó de repente - ¡No hagas esto por mí!

- Pero...

- ¡Pero nada! – empezó a darle golpes en el pecho con suavidad. - ¡No pienses solo en mí! ¡Sé un poco más egoísta!

La cara de Saru se oscureció ante esas palabras. No pudo evitar contagiarse de las lágrimas de Misaki.

- ¿Pero es que no lo entiendes? No tengo nada... Excepto tú. Desde que te conocí en el hospital, no puedo dejar de sentirme atraído por ti.

Sus ojos se encontraron.

- No puedo dejar que te quedes aquí... sin hacer nada... Solo por mí. – se intentó secar las lágrimas. – Algo tendrás que hacer... Algo tendrás que elegir.

Saru suspiró y negó la cabeza, agotado. Se apartó un poco de Misaki y se tumbó en un futón que había allí. Cerró los ojos e intentó respirar muy profundamente, intentando controlar cada latido de su corazón.

Misaki le miró perplejo.

- ¿Qué haces?

- Calmarme... - suspiró. – Me recomendaron que dejara lo que estaba haciendo y me tumbara en algún lado cada vez que notara que me empezaba a poner nervioso.

- ¿Y estas nervioso?

- Como para no estarlo... No me gusta estar entre la espada y la pared.

Misaki se tumbó a su lado, a escasos centímetros de él.

Lo Que Somos. - {Sarumi}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora