-¡No lo entendéis! ¡No lo entendéis! ¡No lo entendéis!- gritaba a pleno pulmón, intentando zafarse de algo que ella no podía comprender.
Así eran sus días. Una y otra y otra vez decía lo mismo. 10, 15, 30 veces en 24 horas. Era desesperante. Estaba desesperada.
- ¡No lo entendéis!- chilló de nuevo hasta que se dejó caer en los brazos de esos dos gorilas que se la llevaban.
Nadie la entendía realmente, eso os lo puedo asegurar. Ni yo misma que estaba aquí por ella, ¿sabéis? Pero os aseguro que a pesar de su mediana mente chiflada, fue alguien tan escepcional que no sabría definir su cordura.
Me dolía en el alma verla sacudida cada vez que hablaba, verla arrinconada y con los ojos desquiciados. No era como yo la conocí, aún así nunca dejé de creer que ella podía regresar de la muerte de mente.
La esperanza es mala jugadora, te hace ver imposibles en posibles, y te hace hacer cosas que a lo mejor no son merecedoras de hacerlas, pero mirádme. Yo estoy aquí por su 'no lo entendéis' estoy aquí por sus dos ojos marrones perdidos. Para que cuando se salve, me encuentré, o para que yo me encuentre al salvarla, no sé muy bien.
Puede que ella esté perdiendo su norte, pero yo he perdido mi ser. Ese es otro motivo de mi encierro entre este sitio escalofriánte.
Juro no volver aquí cuando salga con Julia.
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Eso azul.
Mystery / Thriller'No la entendí, pero eso no quita que esté aquí por un motivo, mi motivo. Algo que no sabes. Aún.'