Me preocupa que Ikuya pueda tener problemas. No es que me haya dicho algo, es que desde hace unas semanas me sigue a casi todas mis competencias. En el pasado, cuando él se sentía ansioso e inseguro, me imitaba y perseguía. No quiero que vuelva a depender de mí, suficiente sufro conmigo mismo.
Me siento en las gradas del complejo tras haber terminado mi participación, hoy nadé 200 metros estilo libre, el crol es mi sello personal. Algún día entraré a los 50 metros, podría ser interesante. Solo tengo que hablarlo con Ryuji Azuma, mi entrenador.
—Bien hecho, primer lugar —Asahi se sienta a mi lado.
—Vi que ganaste los 50 metros mariposa —es mi manera de felicitarlo.
—¡Buen trabajo a ambos! —Kisumi nos alcanza, dando saltos.
—Gracias, chicos —sonríe Asahi.
Ellos se enfrascan en una conversación sobre las próximas competencias, Asahi nos promete que romperá su tiempo personal y entrenará sin descanso para conseguir un lugar en el Japan Swimming Grand Prix. Por su parte, Kisumi nos comparte sus planes para las actividades de otoño de su club de baloncesto.
A un costado de nosotros aparece Hiyori, escruta las gradas de arriba abajo en busca de alguien o algo. Con una sonrisa fingida se nos acerca.
—Hola, Tono–kun —lo saluda Kisumi, ignorando la mala vibra que emite el recién llegado.
—Buenas tardes —a Kisumi le hace una breve reverencia, a Asahi y a mí ni nos mira.
—¿Qué haces aquí? —gruñe Asahi—. Shimogami no participa hoy.
—Ikuya me dijo que venía a apoyarlos.
—¿¡Dónde está!? —se emociona Asahi.
—Eso les pregunto yo —resopla Hiyori.
Percibo como tres pares de ojos me interrogan, contengo un suspiro antes de alzar el rostro. Vi a Ikuya en el área de espera al comienzo de la jornada, luego en las gradas. Por esa razón me preocupé.
—Anduvo por ahí. No hemos hablado —no sé qué más explicar.
—¿Cruzó la ciudad para no saludarte? —la pregunta que todos pensamos es expuesta por Asahi.
Me encojo de hombros.
—¿No le afecta estar aquí? —interroga Kisumi.
—Ikuya es el mejor de la clase y el club, trabaja más que nadie para conseguir sus objetivos. Tampoco se va a arruinar por faltar un día al entrenamiento —mientras más habla él, su voz es estridente—. Siendo honesto, creo que no debería preocuparse tanto por cierta gente que ni le agradece su apoyo.
Ignoro las dagas que Hiyori me lanza a través de sus anteojos, esta vez soy inocente.
—¿Oye, qué dices? —se levanta Asahi para encararlo.
—Por favor, basta —se interpone Kisumi.
—Seguiré buscando a Ikuya —se aleja.
—Qué tipo tan amargado —retoma su asiento—. Ikuya también es nuestro amigo y tiene derecho a visitarnos.
Reprimo el impulso de salir corriendo, odio que me involucren en situaciones ajenas a mis intereses. Parece que a nadie más que a mí le importa respetar el espacio de los demás.
—Por ejemplo, la semana pasada, él vino a un congreso que tuvimos los especialistas en mariposa —añade Asahi—. Nos acompañó, nos divertimos mucho. Si no fuera porque tenía que ir a Shimogami, se hubiera quedado por la tarde.
—Entonces, no pasa nada...
—¿Te dijo algo, Haru? —me cuestiona Kisumi.
—¿Eh? —¡Oh, no, dije mi pensamiento! Bueno, puedo aprovechar a resolver mi duda—. Que si notaron que Ikuya forma parte de nuestros animadores con frecuencia.
—¡Sí, porque es mi fan número 1! —presume Asahi con una sonrisa radiante—. Ya les conté que me acompaña a mis reuniones.
—Entiendo —lo hago.
Ya sabía que me estaba imaginando las cosas. Puedo respirar tranquilo con la confirmación de que Ikuya no tiene problemas ni me persigue, me niego a repetir la situación precaria que padecimos por 6 meses.
Me dispongo a marcharme.
—Hasta mañana —anuncio.
—¿No verás la carrera de 200 metros mariposa? —dice Asahi.
—No.
—¡Ah, ya va a comenzar! —anuncia Kisumi—. ¡Vamos!
—Adiós, Haru —se despiden y se dirigen a otro sector de las gradas, donde hay más espectadores haciendo porras.
Yo solo nado estilo libre en eventos individuales y relevos combinados, lo demás me vale. Busco la salida y comienzo a pensar en lo que cocinaré para cenar: caballa y curri. A lo lejos miro a mis amigos que se han sumado a un grupo muy ruidoso, le gritan y aplauden a alguien. Identifico a Ikuya y Hiyori entre la multitud, es Ikuya el más escandaloso de ellos. El estilo mariposa parece ser muy popular en estos días.
La carrera termina y el tablero de posiciones se ilumina. El nombre del primer lugar congela mi respiración.
—¡Excelente, Rin! —grita Ikuya.
¿Qué?
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Sentimientos paralelos | RinIku [Rin x Ikuya]
Fanfic«Uno no decide de quien se enamora, el amor es universal e indiscriminado, que tarde o temprano llega a tu vida». Haruka Nanase creció escuchando tal frase y pensaba que nunca se enamoraría, hasta que todo cambió una tarde de verano, cuando presenci...