Capitulo 70

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–Dime lo que tengas que decir. –le dije.

–No es fácil. –Me dijo

Tomó al gatito denuevo, y jugaba un poco con sus orejas, se notaba nervioso.

–¿Es algo malo? Por quesi es asi, no quiero escucharlo.

–¿Por qué lo sería? 

–Entonces que quieres decir, dilo antes de que me vuelva loca.

–Mas de lo que ya estás no creo.

–¡Oye! –dije empujándolo con una mano.

–Nada, nada… ya se me olvidó lo que te iba a decir.

–Si vas a decir que me amas, sólo dilo. –Dije bromeando

Su expresión cambió, derrepente sus ojos se abrieron tanto que parecía que se iban a salir de su eje. Bajó la cabeza como si yo hubiera dicho algo demasiado vergonzoso o alguna cosa que lo hubiera molestado mucho, empezó a balbucear, a decir cosas sin sentido, cosas que yo sinceramente no entendía.

–¿Está todo bien? 

–Sí. 

–No mientas.

–Sí.

–¿Sí de que? 

–Sí de si…

–No entiendo.

–Yo tampoco. –dijo tartamudeando.

–Me asustas.

–Perdóname.

–¿Está todo bien? ¿Dije algo malo? 

–No.

–¿No de no está bien o no de no dije algo malo?

–No de ven y dame un abrazo.

–¿Pero eso que tenía que v…

Me abrazó por tercera vez en aquella noche, posó su cabeza en mi hombro y me susurraba cosas al oído, cosas que no tenían sentido… Tenía miedo de decir algo, Harry estaba actuando muy extraño y si le preguntaba que era lo que le ponía tan raro, me mentiría con alguna cosa.

–“Feliz cumpleaños” –susurró

–De feliz no tuvo nada…

–Tienes razón… ¿Quieres ir al parque? Por que yo sí.

–¿De que hablas? Ya casi es media noc…

–Argh, ¡silencio y sube al auto!

–Pero hay una tremenda tormenta allá afuera… ¿Qué haríamos en el parque a la media noche?

–¿Qué importa? 

Tomó de mi mano y me jaló hasta la puerta de mi casa, ya ahí se quitó su chaqueta y la rodeo en mi espalda y hombros diciendo “será mejor que te pongas esto” quedando el en tan sólo una ligera camiseta color azul. Salimos y el auto estaba estacionado a tres cuadras, teníamos que correr bajo la lluvia para llegar a el. Sentí el camino muy largo, cada metro que avanzaba mi respitación se iba acelerando hasta que ya no podía hacer ni un ligero suspiro sin que la fatiga se apoderara de mí, estábamos cerca, pero me senté en la acera por que hablando con la verdad no suelo correr mucho sobre todo cuando las gotas de lluvia penetran en tu cara tan fuerte que te es imposible mirar o incluso abrir los ojos. 

–No corras tan rápido, ¡tengo frío! –le grité a Harry, el volteó y retrocedió hacía mí muy rápido.

–¿Estás bien?

No es una tipica historia de amor (Niall, Harry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora