Día 30

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Hola! Nuevo cap 🙋

Disfrútenlo ❤️❤️

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Los últimos días han sido divertidos, con Eren hemos estado viajando continuamente y solo nos deteniamos por si veíamos cosas interesantes, como por ejemplo el paracaidismo. Yo no me he animado a hacerlo, él sí. Pero como las cosas del universo planean que casi el 95% de las cosas salgan realmente mal, Eren tuvo un ataque de pánico al lanzarse y casi solo por un instante se olvida de abrir su paracaídas, después de dos horas de su aterrizaje perfecto logré calmarlo, y me dije que evidentemente no podía dejarlo solo.

Más adelante y solo por una noche nos dimos la oportunidad de descansar en una habitación de hotel, pero nuestra estadía terminó cuando trajeron a Eren desnudo y todo mojado pidiéndonos que nos retiráramos, que no nos denunciarían a menos que les diéramos una respuesta negativa, la razón, fue él nadando desnudo en la piscina a las seis de la mañana.

Y nuestra penúltima parada antes de llegar al hotel en donde estábamos fue nada más que en una boda. No entramos a la ceremonia sino a la fiesta que viene después, de una mujer llamada Nanaba que se casaba con un tal Nile.
Inclusive nos animamos a saludarlos después de probar los bocadillos y comer un poco, hablando con los invitados (que la mayoría creyó que éramos amigos del novio) nos enteramos de que la mujer era Rusa y haciendo un acento totalmente falso los felicitamos.

Ambos nos miraron curiosos, sin saber realmente por quién estábamos allí, hasta que Eren decidió dar el toque final a la noche antes de salir huyendo como cobardes.

—Yo estar muy feliz por ti Nile, nuestra noches intensas ammm no, el sexo entre los tres acabar ahora que tú estás casado.

Su mujer comenzó a gritar de que la había engañado después de cinco años de estar juntos y con dos hombres, la gente se escandalizó y el pobre hombre no sabía si perseguirnos o calmar a su mujer.
Y aquí estamos, Eren está dándose un baño después de su travesura, mientras yo solo he prendido la luz de la mesita de noche para que sea un espacio más íntimo, he pedido un poco de comida y he puesto unas mantas sobre el piso con las bandejas, también he pedido vino. Afuera la tormenta es fuerte y por las razones que anteriormente mencioné, Eren prefiere quedarse seguro en el dormitorio.

Ha salido con la toalla sobre su cuello, lleva su horrible pijama rojo y unas pantuflas de conejo, y aunque me cueste decirlo se ve increíblemente adorable.

—¿Esta es una noche romántica señor Ackerman?— su frase refleja la burla misma, pero sus ojos brillan demostrando lo contrario, deja la toalla sobre una silla y se sienta delante de mi, cruzando sus piernas en canasta y observa los platos— me gusta.

Antes de que pueda decir algo, toma su celular y pone música, Ed Sheeran para ser precisos, Eren es un gran admirador y tiene todas sus canciones perfectamente ordenadas por álbum, antes no lo escuchaba pero me he hecho un gran admirador gracias a él.

—Esto lo hará parecer a una de esas escenas cursis de las películas de Hollywood— sonríe y luego deja el aparato a un lado de las mantas.

—¿Quiéres que se parezca a una de esas escenas?

El ríe, una risa suave y contagiosa, sacudo la cabeza mientras le sirvo un poco de vino en su copa, haciendo un brindis por ambos y por nuestro viaje decidimos comer antes de que la comida se enfríe. El celular sigue reproduciendo a Ed Sheeran, desde Give me Love hasta Perfect, Eren parece estar completamente relajado a pesar de que la tormenta podría haberlo asustado bastante y eso me gusta, me gusta pensar que él puede estar tranquilo a mi lado.

Después de comer y de quitar las bandejas de las mantas solo nos dedicamos a beber un poco más de vino, Eren se ha recostado en mis piernas con los ojos cerrados, mientras que mis dedos se pasean suavemente por su cabello. Hasta que recuerdo lo que tengo guardado en el bolsillo de mis vaqueros, le pido que se levante por unos segundos mientras busco la pequeña caja que he conseguido esta misma tarde.

Sus ojos se agrandan y me mira intrigado mientras le enseño la caja dorada entre mis manos, la toma entre sus manos y la abre, por unos segundos pienso que el gesto no le ha agradado en lo absoluto, hasta que sonríe.

—Quería comprarte algo pero no sabía realmente que podría ser, así que puedes elegir la que más te guste.

Él asiente y toma la fina cadena entre sus manos, un collar tiene una llave y la otra un pequeño candado. He dado vueltas por la joyeria durante casi media hora mientras Eren se quedaba en el hotel, al principio creí que unos anillos serían geniales pero tampoco quería que pensara que iba demasiado pronto, así que cuando las vi, pensé que sería un buen regalo, algo que, indirectamente nos uniera a ambos.

—Me quedo con la llave— alza su mano y la extiende hacia mi, en un pedido silencioso se da la vuelta para que le coloque el collar, lo hago, rozando su nuca en el proceso, tímidamente hace lo mismo conmigo y cuando ambos tenemos las cadenas en nuestros cuellos se siente como si en verdad hubiesen estado hechas para nosotros —me gusta esta canción.

Thinking Out loud suena ahora a través del parlante, él extiende su mano hacia mi y yo la tomo, bastante avergonzado. Eren sonrie, sus ojos brillan y sus mejillas están rojas, mi corazón da un brinco cuando me arrastra consigo, sus manos se posan en mi cintura y las mías sobre sus hombros. La diferencia de altura es notable, pero no incómoda.

—Si fueses más alto, apoyaría mi cabeza sobre tu pecho— suelta una risita baja que me contagia de inmediato.

—Eres un idiota.

Sin embargo, he entendido el mensaje, así que el que apoya la cabeza en el pecho del otro soy yo, los latidos de su corazón son constantes y tranquilos, cierro los ojos dejándome llevar mientras Eren me abraza un poco más y giramos por la habitación, sin prisas, sin ser excelentes bailarines, sin que nadie nos mire o nos interrumpa, solo Eren y yo, como siempre lo he querido.

Cuando la canción termina me atrevo a mirarlo, él ya lo está haciendo y me siento avergonzado, jamás creí poder estarlo delante de un chico, pero Eren es diferente, siempre lo ha sido, tímidamente se acerca a mis labios y los roza, pidiendo en silencio poder besarlos y se lo concedo, esta vez dejo que él lo haga, que lleve las riendas de la situación y me gusta, me gusta ese Eren que a pesar de estar sumamente avergonzado se atreve a hacer lo que quiere, me gusta este Eren que quiere besarme, quiere sentirme, quiere estar así conmigo.
El beso es lento, dulce, suave sin ninguna prisa, y crece a medida que pasan los minutos, su boca es adictiva, y sus suspiros me hacen temblar. Nuestras lenguas rozan, nuestros dientes a veces chocan, torpes, totalmente torpes, pero aquello no importa.

Caemos en la cama y reímos, la ropa después de unos minutos más desaparece, nos tomamos nuestro tiempo explorándonos mutuamente, su cuerpo es suave y sensible y el mio entre sus manos y su boca se vuelve dócil, sus ojos son dos llamaradas ardientes y su tacto quema cada vez roza mi piel. Esta vez nadie está aterrado por lo que pasará en la mañana siguiente, ni con vergüenza por lo que pasará unos minutos más tarde.
Esta vez es Eren quien decide estar arriba, apresando con sus piernas un poco mi cadera y sujetandose con sus brazos sobre mis hombros, suspirando y gimiendo en mi oído, ayudado en cada uno de sus movimientos por mis manos en su cintura, diciendo mi nombre cuando llega a su orgasmo y besándome cuando lo hago yo. Con caricias lentas y besos robados terminamos abrazados en la cama, la música ha terminado al igual que la tormenta. Su cabeza está sobre mi pecho y su mano está haciendo lentos círculos sobre mi abdomen.

Y en todo lo que puedo pensar es que Eren es el único lugar al cual quiero pertenecer.

El último viaje (Riren) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora