Capitulo 95

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–La historia es larga… -contestó David- Al irte de la universidad así, me preocupé un poco, así que te segui para preguntarte que pasaba. Pero sólo fuiste en tu auto y pues, yo pedí un taxi y te seguí denuevo. Llegaste a una casa y yo me senté en jardín de enfrente esperándote, no quería interrumpir nada. Pero luego saliste y te fuiste corriendo sin dejarme la oportunidad de preguntarte, así que te seguí denuevo –Tomo un poco de aire por que estaba hablando algo rápido- Y luego… fuiste a tu casa y sólo me apoyé en un auto que estaba estacionado enfrente, fue cuando vi el humo salir de una ventana, entré y te ví en el suelo rodeada de un cuarto lleno de llamas y se iba exparciendo… y bueno… ya sabes lo que sigue… te cargué y te llevé a pie al hospital que son como 2 kilómetros, pero no tienes que decir nada pero de nada. –culminó

–Aw, David muchas gracias, pero, tenías que dejarme ahí, esa era la ide… un momento, ¿llamas? ¿qué? ¿y que pasó con la cas…

No terminé de de formular esa pregunta cuando se abrió la puerta del cuarto muy bruscamente, estaba en el hospital así que eso no era normal.

–Así es ___, incendiaste la casa. –Me dijo mi madre, en sus ojos había un extraño brillo que pude identificar como enojo o furia, sus gestos faciales también lo hacían.

–Yo la verdad, yo lo siento mucho… bueno, enrealidad…

No sabía que decir, estaba más que en shock, y bueno, se había quemado todo, y era mi culpa, la tensión se hizo presente.

Mi mamá empezó a llorar, y entre sus sollozos dijo algunas cosas que no se entendían pero más o menos eran como “recuerdos” y todas las cosas que había perdido… me sentía terrible, aunque yo ya no viviera allí, me sentía fatal por las cosas de ella y mis hermanas.

–Nunca creí que fueras a causar algo así. –Mencionó con sus ojos llenos de odio mezclados con el brillo de sus lágrimas, podía detectarlo a simple vista.

–Lo lamento demasiado, de verdad –Mi voz se empezó a quebrar, de un momento a otro perdí la cabeza y sólo una cosa se me vino a la mente- ¿¡Y gatito!? ¡Gatito! ¿Dónde está el? –empecé a casi gritar, a gritar lo mismo repetidas veces, en vez de preocuparme por lo que ella se preocupaba, me incliné hacia gatito, el ahora es lo único que me queda de Harry. Mis movimientos bruscos hicieron que las quemaduras que tenía en el brazo empezaron a arder y me calmé un poco, claro, ellos también estaban tratando de calmarme.

–Tu gato estaba con nosotras en la clínica, no puedo creer lo mal que estás. –dijo ella, y se fue, aun con lágrimas en los ojos.

Suspiré, y volví a acostarme. Y como siempre, a sollozar cubriendo mi cara con las manos, odiaba tremendamente empezar a hacerme adicta a esto, a llorar… como que si eso resolviera los problemas, me sentía débil. Cuando estaba Harry era mucho mejor por que el se sentaba en mi par por horas, y me recostaba en su pecho desnudo, tal como me gustaba, y ahí estaba el para mí, siempre. Pero ahora la soledad se volvía en algo cotidiano.

–No llores, no quiero verte llorando. –Dijo David con un aire de tristeza o lástima que podía percibir. No le dije nada, solo tomé de su mano y de un momento a otro estaba abrazándolo con todas mis fuerzas, arrugando su camisa a cuadros roja con negro por que la tomaba entre mis puños. No podía explicar lo que sentía. 

XXXXX

La tarde se hacía noche y ya no soportaba otro día en la cama de la Universidad. Tenía leves quemaduras pero me dolían demasiado. A cinco días del accidente, cada vez me sentía peor. Olvidando todo eso mi familia literalmente me odia, no es ese odio de enemigos a muerte pero si me odia, y estoy segura de que mucho. Zayn dejó de llamar hace tiempo, creo que ni se ha enterado del incendio, está muy ocupado en Italia con Vanessa, parece que se van a casar pronto, con ella tampoco he hablado, es increíble que me entere de las cosas de mi propio hermano en internet y no de sus propios labios, una llamada no cuesta más de 5 dólares, hasta en las redes sociales, le saldría gratis ese mensaje, pero no, se desconectó y me parece bien, quien querría saber sobre una tonta solitaria supuestamente universitaria deprimida, nadie. 

No es una tipica historia de amor (Niall, Harry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora