~° Under The Rain (Rasmus y tu) The Rain

~IX~

Nota: mezclé los sucesos, así que no se sorprendan si las cosas no suceden en el mismo orden que en la serie ¿si? Eso es todo, espero que les guste el capi 😊

🦑

Al volver con Rasmus, nos encontramos con Simone y Martin.

—Que pequeño es el mundo.—Martin se acercó sonriente.

—Seh... eso parece.—

—¿planeaban abandonarnos?—Simone me miró algo dolida.

—Te dije que iba a volver al refugio, ya no tenía nada que hacer en la base.—

—Pues el antídoto falló, pero tenemos una nueva fórmula. Esta sí funcionará.—

—La tercera es la vencida ¿no?—

—¿vendrás?—Rasmus se acercó.

Volteé a mirar a Patrick, quien negó levemente.

—No... de verdad quiero ver a Noah.—

—Por favor.—Rasmus se acercó a mi—. Ven con nosotros...—

—Quieras o no tendrás que acompañarnos.—intervino Fie—. Creemos que tu sangre podría ser la clave para la cura, después de todo eres el paciente cero, la primera en inyectarse el componente.—

—Mierda... eso no da mucho margen de elección.—suspiré—. Esta bien, iré con ustedes, pero apenas terminen la cura volveré al refugio.—Simone me abrazó.

—Gracias...—

—No hay nada que agradecer, sabes que lo hago con gusto.—

Antes de comenzar el viaje de vuelta, miré a Patrick, quien parecía decepcionado de mi decisión.

•○•

—Deberíamos acampar aquí, ya está oscureciendo.—Martin dejó sus mochilas en el suelo.

—¿necesitas ayuda?—Rasmus se acercó al ver que tenía problemas al armar las tiendas.

—Eres un asco armando estas cosas.—

—Lo sé, solo quería ser amable.—sonreí—. Oye... ¿puedo preguntarte algo?—

—Claro.—terminé de clavar las estacas de la tienda y le dediqué toda mi atención.

—Si no hubiésemos necesitado tu sangre... ¿te habrías ido?—dejé las bolsas de dormir en la tienda.

—Escucha, Rasmus. Sabes que yo te... quiero muchísimo, pero mi hermano siempre estará primero... Además fuiste un idiota conmigo. Apenas pueda volver con él... Lo haré.—el chico asintió algo decepcionado de la respuesta.

—Prometo intentar no ser un fastidio para que podamos volver al refugio cuanto antes.—

—Me alegra escuchar eso.—

•○•

Cuando despertamos al otro día, tanto Martin como Patrick se habían marchado.

—Esto es mi culpa... Patrick se enojó conmigo.—

—Y Martin conmigo.—Simone apoyó su mano en mi hombro—. No te preocupes, estarán bien.—

—Eso espero...—

•○•

Al volver al refugio, nos encontramos con que Jean y Lea querían marcharse.

—¿a dónde van?—

—Lejos de aquí, ____. Apollon nos matará en cualquier momento y no puedo seguir con esto. Lo siento...—la chica tomó mi mano y sonrió con tristeza.

—Pero encontraremos la cura. Simone dice que-

—¿confías en Simone?—Jean se acercó a mi—. ¿aún después de lo que nos ocultó?—

—¿de qué hablan?—

—Rasmus los mató... a los doctores.—

—¿qué...?—miré confundida a Rasmus, quien bajó la mirada—. ¿por qué mentiste, Simone?—

—Yo... creí que era lo correcto.—

—No, no lo fue.—tomé mi mochila y me retiré a los cuartos.

•○•

—¿podemos hablar?—miré hacia la puerta, encontrándome a Rasmus.

—Déjame adivinar, vienes a disculparte y a prometer no volver a cagarla... como las otras mil veces.—volví la mirada al techo.

—Lo siento, pero yo no sabía lo del accidente. Sarah me lo dijo.—

—¿y no pensaste en decírmelo a mí?—

—¿eso habría cambiado las cosas?—

—¡por supuesto que las cambia!—me puse de pie—. Rasmus, si tú los mataste sin siquiera tocarlos, significa que eres altamente contagioso. Mierda... y eso fue hace días, ahora debe ser peor.—

—Pero dijiste que eso no importaba.—

—¡no sabía que el virus era tan agresivo!—

—Pues ahora lo sabes...—

—Podría haber muerto... ¿qué hubiese sido de Noah si algo me pasaba?... fui muy descuidada.—pasé las manos sobre mi cabello—. Le diré a Fie que me saque las muestras de sangre ahora, no me importa estar cansada.—

—¿por qué el apuro?—

—Volveré al refugio... y no me separaré de Noah nunca más.—

Tomé mi chaqueta y me encaminé hacia la puerta, pero Rasmus se interpuso.

—No hay necesidad de que apresures las cosas.—

—Rasmus... hazte a un lado.—

—No te vayas.—

—Ya hablamos de esto...—

Estaba por esquivarlo, cuando una extraña materia oscura comenzó a emanar de su cuerpo.

—No... te... vayas...—

Rasmus levantó la mirada, dejando a la vista sus ojos sumamente enrojecidos y una telaraña oscura que comenzaba a expandirse por su rostro.