Era 21 de Junio de 1965 cuando Aurora nació en el hospital regional de la ciudad de Mérida.
El día era soleado con una temperatura de 34 grados (La temperatura usual en Mérida) y, aun estando en la sala de espera del hospital que contaba con aire acondicionado Fernando Medina estaba sudando como si hubiera corrido un maratón. La razón de su nerviosismo es que su esposa María ya ha perdido a un par de hijos en su vientre y esta es la primera vez que cumple el tiempo de embarazo. Si todo sale bien se convertirá en un flamante padre de 18 años de edad. Son las 13:45 y su esposa lleva ya 9 tortuosas horas en labor de parto. Fernando va por su cuarta cajetilla de cigarrillos del día y su garganta ya se encuentra tan irritada que inclusive tragar saliva es una tortura. Quedando apenas dos cigarros en la cajetilla la enfermera salió con una sonrisa en la cara llamándolo. Su primer hijo había nacido al fin.
Se acerca con cautela hacia su mujer quien sostenía al pequeño bebe en sus brazos y con una voz desquebrajada por la resequedad del tabaco y las ganas de llorar de felicidad le pide ver al recién nacido, al orgullo de Fernando. Carga al pequeño y le dice suavemente al oído su futuro nombre, Arturo. María comienza a llorar cuando escucha a su marido, a lo que Fernando se acerca a abrazarla pensando que su esposa era tan feliz como él, pero esa no era la razón del llanto, las lágrimas eran de miedo.
Mientras Fernando intenta calmar las lágrimas de María, ella gime el hecho que marcaría la vida del pequeño infante. El primogénito no fue un varón.
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En 1969 en Mérida, Yucatán comienza a convertirse en ese lugar de la república en el que todo es color de rosa o, como bien describen los guías para turistas, en una ciudad blanca.
La gente de Mérida es amable y cálida como en ningún otro lugar, ofreciendo una sonrisa a cualquier persona que pasea por sus calles subido a las tradicionales calesas, ofreciendo desde los portales de los restaurantes los menús de la comida típica tan famosa en todo el país.
Entre todas esas personas una pequeña niña de apenas cuatro años de edad se encuentra vendiendo paquetes de cacahuates a todos los que pasan por el pasaje revolución. Su piel quemada por las altas temperaturas que ha tenido que soportar se ve tan oscura que nadie creería lo blanca que originalmente era hace apenas un par de años. La niña lleva puesto un vestido (Si es que a eso se le puede llamar vestido) hecho con los remiendos de un saco de azúcar volteado y costurado para dar la apariencia de que es un vestido, pero que es delatado por el logo del Grupo Saenz y unos zapatos hechos de llanta cortada amarrada con hilos de henequén.
Ella lleva todo el día ofreciendo sus cacahuates y solamente a podido ganar 10 pesos, pero esto no la va a hacer rendirse, ella no es esa clase de niña. A lo lejos logra ver un grupo de turistas que se acercaba a su zona de trabajo y el show comienza. Unta sus manos en el suelo y se llena la cara con la suciedad, bien dispersa en sus mejillas y su cabello. Carga el saco lleno de cacahuates y camina directamente hacia el grupo de extranjeros que se acercan y, justo a unos cuatro metros de distancia, se "tropieza" dejando caer el contenido de su pequeño saco en el suelo frente al grupo que venía caminando. Entre las decenas de turistas una mujer de unos 40 años voltea a verla directamente, se acerca a ayudarla y le pregunta si esta bien en inglés. No es la primera vez que ella a escuchado el inglés y la mayor parte del día hablaba este idioma más que el propio español.
- (Llorando) I'm not ok. My mom is going to kill me. All the peanuts are in the floor and nobody is going to buy any of those. Why this happened to me?. El llanto de la pequeña se vuelve algo melodramático y manipulador.
La mujer se sorprende por la fluidez de la conversación de la menor que, si bien no tiene un acento típico de un nativo de estados unidos, es lo suficientemente claro como para transmitir el sentimiento de temor de llegar con las manos vacías.
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Los problemas de ser cáncer
Non-FictionEsta es la historia de Aurora. Aurora nació en el lugar equivocado, en el momento equivocado y ella lo sabe, pero el hecho de saber que la situación es desafortunada no significa que la vida la va a derrotar. 1960 es un año turbio en México para ser...