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En medio de la noche Matsuno había despertado, sentándose bruscamente en su cama, gotas de sudor frio recorrían su frente, la respiración volviéndose pesada y que parecía comprimir sus pulmones, acompañaban  una creciente angustia que se extendía por su pecho producto de las emociones tan reales que lo habían despertado, llevo su mano derecha para ser apoyada con fuerza contra el lado izquierdo de su pecho, como si quisiera impedir que su corazón se saliera sitio, mientras que su cuerpo temblaba ligeramente, su minino que solía dormir a los pies de su cama también había despertado ante el ajetreo y se mantenía observándolo con cierta curiosidad.

Chifuyu trato de calmarse, el sueño, o más bien la pesadilla que había tenido recientemente lo había aterrado, las escenas aún presentes en su mente volvían a pasar frente a sus ojos una y otra vez, atormentandole en el proceso. Sus ojos que parecían perdidos en algún punto se movían constantemente, no sabía que hacer, no quería despertar a su mamá por algo como eso, así que buscando consuelo estiro los brazos a su minino que de inmediato se acerco acurrucándose en los brazos de su dueño en un intento de darle el confort que buscaba.

-Peke...  ¿Por qué Baji-san está actuando así? ¿Por qué no me pide ayuda? Yo... - Trago saliva,  aquellas palabras lastimaban incluso saliendo de sus labios. - - Yo lo vi en mis sueños...-

La voz del rubio comenzó a quebrarse, la opresión en su pecho no hizo más que aumentar causando un dolor punzante cuando intentaba jalar aire para buscar calmarse, aquel sueño había sido tan vivido, tan real que casi podría jurar aun sentía el peso de Keisuke en sus brazos, aún podía sentir su calor desapareciendo poco a poco de su cuerpo y la sangre mojando su propia ropa al mantenerse aferrado a su amado.

- ¡Vi morir a Baji-san, lo habían herido, había perdido tanta sangre y yo, yo...!- Soltó en un grito desesperado, pensando que de esa manera podría ver qué no había sido real, pero solo logro que esa idea tomar más fuerza en su cabeza.

- Estaba muerto, nadie hizo nada por ayudarlo... Ni siquiera yo hice algo. —

Trago saliva tratando de evitar que las lagrimas salieran de sus ojos, pero fue en vano, su voz salió apenas en un hilo que había Sido audible para él, como si la constante opresión que se mantenía sobre su pecho le hubiera vencido, burlándose de él y su triste destino, gruesas lagrimas bajaron por sus mejillas hasta perderse al caer de su rostro.

  -¡Yo no pude hacer nada! ¡Baji-san salvo mi vida aquella tarde y yo pude hacer lo mismo por él! ¡Murió en mis brazos! - 

Por largos minutos Chifuyu se encontró llorando, siendo consolado únicamente por su pequeño gato que de alguna manera surreal parecía compartir el dolor que su dueño pasaba, se quedo sentado sobre su cama pasando su mano sobre el suave pelaje del animal que se había mantenido apoyado entre su cuello y hombro, compartiendo los sentimientos del rubio.
Por cada minuto que pasaba su llanto comenzaba a debilitarse, comenzó a volverse en simples quejidos hasta que finalmente aun con Peke J en brazos se recostó, sus ojos ardían ligeramente y podía sentir sus párpados hincharse  así que cubrió de ellos con su brazo buscando quitar la humedad restante de su rostro pues está comenzaba a irritarle la piel.

- Baji-san no puede morir aun ¿Cierto?, aún tenemos muchos planes por delante... Aún no he tenido la oportunidad de decírselo. -

Algo en las palabras "morir" y "Baji" juntas inquietaba a Chifuyu, jamás había pensado, ni un solo momento en que podría estar separado de esa forma de Baji, y es que eran demasiado jóvenes para preocuparse por eso, tenían una vida entera por delante, tantos lugares que pensaban  visitar, tantos sueños por cumplir, y a el presente anhelo de que sus sentimientos fueran correspondidos por Keisuke, no, su corazón no podría soportar perder a la persona que tanto amaba, simplemente la vida sin Baji no sería vida.

Quizás estaba exagerando, no muy seguro de ello, pero, por un momento pensó que si aquel sueño se le había presentado a él era porque algo debía de hacer, poder evitar la muerte del chico, claro, nadie tendría porque sospechar de que estuviera detrás suyo, todos sabían que Chifuyu siempre seguía a Baji y que era el único que confiaba en que su capitán no los había traicionado, además que ya había visto el momento en que sucedería aquel incidente y supuso tendría la posibilidad de evitarlo.

Un pequeño peso fue removido de sus hombros, no sabía si era muy confiable el creer que lo que vio en un sueño pasaría, pero, si era una señal del destino de que debía de proteger a Baji, Chifuyu entonces arriesgaría su propia vida si era necesario.

- Yo realmente amo a Baji-san, a pesar de todo mi corazón aún confía demasiado en el. -

Bajo la mirada para encontrar los ojos de su mascota que aún lo observaban, lentamente un par de dedos tomaron la pequeña oreja del animal acariciando suavemente, una pequeña sonrisa forzada se marcó en sus labios.

- Mañana, no importa lo que suceda al final, protegeré a Baji-san, no dejaré que Kazutora lo... Mate. -

Fue claro para él que no iba a volver a conciliar el sueño, no quería revivir aquellas horribles escenas una vez más, sumado a que su mente empezó a formar la idea de las acciones que realizaría pues seguramente no estaría libre en su totalidad en una pelea tan grande, aunque también Takemichi le había dicho que iban a ayudar a Baji, así que no estaría solo, podía contar con su compañero y en qué esté protegería a Keisuke.

Todo iba a salir bien.

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𝐀𝐥𝐥 𝐭𝐡𝐞 𝐀𝐧𝐠𝐞𝐥𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora