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Apenas comenzaba el día, y Loki se había dado cuenta de que la pequeña Agni se encontraba mal.

En el desayuno no había hablado, nisiquiera había dicho buenos días. Y eso al chico lo preocupaba, ella era una chica muy alegre, y de un día para el otro ella se encontraba triste.

Loki juro que pudo ver sus ojos rojos y muy cristalinos, como si hubiera estado llorando por horas.

Luego del desayuno, que por cierto Agbi casi no comio nada, la chica se levantó y caminó rápidamente hacia la biblioteca, su "refugio".

Loki apresuradamente se acercó a su madre.

— Madre.— El chico habló, bajo la mirada de la hermosa mujer.— ¿Que es lo que trae a Agni tan triste?.—

La mujer se quedó pensando unos segundos, debatiendo en su mente si decírselo al chico o no.— Un día como hoy, sus padres la dejaron en nuestras manos.— La elegante mujer se decidió por decirlo.

— ¿Por sus poderes?.— El niño pregunto curioso. Su madre asintió.— Agni es asombrosa, no entiendo por qué la dejarían por ello.—

La elegante mujer sonrio y proporciono una pequeña caricia en su mejilla derecha.— Sus poderes no son un talento precisamente y Agni lo sabe. Algunos niños nacen con la tragedia en su sangre. Y Agni es una de ellos.—

El chico asintió y luego de despedirse de su madre cambió hacia donde creía que la chica estaría.

Entro por las grandes puertas a la biblioteca, buscando con la mirada a la pequeña azabache.

La encontró en una de las ventanas, con un libro en sus manos, pero no estaba leyendo, estaba mirando hacia el gran jardín.

— Lady Agni.— La chica al escuchar a Loki rápidamente limpio las lágrimas que corrían por sus mejillas.— ¿Te encuentras bien?.—

— Si.— La chica susurró, su voz la había delatado, y odiaba eso. Agni mantuvo su vista en el libro que estaba en sus manos sin atreverse a mirarlo, ella sabía que el sabría que estaba mintiendo.

— ¿Entonces por qué las lágrimas?, no te atrevas a decirme que ese libro midgardiano te hizo llorar.— El chico soltó mientras se acercaba más a ella, logrando sentarse en frente.

— Lo sabes Loki, no se por que lo preguntas.—

El chico se encogió en su lugar.— Por que tal vez querías hablarlo.—

— Hablar de como mis padres me abandonaron, solo por tener una maldición en mi.—

— No es una maldición Agni.— La niña bruscamente miró a sus ojos.

— Si que lo es. Destrullo todo a mi paso Loki. Soy un monstruo.—

— Deja de decir eso.—

La niña se levantó enojada y caminó a uno de los sofás, lejos del príncipe.

El chico arrepentido pensó que hacer.

Ella comenzó a leer el libro, realmente no leía, tenía demasiadas cosas en la cabeza, solo miraba las páginas y se preguntaba por qué no nació en midgard, donde todo era normal, no como aquí.

La niña siguió pensando hasta que sintió que algo venía hacia ella, bajo el libro y vio cómo una mariposa de papel se acercaba hacia donde ella se encontraba, aleteando.

Se posó en su libro y aleteo unas veces más para luego desarmarse, quedando un papel arrugado que decía lo siento.

La chica levantó la mirada para encontrarse a Loki frente a ella con una sonrisa.

— No eres un monstruo para mi —

Lume ▪︎ Loki Laufeyson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora