Capítulo 5.

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Al escuchar esa voz mil cosas se le vinieron a la cabeza. Pensó en seguir caminando e ignorar a la dueña de la voz, o, pasar junto a ella y no decir nada... Pero decidió que lo mejor sería encararla, tarde que temprano se iban a encontrar.

–¿A qué crees que puedo venir al teatro? –Preguntó muy serio.– Vengo a ver la obra.

–Sí, ya se... es solo que no me esperaba verte acá.

–Y si, yo tampoco esperaba verte acá. Sin duda mi noche hubiera sido más agradable si no te hubiera visto, Pilar.

Ella hizo una mueca.– No tenes porque ser tan desagradable, Guido.

¿Quién mierda era esa mujer?

Lara había estado vagando por los pasillos del teatro tratando encontrarse con Guido de manera "accidental". Cuando por fin lo vio por un pasillo vacío y estaba a punto de tropezarse con él cuando esa mujer se apareció.

Su novia, fue el primer pensamiento que se le cruzó por la cabeza. Pero no, ella no podía ser su novia. Él no trataría a su novia de esa manera.

–...Sin duda mi noche hubiera sido más agradable si no te hubiera visto, Pilar.

Pilar. Ahora estaba segura de que ella no era su novia, obviamente no tenía ganas de encontrársela en ese lugar.

–¿Viniste con alguien? –La escuchó preguntar.

–Con quién salgo, no es de tu incumbencia. –Contestó de manera cortante Guido.– pero ya que tanto te importo vine con Patricio y Melissa.

–¿Y viniste a hacer mal tercio? –Preguntó burlona.

–¡Pilar! –La voz de un hombre no dejó que Guido le contestara a la mujer.

Guido miró por encima del hombro de Pilar, y ella se giró para ver quien la llamaba. El hombre, de unos treinta y ocho años se acercó a paso lento hacia ellos dos. Lara siguió mirando la escena sin ser partícipe de ella. El hombre miró a Guido con completa indiferencia.

–¿No me vas a presentar a tu nuevo amigo, Pili?

Los ojos de Pilar fueron del hombre a Guido, y regresaron al hombre.– Claro, él Guido Sardelli, es...

–Un viejo amigo. –Terminó Guido, dándole la mano.– ¿Y usted es..?

–Alberto Fernández (EL EX PRESI, ahre perdón.), para servirle. Soy el futuro esposo de Pilar. –Se presentó el hombre.

En el pasillo se hizo un silencio sepulcral. La rabia inundó a Guido. Lara los miraba curiosa y ninguno de los otros tres dijo una sola palabra.

Al fin, Pilar se decidió a hablar.–  Bueno, Guido, y con quien dijiste que habías venido.

Guido no contestó de inmediato, así que Lara aprovecho para salir.– Hola, Gui. –Dijo inocente y alegremente.

–¿Quién es ella? –De repente preguntó Pilar en una actitud despectiva.

–Ella es una amiga. –Se limitó a contestar Guido. Tomó la mano de Lara y la acercó a él.

–Encantando de conocerla, señorita. –Dijo Alberto.

–También es un placer...

–Alberto, –Interrumpió Pilar, su voz se había vuelto fría.– ya va a empezar la función. Vámonos –Se agarró de su brazo y lo jaló.– Buenas noches, Guido. –Y a Lara la ignoró completamente.

Guido y Lara los miraron alejarse. Las luces del pasillo bajaron su intensidad poco a poco, dando un aspecto más intimo para estar en un pasillo.

Todavía seguían tomados de la mano. Cuando se percataron de eso, se miraron a los ojos. Guido dio un paso hacia Lara.

Opuestos | Guido Sardelli Donde viven las historias. Descúbrelo ahora