Página #17

357 57 29
                                    

     —Tú hablaste con el Alto Consejo —dijo Optimus Prime.

     Alpha Trion asintió. —Pero no tenía que haberlo hecho. Ellos habrían llegado a la misma conclusión sin mí.

     —Te hiciste a ti mismo una injusticia, Alpha Trion —dijo usando el nombre por primera vez—. Creo que tú sabes qué tan influyente puedes ser.

     —Me retendré a mí mismo este argumento en particular. Y tú también deberías evitarlo. Tienes cosas más importantes que hacer.

     —Mira todo lo que han hecho los Decepticons durante estos megaciclos. Si hubieras elegido a Cleodata, nada de esto hubiera pasado.

     —¡Dije que me retendré! —gritó Alpha Trion golpeando las manos sobre el escritorio—. Ahora, puedes retirarte.

     Y con esas líneas, Alpha Trion se dio cuenta que Optimus Prime tenía razón, pero no había tiempo para arrepentimientos. Ya es muy tarde. Entonces el archivista decidió que solo observará en el anonimato y nunca mas influenciaría.

.   .   .

     En Badlands, Megatron estaba mirando abajo desde la ventana hacia los subordinados de la ciudad y Cleodata sentada con las piernas cruzadas. Él estaba estresado con el reporte de Shockwave.

     —Mi lady, es la quinta vez que Shockwave me reporta sobre la escases de energon de nuestra armada. No podemos seguir así.

     —Estamos escasos de energon días después de que le arrancaste la caja de voz a Bumblebee —opinó Cleodata. Entonces ella se dio cuenta que no había visto a Shockwave desde esos mismos tiempos—. ¿Dónde se encuentra Shockwave?

     —En Trypticon —dijo sin voltear a verla.

     Y ese nombre despertó algo olvidado en la mente de Cleodata.

     —Megatron, ¿recuerdas lo que te dije que yace en Trypticon?

     —¡Ah! —Megatron abrió los ojos como si hubiera sido acuchillado por la espalda por la inspiración.

     Megatron estaba enfermo de pelear una guerra en el que las victorias de las batallas se repartían como un juego de pelotas. Era hora de poner la balanza a su favor permanentemente para que pudiese iniciar su trabajo de reconstruir junto a Cleodata al Cybertron que él había construido en su mente. Un Cybertron donde cada bot supiera qué hacer, no por un grupo de consejeros, sino porque cada cybertroniando tendría su oportunidad de encontrar en qué eran buenos. Después de todo, Megatron no era malo en realidad, pensó Cleodata. Para eso tendrían que hacerle una visita a Shockwave y a Starscream.

     Starscream los recibió con todos sus comandantes aéreos con una postura apenas respetuosa.

     —Que tierno —dijo Cleodata dirigiéndose a todos los seekers—. Un comité de bienvenida.

     —Considérenme bienvenido y muéstrenme lo que han estado ocultándome aquí arriba —dijo Megatron.

     Starscream los guió pero Megatron se desvió al cuarto de limpieza y era porque Cleodata (en el instante que llegaron a la estación Trypticon) había ordenado a sus guardias que aseguraran la lealtad hacia Megatron de todo aquel que trabajara en Trypticon, y que aquel que opusiera resistencia, fuera severamente castigado en el cuarto de limpieza.

     Dentro, alineados en las paredes, estaban los remanentes de científicos e ingenieros. Algunos de ellos se veían heridos. Todos aterrorizados. Habían sido neutralizados y sus vocalizadores habían sido brutalmente arrancados.

Gladiador GrisáceoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora