Shot me!

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Qué más da cuando nos conocimos, qué más da cómo fue, que más da en qué circunstancias sucedió, qué más da el pasado, nuestro pasado, qué más da el futuro, nuestro futuro, lo que importa es que por hoy... por hoy serás mi perra.

—Akira... Akira... —gemía suavemente el rubio debajo de él, sus ojos estaban vendados por una cinta negra que su acompañante se aseguraba de tener siempre a la mano en su cajón.

—¿Qué? —preguntó casi en un susurro que el más pequeño apenas y alcanzó a distinguir.

—Por favor—Gimió como súplica. Akira se encontraba encima del rubio, masajeando ambos pezones de color rosado, no quería decirlo en voz alta, pero, aunque pareciera extraño, su pezón favorito era el izquierdo. Nada personal, simplemente sentía que la perforación plateada lo hacía lucir más 'coqueto'. Con cada roce, con cada contacto, el castaño arqueaba la espalda de puro placer, para deleite del mayor.

—¿Qué cosa Takanori? — susurró al oído del rubio, asegurándose de rozar "accidentalmente" sus desnudas erecciones.

—Quiero que me rompas Akira, rómpeme. —sentenció con voz firme, Akira sonrió y sintió una corriente eléctrica recorrer sus piernas. Se separó de la silla en la cual Takanori se encontraba atado de pies y manos, camino hacia su escritorio y tomo el juguete que había escogido para esa noche.

—Lámelo. —Ordenó Akira, Takanori, sin siquiera dudarlo, accedió de inmediato y comenzó a lamer de abajo hacia arriba, de arriba hacia abajo, luego en círculos; primero lento, después más rápido, a veces succionaba, a veces solo rozaba sus húmedos labios sobre la superficie de plástico y eso calmaba un poco sus ansias, pero, aún así, sus piernas seguían temblando y no precisamente debido a la posición, temblaban de placer.

Akira por su parte se dedicaba a darse ligeros roces en el pene, esa manera de ver al más pequeño de los dos tan dispuesto, lo hacía casi enloquecer, cuando veía a Takanori de esa manera, comprendía perfectamente a que se referían con 'instinto animal'. Debía reconocerlo, ni siquiera su pareja actual lograba ponerlo así, su erección era nada a comparación de lo que Takanori lograba, Takanori se la ponía más grande y más dura.

Takanori siguió lamiendo, o eso trataba, ya que Akira una que otra vez alejaba el consolador de su boca, provocando un adorable puchero en los labios del menor. Akira acercó nuevamente el juguete a la boca del rubio, una vez que esto lo tuvo dentro de su boca, apretó un botón de la base, haciendo que el consolador comenzara a girar lentamente.

Ya lo suficientemente ensalivado, Akira desató a Takanori de la silla y sin mayor preámbulo lo puso de rodillas sobre esta, abrió un poco las nalgas del menor y sin avisar, lo llevo a la entrada nada dilatada del menor; lo introdujo salvajemente arrancándole gritos de dolor.

—¡Por Dios, Akira! ­— tomó una respiración profunda. —Eres imbécil, ¿o qué? — el menor se retorcía en la silla sintiendo que esta se quebraría en cualquier momento, el consolador daba vueltas en su interior, disminuyendo su dolor y aumentando su placer. —Akira, ah, basta, no- —Los gemidos del menor fueron silenciados cuando Akira introdujo una pistola en su boca, Takanori lejos de sentirse intimidado, disfruto del sabor metálico y succionó el arma con toda la normalidad del mundo.

Se conocieron dos años atrás, cuando Akira tenía una tarea y esta era asesinar a Takanori. Quién imaginaría el giro drástico de los acontecimientos. Akira, a pesar de ser un asesino a sueldo en sus tiempos libres, no dejaba de tener un corazón y les cumplía una última petición a sus víctimas, pero permitir que Takanori le hiciera sexo oral antes de dispararle, cambió por completo la ecuación.

Akira lanzó el arma a lo lejos y volvió a cambiar de posiciones y sentó a Takanori sobre la silla, claro, sin retirar el consolador. Se inclinó hasta quedar a la altura del miembro del menor, comenzó dando ligeros chupetones a los testículos de este, quien, al instante comenzó a gemir, Akira continuó dando lamidas por todo el miembro del menor, pasando su lengua una que otra vez por su ingle.

PistolWhere stories live. Discover now