QUERIDO VECINO 🌙 (COMPLETA)

CAPÍTULO 18 :

PERDÓNAME; TE AMOO :

MINA :

Me revolvi en mi cama, incómoda. Resople. Aunque lo quiera, ya me es imposible volver a conciliar el sueño.
El sol ya comenzaba a soltar su impresionante luz y calor, y este se iba metiendo de a poco por mi ventana, molestándome. Pero a pesar de que ya había amanecido, yo no quería abrir los ojos, y mucho menos me quería levantar. Y menos cuando llevo tantas noches, sin dormir bien, por culpa de mi preocupación y mis miedos. Sé que es estúpido, y más cuando puedo dormir tranquilamente, con solo ir a hacerme unos estudios, para descartar está infernal enfermedad. Pero no puedo.

Cómo le dije a mi amiga, tengo miedo de ir, y conocer la verdad. Tengo miedo de que esos análisis, sean positivos, y en lugar de aliviar y mejorar mi insomnio, me de aún más. No he hablado con nadie, ni mucho menos eh salido de casa. Han llamado varias personas a mi celular, -entre ellos los chicos guapos con los que alguna vez eh salido - pero a nadie le contesto. A excepción de mis padres, pues si no lo hago, podría mortificarlos. Así que solo les contesto, con palabras simples, para evitar el tema tan doloroso, que yo misma me busque, y por el que sufre mi vida. Se me forma un nudo en la garganta, cada que mamá me pregunta si estoy bien, y a duras penas, consigo decirle que si. Pero ni siquiera yo se, si estoy bien. Mi amiga es otra de las que llamaba casi todos los días, pero dejo de hacerlo, cuando un día le pedí que me dejara tranquila por un tiempo. Así que lleva días, que solo me manda cada mañana un mensaje, preguntándome si estoy bien, e igual que con mis padres, para tranquilizarla, le envío un mensaje, diciéndole que si, para luego expresarle lo mucho que la quiero. Es una gran chica. Es casi mi hermana. Me ha ayudado y apoyado mucho, siempre, y me ha dado sabios consejos, que ahora me arrepiento de no haberlos tomado en cuenta. Ella aún de repente insiste en que me haga esos análisis, pero yo aún no me decido. Ha sido tan buena gente conmigo, que siento que no la merezco. Soy una perra traidora, por haber contado varios de sus secretos, a un chico guapo, solo para poder encamarme más pronto y rápido con el. «Claro, que ella no lo sabe» Hasta en eso fui cobarde.

Odie a ese tipo con todas mis fuerzas. Y más después de que me llamo de esa manera. Pero simplemente fue un escudo, un reflejo, para evitar que la verdad, me doliera. Porque él no mintió. Pues tal vez coopero para que yo lo sedujera, pero esa era la imagen, que tenía yo con todos. Así era como todos los hombres, me miraban. Como una puta, una zorra, una cualquiera. Yo misma me cree ese camino. Y ahora, por mi misma culpa, a donde quiera que vaya, no hay hombre que no se cruce en mi camino, y me conozca muy íntimamente. Así como no hay hombre, que después de saludarme, quiera llevarme a un hotel, para saciarse las ganas. Esta es mi vida, y aunque no niego que en un principio me pareció genial, hoy sin duda, se que es un bendito error. Un error de vida, que no se, en que momento, se me salió de las manos. Actúe mal. Si, admito que me gustaba, o mejor dicho, aún me gusta el sexo. Pero esa no era la forma en la que debía de actuar. Ahora todos los hombres, si no es que la mayoría, me miran con deseo, sabiendo que, estando ansiosa de sexo, yo no dudaré en meterme con ellos. Mi vida es una completa vergüenza, y ahora que tengo miedo, es cuando me pongo a pensar, que me daría mucho dolor y pesar, saber que es lo que dirán o harán mis padres, si llegarán a saber cómo su única hija, es toda una cualquiera.

Esa fue una de las razones, por las que me niego a aceptar las insinuaciones de mi jefe. Yaten es un buen tipo, es guapísimo el condenado, y tiene un cuerpo, que ¡Dios! Nunca en mi vida sexual, ha habido alguien, que me haga el amor como el. Porque si, ¡esa es la diferencia! Aquella vez, que por jugar sucio, lo seduje y me metí con el, note la diferencia, cuando el, en lugar de solo complacer sus más bajos instintos, me hizo el amor. Fue dulce y tierno, todo lo contrario con su mal genio y carácter. El amo y protegió como un tesoro, cada centímetro de mi piel. Me hizo el amor tan delicadamente, pero a la vez con tanta pasión, que fue única, y me hizo ver, lo que estaba negada a aceptar.