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Busan, Corea del sur.

─Waaa, ¡una muñeca! ─ la niña sonrió feliz por recibir un precioso regalo.

─Esperamos que te guste cariño, tu padre y yo lo escogimos con mucho cariño para ti ─ los padres de la niña sonrieron.

─Es hermoso ─

La niña levanto el muñeco en brazos y con una sonrisa brillante y faltante de un par de dientes, agradeció a sus padres. La niña salió corriendo hacia su cuarto para así poder jugar con su muñeco nuevo, y poder presentarlo mejor con los demás juguetes.

Los padres estaban contentos de que la pequeña infante sonriera feliz por su regalo de cumpleaños. Y aunque ellos sabían que ese regalo no había costado tanto, sí que tenía un gran valor sentimental, estaba todo el amor de ellos en ese juguete.

Los días pasaban y la niña pasaba horas y horas jugando con su muñeco, más que contenta de poder encontrar un compañero de juegos.

─Te serviré el té, Kookie, huele a vainilla, tal y como te gusta ─ sonrió la pequeña mientras servía una bebida fría en una pequeña taza rosa de plástico, el olor que despendería el liquido era suave y dulce. ─ Le dije a mami que prepara tu té preferido ─

La niña sonreía al muñeco sentado en la silla, donde había un par más de muñecos sentados en otras sillas, rodeando la mesa cuadrada de princesas. El muñeco tenia cabello oscuro, y su ropa era muy bonita a pesar de ser algo vieja, las complexiones del muñeco eran muy bonitas, además de ese color de porcelana que hacia brillar cada parte de él.

Por otro lado, la madre de la pequeña se dirigía hacia la habitación de su hija para guardar la ropa que se había lavado, pero antes de entrar se detuvo frente a la puerta de la habitación, donde había un letrero con el nombre de la niña.

─ ¿Te gusta el té? ...─ hubo un silencio corto y después la niña siguió hablando. ─ Puedo seguir pidiendo que mami prepare el té... No, no puedo, mami dice que acercarme a la estufa es peligroso... No puedo Kookie ─ la niña sonaba preocupada, como si temiera molestar a algo o a alguien.

La señora aguanto un poco más de pie a la puerta, escuchando la conversación, extrañada de esas palabras.

─Claro que amo a mis papis... sí, ellos son buenos, y también te quiero mucho a ti, Kookie, ¿elegir? Uhm, no puedo elegir, amo a mis papis y a ti también, porque eres mi mejor amigo... ¿Es así? ─

La madre ya no pudo seguir aguantando las ganas de entrar en la habitación, así que abrió la puerta, encontrando a su hija sola acompañada de sus juguetes y el reciente regalo que le hicieron.

─ ¿Con quién hablabas, cariño? ─ no pudo evitar preguntar, pues parecía que en realidad hablaba con alguien.

─Pues con Kookie, mami, ¿con quién más? ─ la niña señalo al muñeco que estaba sentado perfectamente, mirando a su hija con una sonrisa brillante.

─ ¿Con Kookie? ─ la madre sonrió de lado y dejo la cesta en la cama de la pequeña, solo para acercarse a ella.

─Si, ese es su nombre, él me lo dijo ─ respondió la pequeña muy segura de sí misma.

─ ¿Él te lo dijo? ¿Cuando? ─

─El día que llego a casa, cuando fuimos a dormir, Kookie me hablo, dijo que quería conocerme mejor, mami, Kookie habla ─

─Claro cariño, ¿y qué dice? ─ La mujer se incoó a un lado de su hija y movió un par de mechones rebeldes, poniéndolos detrás de las pequeñas orejas de su hija.

Doll  《Jeon Jungkook》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora