A.U Medieval

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El pequeño campamento había sido armado, Ochako e Izuku fueron en busca de leña para cocinar algo esta noche. Iida estaba en su tienda seguramente haciendo el informe de aquel día para enviarlo a su hermano y que terminaría también en las manos de su padre, se sintió abatido ya casi se cumplían un año desde que saliera de su reino y se unirea al grupo de Midoriya, casi 2 meses desde que confirmaron el hecho de que AFO había despertado al mismo tiempo que el chico Bakugo se había unido al grupo aunque lo conocieran desde su primera travesía por las tierras de fuego, ahora era más fácil desplazarse gracias a Kirishima el "pariente" del rubio.

Se quedó cerca del fuego para poder leer su libro ahora que tenía tiempo, un regalo de su hermana que le entregó en su décima primavera. Escuchaba como la madera crepitaba al quemarse y se sentía bien.

-¿Que es eso? - siente la respiración detrás de su oreja, suspira ante este contacto, el chico rubio de la tribu de los elfos parece ciertamente curioso.

-Un libro-se recorre y el otro se acomoda junto a él ve como rueda los ojos un tanto fastidiado.

-Ya lose idiota hablo de lo que tiene escrito.- río un poco era divertido molestar al rubio , aún recordaba como en un tiempo solía decir que nunca estaría con ellos y que los mataría la próxima vez que se encontrarán cosa que no se cumplió en las múltiples ocaciones que cruzaron caminos, pero en muchas estuvo casi por cumplirla. Ahora él era quien los alimentaba, daba gracias por eso la comida que Ochako preparaba no sabía mal, pero era simplemente desagradable de ver o imaginar comer aquello, Midoriya podía cocinar aunque su comida era simple e incipido y de cierta forma siempre que el peliverde cocinaba terminaban cansados y sin motivación, Iida simplemente hacia comida que sabía fatal lo extraño era que toda la comida que había preparado hasta entonces tenía el mismo sabor horrible, así que tener a Bakugo alimentandolos era una bendición para ellos.

-Poesía-responde, ve como el chico arruga la nariz sin comprender el término, y antes de que lo pregunte el ya piensa en ello ¿Qué era la poesía?, no lo sabía con exactitud un concepto ambiguo sería el hecho de escribir para la persona amada o hermosas palabras que debían hacer suspirar al lector, no, la poesía era más que ello, la poesía reflejaba el sentir, el amor que se sentía por aquel ser a quien amas desde lo más profundo ser, aquel ser que sin dudar le entregarías la vida si este te reribuiria, la poesía era en sí la persona que hacía sentir todo aquello, era la persona que inspira el ser que te hacía suspirar y soñar, la poesía era él, no, él era su poesía, solo la suya.

-¿Que es la poesía? -gira para verle a los ojos esos rubí incandescentes que le llamaran la atención desde el primer momento que conectaron miradas y desde entonces nunca pudo sacárselo de sus pensamientos y mucho menos de sus sueños. Sonríe como pocas veces, esta muerto piensa, enamorado dice otra voz en su cabeza.

-Encerio lo preguntas -No sabe quien se acerca ni quien se queda quieto ante la distancia acortada- Poesía eres tú. -Y sin más sus labios se juntaron.

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Bue, no se porque hice esto, ni porque esa poesía apareció de la nada en mi mente.

Inspirado en la poesía de Gustavo Adolfo Bécquer.

-¿Qué es poesía? -dices mientras clavas en mi tu pupila azul.

-¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía, eres tú.

Kærlighed -Todobaku-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora