Buscando Respuestas

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 Sarada salió de la sala de observaciones y corrió a toda prisa hasta el lugar donde estaban los médicos. Aún con lágrimas en los ojos, les dijo las noticias, no tardaron en correr hasta su habitación para socorrerlo. Volteó hacia la habitación de Kawaki para avisarle a su hermana. Ella tenía que enterarse que, al menos, Boruto había despertado. Abrió la puerta y la azotó lo más que pudo, Himawari se sobresaltó, ella también tenía los párpados hinchados de tanto llorar. Conectaron miradas, corrió hasta la peliazul y la rodeó en sus brazos, sollozaron. Acarició sus cabellos y se soltó con lentitud:

—Boruto despertó.

Himawari cambió su expresión de angustia a una de impacto, no tenía idea de cómo reaccionar, solo atinó a secarse las lágrimas y unirse a su amiga para ir a verlo. Cuando regresaron a la sala de observaciones, estaban Naruto y Hinata hablando con los médicos. Ya le habían hecho la revisión correspondiente, según parecía, tenía algunos golpes en la cabeza y el cerebro funcionaba bien, pues respondía a los reflejos de manera correcta. En cuanto a su memoria....

—No recuerda lo que ocurrió en las últimas semanas. Supongo que debió ser un shock emocional producto de la batalla y los sentimientos encontrados—explicó—. Esa memoria podría restaurarse con el tiempo y haciendo varias terapias psicológicas.

—Muchas gracias, señor Yanagi—dijo aliviado Naruto.

Himawari ingresó a la sala para ver a su hermano y abrazarlo con todas sus fuerzas. Boruto se sorprendió por su repentina reacción y solo correspondió sus cálidos brazos. Le sonrió para tranquilizarla y le dijo que solo estaba exagerando.

—Estoy bien, Hima—dijo al soltarse.

Sarada se detuvo frente a la camilla, corrió sus cabellos negros hacia un costado, algo tímida. Miró al rubio con expresión preocupada. Intentó sonreír y no le salió. Boruto la notó tensa, parpadeó confundido y se ruborizó:

—¿Por qué me miras así, Sarada?—desvió la mirada levantando una ceja—. No estoy tan mal. Solo no recuerdo algunas cosas. Nada grave—suspiró—. Al menos de lo Kara se terminó y Kawaki podrá estar más tranquilo—se sobresaltó al recordarlo—. ¿Qué pasó con él?

—Ya te dije—le repitió Sarada—. Está en otra habitación, pero según los médicos está en peor condiciones que tu. Quizá pierda la memoria de alguna manera. Aunque es parcial.

Boruto emitió un sonido extrañado y bajó la mirada. El médico no tardó en darle el alta por la tarde. Para entonces Himawari ya había llevado sus pertenencias a su casa. Naruto le preguntó a Sarada si quería quedarse a cenar. La Uchiha se sintió avergonzada y miró de reojo al rubio, esperando una respuesta. Este la miró más confundido. Sin poder negarse aceptó. Tal vez Boruto no recordaba que estaban saliendo, pero al menos, debían empezar de cero de alguna forma. Si entendía que él gustaba de ella y eso no podía olvidarlo. Se lo haría recordar.

Llegaron a la residencia Uzumaki, Himawari corrió directo a la cocina, ayudaría en lo que pueda. Necesitaba despejar su mente, aunque su hermano estuviese bien, todavía le preocupaba la salud del pelinegro. Sarada lo notó enseguida. Boruto no dejaba de observar a Sarada, no tenía muchos recuerdos de cuando había regresado a la aldea, ¿en qué momento fue? Solo no podía dejar de mirarla, ella era más atractiva que antes, se dejó crecer el cabello y ya no usaba gafas. Era preciosa y no podía resistirse.

La siguió hasta entraron al comedor y Boruto se desplomó en el sofá. Naruto le comentó a su hijo que lo bueno de todo esto era que habían logrado vencer a Kara gracias a ellos dos. Y merecían un buen ascenso por ello. Su hijo lo miró con una ceja levantada y se carcajeó:

El Hijo del Hokage (BoruSara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora