matryoshka ꒱ stray kids [ PAUSASA ]

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Chan llegó a casa después de haber ido a comer con los chicos. La contestación de Hyunjin le daba vueltas y vueltas a la cabeza, además de que Jisung había decidido no ir. Sin preámbulos, cogió su móvil y marcó el número de Han.

— ¿Sí? —descolgó Jisung.

— Buenas tardes Jisung. —saludó Chan.

— Oh, hola hyung. ¿Pasa algo?

— Bueno...la verdad sólo te llamaba para preguntarte una cosa. —respondió Chan algo seco.

— Está bien, dime.

— ¿Hyunjin y tú estáis bien? —preguntó el mayor.

— Sí, claro, ¿por qué no lo íbamos a estar? —preguntó Han confundido. La verdad es que no tenía ni la menor idea de por qué Chan le estaba preguntando eso.

— Ah, vale. Adiós Jisunggie —Chan acabó inmediatamente la llamada. Han había contestado a la pregunta sin ni siquiera pensarla, el mayor siempre ha confiado en Jisung y no esperaba que le hubiera mentido. Aún así, le seguía oliendo mal la situación, pero no del todo por parte de Jisung, sino de Hyunjin.
Es cierto que Hwang a veces es algo borde y desagradable con los demás, y sobre todo muy directo, y según que cosas diga suelen hacer daño, más a Jisung que es algo sensible e inestable desde la primaria por todo lo que pasó.

Hyunjin cogió su teléfono móvil y marcó el número de Seungmin, siempre que se aburría lo llamaba para pasar rato juntos.
Hwang conocía al chico desde que eran unos bebés, sus madres eran mejores amigas desde hace años, ambas quedaron embarazadas el mismo año, por eso es que Hyunjin y Seungmin tienen la misma edad y son tan cercanos. Siempre han recurrido el uno al otro cuando estaban mal, llevan juntos toda su vida y nunca se han aburrido el uno del otro.

— ¿Seungmin?  —preguntó Hyunjin.

— Hola hyung —contestó el otro a través de la línea.

— Acabo de llegar a casa del instituto y me aburro demasiado, ¿te apetece venir un rato?

— ¡Por supuesto! —el chico respondió felizmente ante la propuesta del otro. Colgó la llamada, y se dirigió hacia la casa de Hyunjin que se encontraba a una manzana de la suya.

Mientras tanto, Hyunjin puso a hacer en el microondas unas palomitas, siempre que Seungmin iba a su casa, terminaban viendo películas y comiendo porquerías.
El timbre de la casa sonó anunciando que Seungmin ya había llegado, apenas tardó siete minutos en llegar, justo cuando Hyunjin había terminado de hacer las palomitas y de recoger las cosas.

— Hola príncipe Hwang, ¿me permite la entrada a su castillo? —se presentó el menor haciendo una reverencia algo graciosa mientras sonreía. La cara del otro era una mezcla de sorpresa y vergüenza ajena, Seungmin siempre era así.