Capítulo 22.

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Guido bajó las escaleras con una sonrisa en el rostro. Caminó por el pasillo para llegar al salón donde estaba el comedor, quería hablar un poco con Octavio antes de que las muchas personas que vivían ahí pudieran escucharlos.

Y después de haber ido tantas veces a su casa, conocía su rutina perfectamente. Tal y como lo esperaba, Octavio estaba sentado, leyendo un periódico, en la cabecera de un comedor para veinte personas. Al escuchar entrar a Guido lo dobló y lo dejó sobre la mesa.

—Espero que no vengas a reclamarme que no vas a dormir con tu novia. —le dijo Octavio.

—No, no es nada de eso. Necesito un consejo.

—¿En serio? Pensé que no te gustaba que te aconsejen.

—No, pero ahora sí que lo necesito —Tomó aire para hacer una pausa.— Lara no solamente es mi novia, antes de que lo fuera ella era... mi cliente, todavía es mi cliente.

—¡¿Tenes una relación con uno de tus clientes?! —le preguntó Octavio repentinamente sorprendido y enojado.—Eso no es ético, Guido. ¿La queres perjudicar o qué? No podes tener una relación con ella y ser su abogado. —Antes de que Guido pudiera hacer la pregunta, Octavio la contestó.— Porque te afecta en el juicio, podes tomar decisiones incorrectas, eso si no lo hiciste ya. ¿No aprendiste nada mientras eras mi pasante?

—Ya sé. No vine para que me dieras un sermón como si fuera un nene, vengo por un consejo.

—¿Patricio no te dijo algo cuando empezaste a salir con ella?

—Él no sabe.

—Rompes con los códigos éticos profesionales y le mientes a tu socio, a tu hermano, esa chiquita está empezando a caer de mi devoción.

—Parece que no me oíste cuando te dije que no quiero una reprimenda.

—Bien, qué consejo queres.

—Lara me contrató por el robo de unos cuadros que ella pintó...

—Mmmm... Artista... esa chica me sorprende a cada momento.

—... en este momento Pato está de luna de miel con Mel...

—Así que al fin se casaron esos dos, sabía que iban a terminar juntos.

—... tenemos una audiencia con el juez en 10 días, para demostrar que a Lara le robaron los cuadros, si todo sale bien el asunto debería estar zanjado para cuando Patricio vuelva.

— ¿Y cuál es el problema?

—¿Cómo se lo voy a decir a Patricio? Es mi socio y sé que se va a enojar muchísimo por esto, pero también es mi hermano y no le conté absolutamente nada de Lara. Lo peor es que todo el mundo lo sabe menos él, hasta Melissa.

—Bueno, podes terminar con ella antes de que él vuelva...

—El problema es que yo no quiero terminar con Lara.

Se hizo un completo silencio. Se observaron mutuamente. Ambos reflexionando sobre las palabras que Guido acababa de decir.

—¿Y qué tal si ella quiere terminar con vos después de que soluciones el problema de sus cuadros? A lo mejor sólo está con vos porque no tiene el dinero para pagar tus servicios.

Esa una posibilidad que Guido no había considerado, completamente factible. Sin embargo no dudó ni tardó en contestar:— No, ella quiere estar conmigo, lo sé. Lo siento.

El silencio volvió a reinar entre ellos. Después de unos minutos Octavio volvió a hablar.

—Estás enamorado. Supongo que más de alguno te lo ha dicho.

Opuestos | Guido Sardelli Donde viven las historias. Descúbrelo ahora