Mi profesora Lauren. (Camren)

Camren 6.

Lauren Jauregui.

Mis ojos se asombran al ver la calificación de Camila.

Un pequeño hormigueo recorre todo mi cuerpo y termina por mi espina dorsal y una enorme sonrisa de lado a lado se cuela por la comisura de mis labios.

—Un 7. —Digo realmente feliz.

Sus calificaciones en matemáticas son horribles por no decir espantosas hasta en temas fáciles como funciones o semejanza sus notas no pasan del tres y ver este cambio en ella me alegra.

Me retiro las gafas con delicadeza y las dejo posadas en la mesa.

Pienso en sí proponerle a Camila a última hora que venga conmigo a comer allí donde ella quiera y lo más seguro es que quiera ir a un sitio de esos de comida basura.

Pero es normal ya que aún es una adolescente y yo su profesora...

Igual en esos sitios suelen ir muchos jóvenes y no me resultaría nada agradable si alguien nos viera juntas, no hay nada de malo en que una profesora coma con su alumna pero no me gustaría que el director del instituto se enterara de las intenciones que tengo con una de mis alumnas.

Y menos de las intenciones que tengo con Camila.

Dios esa chiquilla a conseguido meterse en mi cabeza de una forma jodidamente rápida, aún puedo recordar el primer día en que sus ojos tuvieron contacto con los míos.

Yo la veía como una alumna más a la que intentar enseñarle unos conocimientos, pero ahora la idea de querer tenerla conmigo es más grande que querer darle clases.

Maldita sea tengo que concentrarme en lo que debo y dejar de pensar aunque un minuto en ella, pero cómo?

La veo todos los días quitando los findes de semana y cuando tengo tiempo libre para refrescarme, mis pensamientos la tienen a ella.

Esto me está matando de tal manera que debería plantearme la idea de hablar con ella y tomar una decisión juntas.

Aunque Camila tiene 17, quizás podría esperar a que tuviera 18 y hasta ese día ir conociéndola para después comenzar algo juntas.

¿Te estás oyendo Lauren?

Aún con la edad adecuada seguiría viéndola como una niña, una niña con un cuerpo perfectamente desarrollado...

¡Demonios céntrate Jauregui!

—¿Muchos suspensos? —Oigo la voz de Shawn.

—No, sólo llevo un día complicado. —Respondo mientras lo veo sentarse a mi lado y sacar una carpeta. — ¿Y tú qué tal llevas las clases?

Él antes de hablar aparta algunos mechones rebeldes de su cara y me mira de nuevo con sus ojos color avellana.

—Quitando que la mayoría de la clase suspende literatura y quitando también que mis alumnas me prestan más atención a mi que al libro, bien supongo...

Me rio por su comentario y decido alejar a Camila de mis pensamientos un rato.

—Debes entenderlo, son adolescentes con las hormonas por el aire, además tú y yo somos los más jóvenes aquí y es normal que no vean muy difícil el querer seducirnos.