Kayuga y Mikuyi disfrutan de la compañía del otro. Hacen competiciones de castillos de arena, juegan a aventarse agua en el mar, a las atrapadas a la orilla del mar, todo es tan puro como el agua, tan risueño como el sol, tan fresco como el aire y tan suave como la caca de perro que acaba de pisar Mikuyi por estar distraído jugando con Kayuga.
– ¡Mierda!
– ¿Por qué de tan mal humor de repente Mikuyi?
– ¡Ah! No, no, no me refería a eso. Es que mira, he pisado mierda de perro...
– ¡Eh! ¿cómo es posible que haya popó de perro en una playa privada?
Elemental mi querida Kayuga, eso era porque no era una mierda común y corriente, en realidad eran bolas de chocolate que habían comprado las hermanas Fujiwara. Al parecer se les "cayeron", – y por cayeron me refiero a le lanzaron sin piedad los chocolates a la cara, y por lanzaron me refiero a dispararon a matar –, cuando Ishigami hizo un comentario sobre como el par de balones que les colgaban a las hermanas Fujiwara eran más redondas y suaves que las esferas de chocolate que habían comprado. Con este contexto Ishigami parece un pervertido sin remedio, pero la verdad es que tenía toda la razón. Porque las hermanas Fujiwara habían olvidado un factor importante y ese era que en realidad si traían un par de balones de volei colgando a sus espaldas. Así que para cuando Mikuyi pisó "la caca", las esferas de chocolate ya estaban suaves y cremosas por el calor que hacía en la playa. Y así fue como conocí a su madre. Fin.
– Mmm... no sabe nada mal.
– ¡Eh! ¿Acabas de probar la mierda, Mikuyi?
– Sí, no me pude resistir a probarla después del buen aroma que transmitía. Sabe bien, sabe a chocolate.
– Sabía que el amor trataba de aceptar a tú pareja con todos sus defectos y virtudes... pero no sabía que también incluía este tipo de cosas. Mikuyi, aunque tengas ese tipo de fetiches... yo aún así, aún así yo te...
– OMG! ¿Pero qué está haciendo Miyuki aquí? – Interrumpió Fujiwara, como siempre, *cof, cof.
– No soy Miyuki, soy Mikuyi.
– No es Miyuki, es Mikuyi.
Como pueden adivinar, respondieron al mismo tiempo.
– ¡Oh!, ¿están jugando a fingir ser otra persona? ¡Yo también quiero! A partir hoy ya no me conocerán más como Chika, ahora me llamarán; Chuky, la muñeca diabólica.
– Déjate de bromas Chuky... digo Chika, nosotros no estamos jugando a ser otras personas.
– Sí así es, espera... ¿No? – Dijo Kayuga, con cara de preocupación.
– ¡No! – Respondió Shirogane.
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Kaguya-Sama: Love is war (Fan fiction)
RomanceOne-shots (fan fiction); basadas en el anime/manga Kaguya-Sama: Love is war, propiedad del mangaka e ilustrador Aka Akasaka. Las historias aquí mostradas son fruto de mi imaginación. Estas historias son solo para entretenimiento y no tienen nada qu...