Día 3
Cuando desperté noté que alguien estaba sentado en mi cama, abrí ligeramente un ojo y Nash estaba sentado en mi cama observándome.
- ¿Qué haces dentro de mi cuarto? –pregunté adormilada.
- Espero a tu hermana –dijo inocente, yo rasqué mis ojos- no le dijiste nada de que desayunaríamos juntos, ¿verdad?
- Lo olvidé –dije enderezándome- ¿le comentaste a Matt del desayuno?
- Sí, me dijo que venía a las once, como pediste –dijo recostándose a mi lado. Este chico no tenía vergüenza alguna.
- ¿Estás cómodo? –pregunté y él asintió- ¿Mi hermana?
- Cambiándose, me dijo que te despertara –yo bostecé de nuevo y luego observé el reloj. Eran las diez de la mañana, entré al baño y mi hermana ya estaba cambiada y maquillada al parecer estaba emocionada. Totalmente sonrojada me abrazó.
- ¿Y eso? –pregunté.
- Gracias por invitarlo por mí –dijo feliz. Sonreí y entré a la regadera. Mi celular comenzó a timbrar y recordé que estaba en la cama.
- Dile a Nash que te pase el celular, está en la cama –le avisé a Chloe. Ella salió del baño y le gritó a Nash.
- ¿Me pasas el celular?, es el de ____, está en la cama –pidió.
- ¿Quién es? –pregunté.
- ¡Dean! –gritó Nash.
- ¿Dean? –dijo mi hermana con el celular en la mano.
- ¿Dean? –repetí yo también. Se me hacía extraño que me mandara un mensaje. Salí de la regadera y con las manos empapadas lo tomé.
“Buenos días, espero hayas dormido bien. Estoy nervioso por lo de la cita. ¿Crees que me vaya bien?” –reí. Fue allí cuando recordé que había agendado al chico lindo como “Dean” para que nadie sospechara. El chico desconocido era lindo, nunca nadie había confesado estar nervioso y menos con una chica. Me parecía bastante tierno.
“Buenos días, oye me encanta mensajear contigo pero ¿te importa si primero me ducho y luego hablamos? No me gustaría que mi celular sufriera algún daño o que yo me electrocutara” –dije poniéndolo en la barrita del escusado.
Luego que terminé de ducharme, salí envuelta en una toalla y me sorprendió totalmente lo que vi. Chloe, mi amada hermana, sí la seria. Estaba parada frente a Nash besándolo. Me quedé paralizada viendo cómo se besaban, en vez de asco sentí ternura. Mi celular vibró.
(Narra Nash)Estaba esperando a que amaneciera, no pude pegar un ojo en toda la noche, tan solo de pensar que por la mañana desayunaría con Chloe. Era extraño sentir lo que sentía por ella. Ayer había experimentado salir con ella en el día, era graciosa, educada y traviesa a su forma. La verdad era que ella me hacía mucho reír y aguantaba mis bromas. ¡Qué chica tan agradable!
Cuando vi que en el reloj eran las ocho de la mañana, me metí a bañar y sequé mi cabello. Me acomodé el cabello hacia arriba y me afeité. Usé una camisa blanca de Sukie, unos jeans negros y mis tennis negros. También usé un poco de perfume, sé que a las chicas les gusta.
Al salir del baño noté que Matt estaba arreglando su cama. Tomó algo de ropa y entró al baño después de mí. Suspiré un par de veces porque me encontraba muy nervioso.
- Iré a… desayunar con Chloe –le comenté a Matt.
- Está bien, un saludo de mi parte. En un rato llegaré por ____ –me dijo.
- Está bien, me voy –le dije y salí del cuarto.
Caminé lentamente hasta la puerta de su camarote y luego de estar dudando mucho tiempo toqué. No recibí respuesta alguna, miré mi reloj y eran las nueve en punto. Volví a tocar y en eso escuché cómo la abrían.
Allí frente a mí estaba Chloe con su cabellera enmarañada y con un short pequeño y una blusa de tirantes floreada, o sea su pijama. Al verme se le hizo una sonrisa automática, yo también la imité. Luego ella recordó que estaba en pijama y cerró la puerta en mi cara.
Entrecerré los ojos, confundido y caminé unos pasos hacia atrás. Luego noté que abrían la puerta y regresé.
- Nash… lo siento es que… -dijo sonrojada.
- ____ no te dijo nada de nuestro almuerzo, ¿verdad? –dije desviando la mirada.
- No –dijo apenada.
- Bueno, lo pasamos para otro día, no importa –dije un poco decepcionado.
- No –dijo rápidamente-, pasa. Solo tomo una ducha rápida y vamos a desayunar –dijo completamente convencida.
- De acuerdo –dije con una sonrisa. Ella también me sonrió. Pasé al camarote y luego ella corrió hacia la habitación. Me senté en la salita y ella me ofreció un jugo mientras se duchaba. Gustoso lo acepté pues tenía hambre ya.
- Oye… creo que tardaré un poco –dijo apenada.
- No importa, yo te espero –le dije. Ella corrió fuera del camarote y volvió con una maleta en las manos. Al parecer fue a la habitación contigua por algo más de ropa. Estuve allí viendo un poco de televisión, ella salió con una toalla enredada en su cuerpo y luego me habló.
- Oye –dijo sonrojada. Yo la miré y me sonrojé- ¿puedes despertar a ___ en lo que me arreglo?
- Claro –dije acercándome a la habitación. Ella fue directo al baño y yo me senté en la cama.
____ se veía tan linda allí. Tan calmada y al parecer tenía una sonrisa en los labios. Despertarla arruinaría el rastro de felicidad que ahora cruzaba por sus bellas facciones. Me le quedé mirando un rato más y luego sentí que se movía. Abrió los ojos lentamente y me vio allí sentado a su lado.
- ¿Qué haces dentro de mi habitación? –preguntó adormilada. Como dije arruinó la felicidad que cruzaba por su rostro.
- Espero a tu hermana –le dije-. No le dijiste nada de que desayunaríamos juntos, ¿verdad?
- Lo olvidé –dijo enderezándose- ¿le comentaste a Matt del desayuno?
- Sí, me dijo que a las once como pediste –me recosté a su lado. Ella entrecerró los ojos.
- ¿Estás cómodo? –preguntó yo asentí- ¿mi hermana?
- Cambiándose, me dijo que te despertara –le informé. Ella observó el reloj y luego se fue directo al baño.
Estaba aún recostado cuando escuché un celular timbrar. Al parecer era la voz de una chica cantando. Tenía una gran voz. Tomé el celular y decía: “Mensaje nuevo de Dean”. Vaya… era el chico con quien ____ era feliz. Me pregunto qué le dirá ahorita. Me intrigaba abrirlo pero sabía que estaría mal leerlo.
- ¿Me pasas el celular?, es de ____, está en la cama –pidió Chloe.
- ¿Quién es? –escuché decir desde dentro del baño.
- ¡Dean! –grité y se escucharon unos cuantos cuchicheos en el baño. Luego de medio segundo. Del baño salió Chloe con una blusa morada y con estampado en negro. Su cabello estaba ondulado como siempre y suelto. Traía un short de mezclilla negro y unos Converse morados. Se veía realmente bien.
- ¡Que bonita te ves! –le dije y sonreí. Ella se sonrojó y se acercó a mí.
- Gracias, Nash. Tú también vienes muy guapo y tu perfume huele delicioso –exclamó. Escucharla decir eso me hizo sentir extraño, sentí la necesidad de abrazarla. Me puse de pie y me acerqué a ella. Chloe sonrió y también se acercó a mí.
- No nos saludamos cuando llegué –le dije.
- No –dijo ella-. Un buen saludo nunca debe de faltar.
- Cierto –dije aún más cerca de ella- Chloe tengo… algo que decirte.
- ¿Puede esperar? –preguntó.
- Yo… -ella estaba lo suficientemente cerca de mí. La abracé y nuestros rostros estaban frente a frente. Suspiré pues ella también olía delicioso. La miré y sus ojos anhelantes estaban observando mis labios. Mi corazón latía rápidamente.
- No puede esperar –le dije. Ella sonrió-. Te conocí hace dos días en un elevador. Desde entonces no puedo quitar mi mirada de tus hermosos ojos –ella se sonrojó-. No me considero una persona romántica, pero puedo ser tu romeo si tan solo tú me lo pidieras. No me sé muchos poemas, pero puedo cantarte algunas canciones. No soy un bufón… pero prometo sacar una sonrisa de tus labios cada que sea posible –ella sonrió-. No soy un hombre perfecto… pero puedo pretender serlo. Ni siquiera te conozco bien… con trabajo recuerdo que tu apellido es Flynn. Lo que quiero decir es que… me enamoré rápido de ti, de tu figura, de tus ojos, de tus sonrisas, de tus chistes, de tu voz, de tu cabello, de tu piel, de tus labios. Tal vez soy un tonto por enamorarme de una persona que realmente no conozco. Es cierto soy muy enamoradizo, pero eso me trajo a ti. Quisiera que me dieras la oportunidad de conocerte bien, de salir por lo menos este mes contigo.
- Si te dijera todo lo que me gusta de ti, tendría que escribir un libro –dijo ella. Yo sonreí- Nash, esperaba tanto que me dijeras que me querías conocer como algo más que una amiga. Soy cuatro años mayor que tú y me considero realmente apenada pues no quería aprovecharme de tu castidad, pero me alegra demasiado saber que tú también sientes esto por mí.
- Me alegra mucho escuchar eso –le dije y la besé. Sentí su delicioso sabor a cereza. Su piel era tan suave y tersa.
(Narra ___)
Al salir del baño noté cómo Harry y mi hermana se besaban. Pero me quedé leyendo el mensaje.
“Ja y el día que te conozca tendrás el cabello afro y los dedos quemados y no tendrás cejas” –no pude evitar soltar una carcajada. Este chico hacía que mis más oscuros pensamientos salieran a flote rápidamente. Nash y Chloe se separaron y ella se acercó a mí.
- Yo… eh… -yo puse un dedo sobre sus labios para que callara. Le sonreí.
- Chloe, tienes 22 años, estás grandecita para salir con quien tú quieras. No necesitas permiso de nadie y menos el mío –tomé un short y una blusa larga color azul marino- Salgan del cuarto tengo que cambiarme ya… el odioso asesino de cámaras no tarda en llegar.
- ¿Sales con Matthew? –preguntó mi hermana.
- No, solo lo invité a desayunar porque me enseñarán los acordes de una canción él y Jack J. –dije empujándola más- Nash, tú espera.
Mi hermana salió y Nash se me quedó viendo.
- Ten mucho cuidado. Ella es una linda chica y no me gustaría que termine lastimada. No se lo merece –le advertí y le sonreí. Fue una sonrisa sincera. Él me abrazó y luego respondió.
- Tranquila, no la lastimaré. Lo prometo.
- Hecho, ahora sal de aquí –dije empujándolo.
“No juegues con eso, el día que me queme será tu culpa. No te creas, sabes que no pasará eso. Suerte con tu cita, iré a desayunar luego hablamos”
Salí del camarote y dejé una nota en la puerta diciendo: “Matthew estoy al lado” Mi hermano no estaba. El que estaba era mi padre viendo el televisor. Me acerqué a él y lo abracé, me senté a su lado y puse mi cabeza en sus piernas.
- ¿Qué quieres? –preguntó mi padre.
- ¿De qué hablas? –pregunté confundida. Él entrecerró los ojos y luego miró la televisión de nuevo.
- Nunca llegas así tan cariñosa a menos que quieras algo a cambio –dijo acariciando mi mejilla.
- No quiero nada –dije honestamente y en mi tono natural-, simplemente amanecí de buenas.
- ¿Por qué ese cambio? –preguntó de nuevo. Sus preguntas comenzaban a alterarme.
- No arruines el momento papá. Simplemente me siento feliz de haber despertado con gusto y con ganas de tocar guitarra y de abrazarte. No preguntes más –dije exasperada- ¿Dónde está James?
- Con la tal Penny, al parecer le pegó duro el amor.
- Ah –dije pensando en Nash y Chloe.
Tocaron a la puerta. Estaba por pararme cuando mi padre me detuvo. Me miró con una sonrisa en los labios.
- ¿Qué? –dije con media sonrisa.
- Extrañaba a mi pequeña ____ –me abrazó. Yo sonreí. Volvieron a tocar.
- ¿Quién? –pregunté aún en los brazos de mi padre.
- ¡Matthew! –dijo desde fuera.
- ¿Quién? –pregunté de nuevo.
- El… odioso asesino de cámaras –dijo, cuando lo escuché, reí y mi padre me susurró.
- Eres cruel con él. Por favor, pórtate bien –dijo y me dio mi celular pues estaba en el sillón. Me levanté y abrí la puerta.