Capítulo 14: Emboscada

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Llevaban horas sentados frente al señor feudal que discutía sobre política con un agotado Hashirama. Estaban tratando temas importantes, las fronteras de la villa, las relaciones con los demás clanes, las posibles reacciones de los países vecinos ante el surgimiento de la aldea... todos asuntos de vital importancia para la Hoja, pero Izuna tenía la mente en otra parte. Concretamente en el pasillo que daba a la sala donde ahora estaban sentados, y donde Tobirama le había dicho esas palabras que le resultaban tan confusas. Anoche había dormido acurrucada a su lado y esta vez, ni si quiera estaba la gruesa tela de los sacos de dormir de por medio. Era cierto que por el alcohol y el cansancio se había quedado profundamente dormida en cuanto apoyó la cabeza en su hombro y que cuando despertó el ya se había ido, pero el Senju si había pasado toda la noche despierto. Estaba segura de que no se había concedido ni un minuto de descanso, sabía que él no se permitía ningún fallo y los surcos oscuros bajo sus ojos lo demostraban. Él había hecho guardia toda la noche, mientras ella dormía acurrucada a su lado. El sólo pensarlo le hacía morir de vergüenza. Después estaban las palabras que le había dicho unas horas antes. ¿En qué momento Tobirama había pasado de mirarla con odio y tratar de matarla a dejar de buena gana que ella durmiese a su lado? ¿En qué momento había pasado ella de tratar de matarle a él a sentirse tan cómoda con su cercanía? Tenía que deshacerse de ese sentimiento extraño de una vez por todas.

La reunión duró hasta la hora de comer. El señor feudal quería que se quedasen unos días en el castillo, parecía haber congeniado con Hashirama y esperaba pasar de nuevo la noche bebiendo con él mientras escuchaba sus historias pero el Senju consiguió rehusarse educadamente. Aún tenían tres o cuatro días de camino hasta llegar a la Hoja, había muchísimo trabajo por hacer y en ese momento, mientras la villa comenzaba a levantarse y las relaciones entre los clanes aún no eran sólidas su líder tenía que estar allí. El señor feudal pareció comprenderlo y prometió al Hokage mantener el contacto por correspondencia para que le fuesen informando sobre los avances que tenían lugar. Después comieron con él como despedida y se apresuraron a recoger sus cosas para iniciar el viaje de vuelta.

Izuna seguía perdida en sus pensamientos hasta que el Hyuga que parecía ser la escolta del señor feudal se le acercó.

-Disculpe que no me haya presentado antes Uchiha-san, mi nombre es Han, soy el hermano de Hashi. 

Ella se apresuró a presentarse formalmente también, tratando de causarle buena impresión.

-Mi hermano me ha hablado mucho de usted- continuó el Hyuga – Dice que además de ser hermosa es una excelente shinobi. Todos esperamos ansiosos la unión de nuestros clanes.

Ella le sonrió y le dijo algunas palabras de agradecimiento. En esos momentos, su matrimonio con el Hyuga se le hacía tan irreal como si no fuese ella misma la que se iba a casar. Como si estuviesen hablando de otra persona. Recordó entonces la importancia que tenía esa unión, tanta que incluso en el palacio la esperaban con ansias y se obligó a centrarse de nuevo. Terminó de recoger sus cosas y salió al patio donde esperaban los demás, despidiéndose del señor feudal.

 -Nos veremos en su boda Hokage- le dijo a Hashirama. 

Después el señor feudal desvió la vista a la chica que acaba de llegar.

- Y espero poder asistir a la suya también, Uchiha-san.

Ella asintió y se apresuró a despedirse. Después siguió a los suyos que ya comenzaban a alejarse del castillo, encabezados por Tobirama que cada vez tenía peor aspecto. Además de las ojeras y el gesto cansado, ahora pudo apreciar un profundo disgusto en su rostro. No sabía que le tenían tan molesto pero se sentía un poco culpable. El estaba realmente agotado, aunque nunca lo fuese a reconocer y en parte era culpa suya. Desde que llegaron al castillo, ella había bajado demasiado la guardia. También era cierto que no había tenido motivos para sentirse tan tensa como estaba el Senju pero aquello seguía siendo territorio desconocido, ella debía de haber estado alerta en todo momento igual que había estado él, tenían que haber repartido el trabajo entre los dos. Activó su Sharingan en cuanto se alejaron un poco del palacio y se colocó en retaguardia de nuevo, Tobirama seguía al frente, saltando entre los árboles a una velocidad asombrosa, a pesar del cansancio él no se permitía ni un sólo descanso y ella no tuvo más remedio que admirar lo resistente que era el Senju. Siempre le había conocido así, un hombre frío, sin ninguna debilidad, que cumpliría cualquier misión que le encargasen o moriría en el intento. Por su forma de actuar, Izuna había pensado durante muchos años que a él no le importaba nada y le había odiado por ello, ahora sabía que era justamente al revés. Tobirama protegería a su hermano y a la aldea que éste había creado, sin importarle lo más mínimo que tuviese que morir para lograrlo ni querer conseguir ningún crédito por ello. Lo hacía de forma natural, cómo si hubiese nacido sólo para eso. Comprendió entonces que lo único que no le importaba al Senju era él mismo. Apresuró el paso para ponerse a su altura y mandó a sus subordinados a la retaguardia.

-Esta zona es peligrosa vamos a pasar cerca de la frontera con el país del agua- le dijo al albino- He puesto a los dos Uchiha detrás, es mejor que te quedes con Hashirama yo abriré el paso.

Él la miró de reojo pero no dijo nada, sólo disminuyó la velocidad para situarse junto a su hermano. Izuna se adelantó un poco más tratando de escudriñar cada centímetro cuadrado del terreno con su Sharingan. Se sentía intranquila de pronto. Todo había salido demasiado bien. No habían tenido ningún problema para llegar al castillo y allí les habían acogido de buen grado. No podía evitar pensar que si hubiese algún enemigo esperando para atacarles este era el momento perfecto. Ni si quiera ellos sabían lo que iba a ocurrir cuando llegasen al castillo, todos estaban tensos, pensando que pudiese ser una trampa del señor feudal, no era complicado imaginar que sus enemigos pudiesen haber pensado lo mismo, si el señor feudal les eliminaba, menos trabajo para ellos. Pero ahora que les había dado su permiso oficial para crear la villa, si había alguien que quisiese evitar que eso ocurriese tenía una oportunidad perfecta para atacar. Sabía que esa idea estaba en la mente de todos, incluso el animado Hashirama parecía tenso. Entonces notó algo fuera de lo normal, gritó para avisar a sus compañeros y todos saltaron a tierra antes de que los sellos explosivos que había pegados a las ramas de los árboles explotaran. Consiguieron salir ilesos pero las explosiones derribaron varios árboles y crearon una intensa nube de polvo y humo. Izuna escuchó de fondo el sonido del metal chocando y supo que había comenzado la pelea pero ni con su sharingan conseguía distinguir a sus compañeros entre el humo y el fuego. Si percibió que tres sombras se abalanzaron sobre ella y desenfundó su katana rápidamente para contrarrestarles. Se deshizo de los tres en pocos minutos y distinguió más enemigos al frente, dudó unos segundos, entre retroceder y buscar a los demás o atacar y al final optó por lo segundo. No había tenido muchos problemas para deshacerse de ellos, así que supuso que no serían una amenaza para los Senju. 

Comenzó a perseguir a los cuatro enemigos que tenía enfrente que habían salido corriendo al verla y los alcanzó en un claro del bosque, igual que pasó con los otros, no tuvo muchos problemas para derrotarles. Inspeccionó los cuerpos pero no llevaban el distintivo de ningún clan. Se dispuso a buscar a los demás algo preocupada cuando sintió el peligro. Saltó pero aquella cosa le alcanzó la pierna igualmente y clavó sus dientes en ella, en seguida notó como se quedaba sin fuerzas y su sharingan se desactivó. Consiguió espantar lo que fuese aquello con su espada y calló de rodillas al suelo.Dos ninjas altos con el pelo azulado y los dientes puntiagudos como si fuesen animales aparecieron en el claro mirándola con desprecio. Portaban armas extrañas, uno llevaba dos espadas gemelas y el otro esa cosa que la había mordido segundos antes.

 -¿Qué te ha parecido mi espada Uchiha? Samehada roba el chakra de todo lo que encuentra a su paso- dijo con uno de ellos con una risa estridente.

Izuna se tensó ¿Esa cosa era una espada? Sabía que el shinobi no mentía, fuese lo que fuese, le había robado casi todo el chakra, no era capaz de activar su sharingan y le costaba incluso mantenerse en pie. Esos tipos no eran como los que acaba de enfrentar, eran fuertes y usaban armas que no conocía. Tampoco había oído hablar antes de la existencia de ese tipo de espadas. Tenía que salir de allí y avisar a los demás pero no tenía fuerzas para moverse. Tampoco escuchaba ya el ruido de la batalla de sus compañeros. Había sido una estúpida, esos debiluchos que había enfrentado debían de ser la carnada. Habían conseguido alejarla lo suficiente de los demás y conseguir que se confiase y ahora esos dos la habían atacado por sorpresa y no había nadie cerca que pudiese ayudarla. Había caído en una trampa ridícula. Supuso entonces que debía de haber más tipos fuertes con armas extrañas como ellos . Se habían tomado la molestia de separarles para poder matarles más fácilmente, no iba a ser ella el único objetivo. En tal caso tenía que derrotar a esos dos de alguna forma y ayudar a los demás, no se veía capaz de hacerlo con el chakra que le quedaba pero sí conseguía escapar y reagruparse sí podrían derrotarles. Usó sus últimas fuerzas para lanzar una gran bola de fuego contra sus adversarios, si estaba en lo cierto, esos ninjas eran del país del agua y su especialidad eran precisamente los jutsus de ese tipo. Como esperaba, contrarrestaron su fuego con un potente chorro haciendo que el vapor inundara el claro del bosque y ella aprovechó la confusión para salir corriendo. O esa era su intención. El tipo de las dos espadas clavó una en el suelo y un potente rayo salió de la tierra bajo sus pies y la alcanzó de lleno. Izuna calló al suelo tratando de levantarse sin éxito. Ya había gastado todo su chakra y estaba malherida. Tenía que pensar en algo rápido o no podría salir de esta.

Superando el odio [Tobirama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora