Darren y Tarik no solían compartir los mismos espacios. Tarik era de ir a las casas de sus amigos (y tenía cientos de ellos) o colarse a las de gente desconocida. Era raro que se negara a cualquier evento con mucha gente y, ojalá, alcohol. Por el contrario, Darren utilizaba su tiempo de la manera más eficiente posible y cuando necesitaba relajarse, visitaba pubs donde aceptaran su ID falsa (que en realidad era un billete de 100 dólares); prefería por mucho ambientes adultos, incluso para bailar.
Parecía lejana la época en que ellos dos fueran amigos.
Cuando Darren llegó a mitad de año a la escuela, se pegó a Tarik sin reparos, maravillado con la capacidad que tenía de aceptar sus silencios y la falta de respuestas de su procedencia. Si bien era bastante tímido, se dio cuenta de que ambos lo eran y en un espacio privado, podían pasarlo bien. Jugaban tanto que su padre bromeaba con adoptar a Darren dentro de la familia, pues francamente se la pasaba más allí que en su propia casa.
Por lo mismo, le era difícil a Darren perdonar que Tarik se pusiera tan... idiota. Pensaba que la pubertad lo golpeó demasiado fuerte; en unos meses, pasó de ser un niño flacucho a un adolescente alto y atractivo, lo cual muchas personas comenzaron a hacerle notar y al imbécil se le fueron los humos a la cabeza. Darren opinaba que era mucho más lindo antes, con las mejillas rosaditas y no tenía intenciones de admitir que sí le parecía guapo ahora.
Sabía que debajo de toda esa apariencia despreocupada y excesivamente vistosa, quedaban muchas inseguridades, por eso no quería regañarlo demasiado. Tarik se veía feliz rodeado de personas repitiéndole lo bien que se veía y que él se lo dijera no tenía el mismo valor. Su amistad no fue suficiente para subir la autoestima del chico. Le resultaba un tanto amargo.
Y se rehusaba a ser parte de su fan club, ni seguir su juego del gran casanova. Estaba consciente de que se le pasó la mano en el último intercambio, pero tenía muchas cosas que guardaba para no herir los sentimientos de Tarik. Era lo mínimo que le pidiera dejarlo fuera de sus "conquistas".
Cuando se encontraron en la fiesta, por un roce fortuito, Darren vio la oportunidad de hacer las paces. Sinceramente, habían pocas cosas que deseara más que retomar su amistad con Tarik.
—¿Bailamos? —preguntó, haciendo incluso el esfuerzo de sonreír.
El rubio sonrió de vuelta y asintió, colocándose frente a él. Era una canción movida, no había razón para tomar una postura romántica, así que lograron entretenerse un rato y reírse de distintos pasos, tal como hacía con Dexter u otros amigos.
El problema era que Darren hacía mucho dejó de ser sólo un amigo para Tarik. A veces pensaba que nunca sintió una amistad verdadera por él, que desde el principio fue alguien que se dedicó a acelerarle el corazón y hacerle sentir las mejillas calientes. Recordaba ser incapaz de sostenerle la mirada... Aún le costaba y se encontraba buscando excusas para ver hacia otro lado.
Pero ahora tenía una oportunidad de mostrarle que era una persona digna de considerar como su pareja, ¿o para qué más lo invitaría a bailar? Creía que por fin pensaban en lo mismo.
Se acercó a él. La música estaba a un volumen muy alto. En ese tipo de fiestas, lo normal era bailar por un rato y luego escaparse a una habitación, que fue lo que Tarik quiso proponerle. Lamentablemente, Darren también escogió ese momento para decirle algo y tuvo que pensar en pocas palabras para que lo oyera bien.
—¡Volvamos a ser amigos! —exclamó, con las manos en la boca para aumentar el volumen.
Ver la expresión confundida y decepcionada de Tarik lo hizo dudar de si consiguió hacerse oír. —¡Amigos! —repitió. —¡Tú y yo! —señaló a cada uno.
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La banda: El inicio
RomansaTarik es el guitarrista de la banda y está enamorado de Darren, el manager, desde los 10 años. Para llamar su atención, decide cambiar completamente su imagen: se tatúa, llena de piercings y empieza a vestirse rockero, lo cual le ayuda a reunir conf...