succŭbus. { taennie } || próximamente.

Prólogo.

Últimamente se han estado reportando extraños ataques, siendo hombres el gran porcentaje de las víctimas. No había ningún sobreviviente a estos acontecimientos, por lo que no se sabía cuál era el peligro.
El gobierno coreano estaba realmente desesperado. Probó haciendo toques de queda, pero igual habían hombres muertos...
Pero, todos mostraban características similares:
Morían sin aparato reproductor, morían sin una gota de sangre o morían desmembrados.

Muchas veces, los hombres no tenían familia, pero los que sí la tenían, eran quienes tenían las muertes más horribles.
Nadie sabía qué o quién atacaba a los hombres.

Pero ella sí lo sabía, ya que ella era la culpable de aquellos sucesos.

Jennie Kim, una chica de mediana estatura, cabello largo y castaño, ojos finos y gatunos, una belleza de mujer. Aparentaba unos 19 años, tenía una figura hermosa... Era una musa para muchos, una chica linda para otros, y, para los fallecidos, ella era la protagonista de sus últimos sueños sexuales y una asesina.
Sin embargo, esto era algo que solo ella sabía.

A los 16 tuvo su primer encuentro con un íncubo, el cual, se presentó como Mino ante ella. Eran buenos amigos, hasta que tuvieron relaciones y este la dejó vivir, convirtiéndola en una súcubo. Ahora, seguían siendo amigos, pero eran compañeros de trabajo. Eran una clase de equipo, ya que, él se encargaba de matar a las mujeres, y ella, a los hombres.

Hubo un día, en el que ella se encontró a un joven mucho más alto que ella, de aspecto realmente atractivo, gran sentido de la moda, y una preciosa sonrisa cuadrada. Cruzaron miradas casi todo el rato, regalándose pequeñas sonrisas.
Se metió en su habitación aquella noche, observándolo de la oscuridad, metiéndose en los sueños de este mismo. Sería la víctima de la noche.

Se dedicó a observarlo durante todo el sueño. Se presentaron, ella descubrió que se llamaba Taehyung, Kim Taehyung. Era un chico tímido, se dio cuenta a la hora en que este mismo se disculpó por no haberse presentado antes, jamás había tratado con mujeres y que ella le parecía muy linda. Se prometieron ver al siguiente día, en la misma tienda en la que se vieron por primera vez.

Ella se retiró de sus sueños y fue rumbo a su propio departamento, sonriendo y pensando en ese chico. Probablemente, había encontrado a su humano, solo era cosa de ver si la ayudaba a mantenerse con vida con el paso del tiempo.