No tengo ninguna cualidad, soy desconfiada, no se lo que es la preocupación, soy una persona apática y deberías saber que no tengo ni una pizca de empatía.
No siento nada.
Para ser más precisos, estoy vacía.
Como si no sintiera nada.
¿Por qué quier...
Agarró su móvil con pereza mientras miraba la pantalla del mismo con aburrimiento e indiferencia, sabiendo que la notificación que había recibido sería una tontería.
Era mamá.
Con algo más de interés abrió el mensaje mientras fruncía el ceño temerosa, un poco asustada de lo que esa mujer podía hacer. Sus ojos se abrieron de manera exagerada a la vez que sus labios formaban un pequeño circulo.
''Prepárate porque el siguiente curso lo pasarás en la UA, la academia de héroes''.
Aquel pequeño texto sería uno de sus más grandes y asquerosos problemas que no se solucionaría en su vida. Y obviamente no se podía negar, porque cuando su madre quería alguna cosa la conseguía no importa que.
Sentía como las lágrimas de impotencia amenazaban por salir. Si, algo tonto llorar por una cosa así, pero para ella era lo peor que podía pasarle ahora mismo.
Era muy fácil; ella no quería convertirse en héroe.
Se tragó el agua de sus ojos como siempre hacía. No lloraría nunca más, se lo prometió a sí misma. Pasó las manos por sus ojos quitándose los redondos lentes que usaba todo el día. Ella pensaba que no merecía llorar.
A pesar de que ella lo estaba haciendo lo mejor que podía, se sentía vacía.
—Vamos a ver si este curso puedo llegar a ser feliz y rellenar este hoyo que tengo como corazón —se dijo a sí misma riendo amargamente mientras aguantaba el nudo que tenía en la garganta—. Estoy en la mierda.
Si nunca la dejan seguir sus sueños, ¿cómo puede no sentirse vacía?
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