capítulo uno ; revelación

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Amigos inseparables desde primaria hasta aquel momento que, por cosas de la vida, habían tomado rumbos distintos. Incluso en las mejores oportunidades solo podían verse una vez por mes si era posible debido a las apretadas agendas de cada uno. Esa era una de aquellas veces.

En casa del más recatado de ellos, Sehyoon, se reunirían aquella noche a platicar de sus vidas, quizá beber un poco o de plano solo hablar de banalidades como solían hacerlo y con gusto. Ahí estaba el dueño del centro de reunión, acomodando todo pulcramente para la llegada de sus amigos. En total silencio solo se escuchaban sus pasos de un lado a otro por el salón, o del salón a la cocina moviendo los platos con frituras.

Una vez todo estuvo listo y en orden, satisfecho procedió a alistarse el mismo. Fue en dirección a su habitación, observando las prendas totalmente planchadas y bien dobladas sobre la cama. Cambió su ropa con el cuidado que merecían las finas prendas, dejando las sucias en el suelo para luego llevarlas al baño para ser lavadas. Tras de el se escuchaban unos maullidos que le seguían.

Parado frente al espejo vio como un gato con pelaje naranjoso saltó hasta el tanque de agua del inodoro, buscando su atención. Acomodó su cabello (ahora teñido de blanco) con prolijidad, parándose unos segundos para analizar su aspecto. No tuvo mucho tiempo para esto, debido que llamaron a la puerta nada más comenzó a prestar atención.

Se apresuró en ir a la puerta para abrir, recibiendo a dos chicos sonrientes y alegres. Uno de cabellera plateada y algo desordenada, pequeño a comparación del otro de cabello negro. Inmediatamente los vio, sus labios formaron una sonrisa radiante mientras extendía sus brazos pidiendo un abrazo por parte de estos.

Una serie de gritos de emoción comenzaron nada más se unieron los tres en un abrazo, mientras uno gritaba los nombres de los otros dos, estos otros dos respondían de la misma manera formando así un caos de nombres de lo que apenas y podía entenderse el más corto si se ponía bastante atención. A ellos se les unió el animal ronroneando a los pies de los recién llegados, causando que el más bajo de todos rompiera el vinculo para agacharse y con emoción, chillar un nuevo nombre.

― ¡Damián! ― Sonrió el de cabello blanco ― Oh, pequeño animal. A ti te extrañé más que a nadie.

Después de mucho tiempo en el que la casa había estado prácticamente sola, sin vida, volvía a ser alegre y ruidosa, con ellos ahí.

― Yoon, ha pasado mucho tiempo. En serio tenía ganas de verte. ― Siguió el más alto, que aún le abrazaba. ― Ya quería que estemos todos juntos, los he extrañado demasiado a todos ustedes. Y eso que aún faltan dos de nosotros. Y... Y...

Antes de que pudiese seguir hablando, Sehyoon apretó un poco el abrazo para que hiciera silencio, aún se escuchaban los mimos que le daba el otro al gato con emoción. Pasados unos segundos se separaron para cerrar la puerta y pasar a la estancia y sentarse en el sofá, dispuestos a hablar ahora sí, entre todos.

Así siguieron unos veinte minutos, entre risas y comentarios, mayormente del de cabello plateado quien llevaba la conversación, con charlas sin sentido y algún que otro detalle importante.

― ¿Cuánto creen que falte para que lleguen DongHun y Chan?

―Jun los llamó hace un rato, antes de llegar, dijeron que ya estaban saliendo de casa de Chan, así que... Supongo que pronto― ByeongKwan, el alma de la fiesta respondió de inmediato.

― ¿Estaban los dos allá?

―Si, creo que se juntaron para venir juntos o algo así...― Ahora era turno de Jun.

A Sehyoon, no le extrañaba que ByeongKwan y Jun llegaran juntos, puesto que ambos compartían un departamento en el centro de la ciudad, el que pagaban a medias por conveniencia. Pero en cuanto a los otros dos... Si, siempre ellos habían sido los más unidos de los cinco, pero era realmente extraño, o se le hacía así, que... Estuvieran juntos.

Psicosis「精神病」A.C.E DongYoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora