Capítulo 25.

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-Dime amor- dije tranquilamente.

-Ayer... yo...em-le estaba costando hablar.

-Nat, tranquila.- dije acariciandole la mano.

-Me llamó el médico, Alba.- dijo con la mirada algo sombría. Y yo me asusté.- me dijo que sino me opero ya... - las lagrimas amenazaban por salir de ambos pares de ojos.

Me acerqué a ella y la abracé. Fuerte. Demostrándole que estaría ahí para ella, siempre.

-Amor no pienso dejar que... ya sabes- dije contra su hombro.- no tienes alguna tía o algo así con la que puedas contactar? Algún tío? Primo?

-Puede...- dijo sacando el celular del bolsillo.- hace mucho que no hablo con ella... al distanciarme de mis padres también lo hice del resto de mi familia.

-Inténtalo Nat, es una de emergencia, vamos, tú puedes.

Dicho esto marcó antes de que pudiera arrepentirse.

Decidí esperar fuera, por si se sentía incómoda.

Tras unos minutos escuché un "ya esta".

Entré y la imagen que vi me partió el corazón.

Nat lloraba en silencio con el móvil pegado al pecho.

Me acerqué y la rodeé con los brazos, tumbándola encima de mi. No dije nada.

Su pecho comenzó a ir más lentamente hasta alcanzar el ritmo adecuado.

-Que ha dicho Nat?- no podía aguantar, necesitaba saber la respuesta.

-Que vendrá. Que me acompañará.- dijo con una voz tenue.

-Eso es genial no?- exclamé yo dandole ánimos.

-Me entristece porque no viene por mi, sino por el dinero. Solo me acompaña si a cambio hay dinero.- suspiró- Es una mierda pero es la familia que toca. Así que le pagaré, y a la mierda, no quiero saber nada de mi familia. Dios.- pasó de la tristeza a la ira rápidamente.

Natalia se separó un poco de mi y se sentó en el borde de la cama.

Pum.

Su puño impactó contra la pared con fuerza.

Enseguida estos se enrojecieron.

- Nat!!- dije llevando mi mano a su mano .

Se liberó del agarre sin mucha brusquedad y volvió a golpear la pared unas veces más.

No sabía que hacer.

- Natalia tranquila...- intente decirle cuando los golpes habían cesado y ella apretaba la mandíbula intentando contener las lagrimas.

-Joder Alba no! No lo entiendes! No tengo a NADIE. Todo por dinero. Jamás me han querido. Estoy sola Alba SOLA! Y es una mierda.- concluyó y se quedó mirando a la nada.

Me acerqué y le quise agarrar de la mano, pero la noté mojada.

Sangre brotaba de las heridas que se abrían en sus nudillos.

-Déjame que te cure esto Nat.- me miró expectante- por favor.

Dicho esto nos levantamos y fuimos al baño.

La senté en la taza para poder curarle y comenzó a sollozar.

-Lo siento. Lo siento Alba no debería haber sido así contigo yo...

-Heyyy no has hecho nada amor, no te preocupes, todos estamos mal a veces- dicho esto nos sumimos en un abrazo.

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Abrazos que recomponen.
Abrazos que perdonan.
Abrazos que te unen, que te distancian.
Abrazos verdaderos.
Pero nunca son sólo eso. Porque detrás de un abrazo, hay una historia. Puedes continuarla como quieras... siempre que sea tuya.

Está terminando porque no me convence del todo... esto del final... no os lo toméis muy enserio, solo se me ocurrió :) un saludo

Las mejores navidades de mi vida: ALBALIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora