capitula 44

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hola, mis bellos lectores, mi justificación de no haber subido cap antes, fue porque andaba de fiesta.....yeah!!....fue mi cumpleaños jajajjaj ....más vieja, lo bueno que la inmortalidad esta presente :3 jijiji *se echa porra sola*......pero aquí están sus dos capítulos...les dejó leer :3 



Capítulo 44

Arthit había calculado que kong y su hermana le harían una visita al día siguiente de su llegada y, en consecuencia había resultado no perder de vista la pensión en toda la mañana. Pero su cálculo resultó equivocado ya que sus visitantes acudieron el mismo día que llegaron a pemberley. Arthit y sus tíos paseaban por la población con algunos de los nuevos amigos y regresaban en aquel momento a la pensión para vestirse e ir a comer con ellos, cuando el ruido de un carruaje los hizo asomarse a la ventana, desde donde vieron a un caballo y a una señorita en un cabriolé que subía por la calle. Arthit, que reconoció al instante la librea, adivinó lo que eso significaba y proporcionó no escasa sorpresa a sus parientes poniéndolos al corriente del honor de que iba a ser objeto. Sus tíos quedaron asombrados y el nerviosismo en el modo de hablar de Arthit, unido al hecho mismo y a muchas de las circunstancias del día anterior, les hizo concebir el asunto desde un nuevo aspecto. Nada lo había dado a entender antes, pero ahora convinieron en que no había otro medio de explicarse esas atenciones por parte de kong, sin suponer cierto interés por su sobrino. (cachin!...le atinaron jajajajj) mientras acudían a sus mentes esas nuevas ideas, la perturbación de Arthit aumentaba por momentos. Se admiraba de su propia inquietud, pero entre otras causas de desasosiego, temía ahora que la parcialidad del hermano hubiera hablado a Miss Sutthilak demasiado en su favor, y deseoso de resultar particularmente agradable, no lo consiguiera.

Se apartó de la ventana para no ser visto, y mientras paseaba por la habitación, tratando de calmarse, percibió tales miradas interrogativas en sus tíos, que esto lo puso aun más nervioso.

Entraron kong y su hermana, y llegó el momento de las presentaciones. Con asombro advirtió Arthit que su nueva conocida estaba casi tan azorada como él mismo. Desde su llegada a Lambton había oído que Miss Sutthilak era extremadamente orgullosa, pero tras estudiarla por unos minutos llegó a la conclusión de que solo era tímida en exceso. Se expresaba prácticamente con monosílabos.

Miss Sutthilak era más alta que Arthit, y aun cuando solo tenía dieciséis años, ya estaba desarrollada y su aspecto era femenino y muy agradable. Era menos agraciada que su hermano, pero su rostro denotaba inteligencia y buen carácter y sus modales eran sencillos. Arthit, que había cierto encontrarla observadora y tan perspicaz y constante como había sido siempre kong, se sintió muy aliviado al observar cuán diferentes eran los dos hermanos. Poco tiempo llevaban juntos cuando kong dijo a Arthit que pete estaba en camino y apenas había tenido tiempo de expresar su satisfacción y prepararse para semejante visita cuando oyeron los precipitados pasos de pete en la escalera, y al instante entró en la habitación. Toda la cólera de Arthit contra él había desaparecido hacía tiempo, pero de haber sentido todavía alguna, difícilmente habría podido resistirse a la franca cordialidad con que se expreso. Le preguntó por su familia y se condujo y habló con el buen humor que le eran habituales.

Para los tíos Gardiner, pete era un personaje poco menos interesante que para Arthit. Hacía tiempo que deseaban conocerlo. En realidad, todos los presentes les inspiraban la mayor curiosidad. Las sospechas que acaban de concebir sobre kong y su sobrino los forzaron a dirigir atención y pronto tuvieron la certeza absoluta de que uno de ellos dos, al menos, estaba enamorado. De los sentimientos de Arthit dudaron un poco, pero la admiración del caballero era patente. (sí!....está loco por su sobrino)

Arthit, por su parte, estaba muy ocupado tratando de adivinar los sentimientos de cada uno de sus visitantes; debía también contener los suyos propios y mostrarse amable con todos. Bien es verdad que cuando a lo último, aun temiendo equivocarse estaba seguro del éxito, porque aquellos a quienes trataba de complacer sentían por él verdadera simpatía. Pete estaba dispuesto, Georgina, dispuesta, y kong, resuelto a quedar complacidos.

Orgullo y Prejuicio (kong y Arthit) SOTUSWhere stories live. Discover now