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Lauren dejo de sentirse molesta al ver a su novia y a su hija en espera de ella en el despacho de Camila, la peque se había quedado dormida en esas mochilas de bebés que Camila usaba para no acostumbrarla a los brazos, y que Camila preparaba para que Lauren se la pusiera, a Camila en lo particular le encantaba que Lauren la llevara, ya que había notado que la voz de la ojiverde era una especie de calmante para ella.

Lauren sonrió a su mujer y beso con cuidado a la pequeña Victoria cuando se colocó correctamente la mochila.

―¿Estás lista ricitos?―dijo Lauren en voz baja.

Si amor, solo saco copia a unos papeles y nos vamos a ver a tus adoradas monjas. ―dijo en broma Camila sonriendo a Lauren, esta hizo una mueca chistosa.

―Bien, ¿Dónde está el gorrito de Victoria? Hay frío ahí fuera. ―dijo acariciando el cabello liso de su hija.

En su bolsito... ¿Podrías ver si no se ha hecho en sus pañales? Creí verla enrojecer antes de colocarla dentro del cargador...

―Bien... Espero no se moleste.

―No lo hará, pero si se molestará si no la cambias.―dijo Camila tomando unos casos de unas consultas y salió dando un beso a Lauren.

Lauren con cuidado sacó a su hija y comprobó que si estaba, bueno, ya saben, pero como buena mamá en segundos tenía a la peque lista y esta en medio de risitas nuevamente en su cargador

Se ha despertado, es mejor así duerme más durante la noche. ―observó Camila regresando con las copias listas.

. ―dijo Lauren que miraba a su hija cómo se destornillaba de la risa,aparentemente de nada, pero si supieran como le encantaba a Sophia reírse de sus madres.

Bueno, ¿Nos vamos amor?

―Claro.

Las adorables mamás salieron del consultorio mientras Sophia Victoria se reía abiertamente de las caras que ponía Lauren, movía los piecitos de un lado a otro de la risa, Lauren y Camila se reían de la chiquita, Lauren la llenó de besos mientras Victoria chillaba divertida.

Caminaron por el pasillo y subieron a la limusina y con la niña de casi cuatro meses en sus protectores brazos. La peque a pesar de su edad era pequeña, pero muy fuerte, ya sostenía muy bien su cabecita y manejaba sus manitas con destreza, las cuales nunca estaban tranquilas, ahora halaban con fuerza la camisa de Lauren intentando acercar el rostro de su madre para curiosear de cerca su nariz, oigan no todos los días puedes comerte la nariz de tu mama. ¿O alguno ha intentado hacerlo con éxito?

Creo que tiene hambre. ―dijo Lauren divertida.

No, le acabo de dar yo.―dijo Camila sonriendo― Creo que se quiere comer tu nariz, dice que la tienes apetitosa.

―¿De verdad Sophi? ―le dijo a su chiquita mientras la limusina ya cruzaba la ciudad― ¿Te quieres comer mi nariz?―la niña dijo buuuuaaa y se rió. Con sus piernitas se impulsaba para intentar ver la nariz de Lauren. Camila intentó calmarla hablando con ella y acariciando sus piernitas.

Ya, Sophia, ya deja de jalonear a tu madre... Vamos cielo mío...

―Piooooooaaabuuu ―chilló la chiquita molesta, ella quería esa nariz y no se lo iban a impedir... Que testaruda ¿A quien habrá salido?

Victoria. ―dijo Lauren acariciando su cabecita, pero con voz un poco autoritaria― Tranquila chiquita.―La peque se le quedó viendo arrugó su frente y dio un sonoro grito de protesta y rojita comenzó a llorar.

Getenic - Camren© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora