Capítulo II

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Liz vuelve corriendo a la cabina del piloto para intentar tomar el control del jet. Nos balanceamos hacia la izquierda como si el jet quisiera dar una vuelta entera y el humo que emana del ala que atacaron se torna de color negro. Las mujeres del cabello azul se encargan de abrir la compuerta de abordaje y es como si el exterior estuviera succionándonos. Todo dentro del jet comienza a volar y sale por la compuerta, nosotros debeos sujetarnos de cualquier cosa que no haya salido volando todavía. Los demás han despertado de golpe, Diamond tuvo que prenderse de la pierna de James para evitar salir volando también.

— ¡Estamos perdiendo altura! —Dice Liz desde la cabina—. ¡Si van a saltar, háganlo ya!

—No, haremos otra cosa —le digo e intercambio una mirada de complicidad con James.

— ¡Yo te elijo, Pidgeot!

James lanza su Pokebola hacia la compuerta abierta y yo salgo corriendo para montarme sobre el lomo de Pidgeot cuando él extiende sus alas y suelta un silbido. Diamond salta igualmente y se posa sobre la cabeza de Pidgeot. El avión enemigo es un poco más pequeño que el nuestro, que va cayendo lentamente. ¿Qué están esperando los demás? ¡Deben salir de ahí!

— ¡Perla!

Onyx y Jackie aparecen en el lomo de un Talonflame.

— ¡Debemos derribar ese avión antes de que llamen a sus Pokemon! —dice Jackie.

— ¡Ustedes encárguense de los demás, Diamond y yo enfrentaremos a ese enemigo! —les respondo.

Ellos asienten y Talonflame vuelve al jet para ayudar a los demás. Diamond me mira esperando a que yo le de la señal para atacar. Asiento y él se coloca en posición.

— ¡Perla!

Por el rabillo del ojo alcanzo a ver las plumas blancas de Lugia. Sintiendo un vuelco en el estómago, volteo para mirar y me topo con que Sheryl va sobre el lomo del Pokemon de Skyler. ¿En qué momento fue que tomó las Pokebolas de Skyler y cómo pudo llamar a Lugia si Sheryl no es su entrenadora?

Ver la mueca de tristeza que esboza Lugia hace que se me parta el corazón. Las lágrimas se han esfumado de los ojos azules de Sheryl y ahora luce enfurecida. Es como si quisiera liberar toda la rabia que siente en contra del piloto del avión enemigo, lo sé por la forma en la que se aferra a las plumas de Lugia.

—Talonflame y Mewtwo se llevarán a los demás a tierra firme —dice Sheryl—. Tú y yo vamos a derribar a ese sujeto.

— ¿Están todos bien?

— ¡Perla, concéntrate! ¡Si no lo derribamos, todos correrán más peligro!

Extrañaba un poco a la Sheryl poco paciente.

—Bien, ¿cuál es el plan?

Pero Sheryl no puede responder pues dos misiles son disparados desde el avión enemigo. Pidgeot y Lugia tienen que emprender el vuelo para esquivar los misiles, uno de ellos pasa rozando el ala derecha de Pidgeot. Diamond destruye los misiles lanzando dos resplandores de sus colas. Si el piloto de ese avión lanza misiles contra nosotros como primer ataque, no quiero ni pensar qué clase de Pokemon podría usar para enfrentarnos.

— ¡Yo te elijo, Lucario!

Dos Dioses Legendarios contra un avión de la Elite…

¡Pan comido!

— ¡Lucario, ataquemos los dos juntos! —dice Diamond.

Lucario asiente y ambos lanzas sus técnicas. Lucario usa un torbellino de agua y Diamond lanza un potente relámpago que electrifica el agua de Lucario. Pero mientras ese ataque se dirige al avión, dos misiles más son disparados. Pidgeot gira hacia atrás para evitarlos, mis manos sudorosas hacen que me desprenda de sus plumas y caigo al vacío soltando un grito. Pidgeot vuela hacia mí para atraparme, pero uno de los misiles consigue herir una de sus alas y él cae al suelo. Diamond va aún prendido de él y Lucario consigue atraparlo con una de sus esferas de agua.

¡Este vértigo no me deja pensar!

Veo el avión estallar cuando las técnicas de Lucario y Diamond lo impactan. Libero el paracaídas y el tirón que me da al abrirse me provoca un intenso dolor en las clavículas. De repente, uno de los fragmentos del avión vuela hacia mí y consigue cortar las cuerdas del paracaídas. Caigo al vacío de nuevo y cierro los ojos. Escucho el silbido de Lugia y caigo en su lomo.

¡Por poco!

— ¿Estás bien? —pregunta Sheryl.

Asiento y ambas descendemos en compañía de Lucario, viendo aún esa explosión que resalta en el cielo. Me pregunto si dentro de ese avión habría alguien con familia, alguien joven con sueños y aspiraciones… Creo que ahora me da igual eso, sólo quiero que la Elite pague por todo lo que nos ha hecho.

Pokemon V: La Batalla Contra la EliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora