✧ :・゚➽ Tan lejano.

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Tomé el sombrero con cautela y lo sostuve frente a mi con ambas manos, como si no estuviera seguro de qué hacer con él

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Tomé el sombrero con cautela y lo sostuve frente a mi con ambas manos, como si no estuviera seguro de qué hacer con él.

"Es solo un sombrero", reiteró en su cabeza "Necesitabas uno nuevo ya que tu capa estaba rota."

Mis ojos se desviaron del sombrero a Zelda, y ella se volvió hacía Shad.

"Es una tontería, no tienes que usarlo. Es solo algo que reparé en el último minuto"
Dijo la melodiosa voz en su bizarro recuerdo.
"¡No! Quiero usarlo".

Coloque cuidadosamente el sombrero en mi cabeza, escondí mi coleta en la tela verde y dejé que el extremo del sombrero resbalar por mi cuello. Parecía un poco extraño, en realidad ya nadie usaba este tipo de gorras, pero de alguna manera parecía justo en mi.

Siempre había sabido que yo y ella compartíamos una conexión antigua, pero esa conexión rara vez le parecía concreta.

Asimismo, comencé a vestirme con lo qué había sacado de aquel lugar bajo mi casa.

Había pasado por Hatelia alguna vez y supuse qué había dejado la caja de madera en el castillo, pero de alguna forma había terminado en mi alforja. Más bien, en aquel bazar en el desierto la habría encontrado dentro de todo, después de dirigirles la mirada indiferente de siempre a Shad y Zelda, entré.

Recordé qué ese fue el regalo de mi madre, qué usara esos ropajes verdes cuando fuera mayor.

Dieciocho. Había cumplido dieciocho hace poco, por raro qué parezca, había madurado físicamente ese año.

Era mucho más alto y un poco más robusto.

Mi cabello cenizo encajaba más con mis ojos azules.

Tomé las partes de la prenda total y comencé a ponérmelo.

Me sentaba bien, era cómodo.

Después, puse las hombreras doradas relucientes y una gran facción de tela roja carmesí.

Era raro, Shad tenía tres años más qué yo, se veía un tanto viejo pero no era razón para qué me dijera pequeño.

Me veía más... ¿Serio?

...

Me cambié otra vez.

A mi estado original si se dice así.

Salí para sentir el frío abrumador de la noche en Gerudo, era la segunda vez qué veía algo qué nunca en mi miserable vida hubiera querido ver.

Dolor, es la mayor descripción de lo qué estoy sintiendo ahora.

Sus risillas se clavan como estacas en mi pecho.

Cinco meses después》

Tan lejana como siempre... lejos.

Él y ella, eran como la pareja más querida, aún no habían iniciado los preparativos de su boda. Mientras tanto, mis ganas de vivir disminuían, como... si no quisiera volver a despertar.

✦ ❥ ¿Y qué si tengo celos?  [ Zelink ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora