Capitulo 93

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Y volví a caer en la depresión, estaba tan bien, me sentía bien, hasta podría decir que me sentía… feliz porfin después de un largo tiempo. Pero tenía que venir Louis a mencionar las cartas, tenía que venir yo a clavarme cuchillos en el pecho con cada palabra de las más de 100 que habré leído. Cada una terminaba con un “mañana será un nuevo y mejor día”, estaba devastada, derrotaba, me sentía débil. Estuve a punto de abandonar la Universidad, en realidad no me gusta estudiar Medicina. Oh si, lo había olvidado, ¿se acuerdan cuando supuestamente me inscribí en Psicología? El torpe encargado tenía prisa, se confundió y ahora estoy en medicina, es verdaderamente desesperante estar en la misma clase que tu ex novio. Lo único bueno es que está David también, y le he tomado mucho cariño, es buena persona, su rostro es el reflejo de Haz y eso lo hace especial. 

Había algo raro en todas las cartas y notas de Harry… “La muerte sólo será triste para los que no han pensado en ella” esa frase estaba escrita al reverso de todas y cada una de ellas, y sólo me dejaba pensando y pensando, la susurraba todo el tiempo y hasta había veces en las que soñaba con Harry diciéndola desde sus propios labios. 

“Señorita Malik, llega un paciente a la sala de emergencias con sobredosis, que es lo que usted haría?” se escuchó la voz del profesor por todo el salón, todosvoltearon a verme, yo tenía mi mano en la barbilla totalmente desinteresada por la clase.

“Le diría a su cadáver cuán tonto fue por haber abandonado a todos los que lo amaban, que dejarlos solos y a su suerte simplemente fue muy egoísta, haber terminado sus problemas con tan solo tragar una carga de fármacos. Le diría que esa no era la solución, si quería morirse e irse de este mundo, se llevaría con el una parte del corazón de las personas que más lo querían” le respondí muy seria, aunque hubiera sido una respuesta muy tonta si la sala estuviera repleta de personas con batas blancas con un título de Médico en su pared, para mi resultaba muy cierta, eso sería lo que yo haría, no importando si la gente se dirige a mi por el nombre de “Doctora”.

“El paciente aún no está muerto” dijo el profesor Matthews bastante tranquilo, yo estaba sorprendida por eso, de verdad esperaba otra reacción.

“Entonces yo misma lo mataría” finalicé. 

Salí del salón, no porque me lo haya ordenado, si no fue por mi propia cuenta. Se sentía el silencio en los anchos y vacios pasillos, que poco a poco se fue llenando por el sonido de mis sollozos. Se abrió una puerta y supuse que sería el profesor Matthews del brazo de dos hombres de seguridad y la directora, para llevarme al manicomio o fuera de este lugar. 

Levanté la cabeza y no me había equivocado, estaba el profesor mismo, pero no veía a sus acompañantes. 

–¿Qué haces en el suelo? –dijo extendiéndome la mano, no la acepté. Así que tuvo que ponerse de cuclillas para hablarme.

–No quiero volver a su clase. –le dije honestamente, en estos momentos, lo único que quería era ser el paciente del ejemplo del profesor.

–No vengo aquí para llevarte a clase. –agregó. Lo ignoré– 

Hubo un silencio incómodo, escondí mi cabeza en mis piernas y todo mi cabello las cubría. El separó un mechón de mi cabello y lo puso atrás de mi oreja, recordé cuando Él lo hacía, cuando lloraba y el me consolaba, el siempre hacía eso. Levanté la cabeza y por instinto tomé su mano fuertemente y la separé. Me molesta lo que me recuerde al ojiverde. 

–¿Porqué lo matarías? –dijo el acabando con el silencio.

–Por que no tendría sentido salvarlo. ¿Sabe usted? Él tomó las pastillas por algo, y dejarlo morir sería lo mejor en vez de seguir con su sufrimiento. 

No es una tipica historia de amor (Niall, Harry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora