—¡5 punto menos, Gryffindor! — exclamó Yoongi, reclamando la mirada de un descompuesto Jungkook que iba a toda velocidad hacia el baño de varones.
El prefecto de séptimo año, apacible y sereno esperó a que el menor de capa escarlata chistara, o que rogara porque devolviera los puntos a su casa, pero en cambio, el castaño alzó la vista y asintió como si no le importara en absoluto. Yoongi pudo percatarse de los ojos cristalinos y los surcos amoratados en el rostro del Gryffindor, pero no dijo algo al respecto.
—No corras así por el pasillo, Jeon.
Jungkook no respondió. Pensó que tal vez un par de puntos no eran nada en comparación con la cantidad de puntadas que en ese momento estaba sintiendo su corazón. En una situación como aquella a quién diablos podían importarle los puntos de unas putas casas. Encogiéndose de hombros retomó el rumbo, y a paso lento se introdujo en el baño del segundo piso, vacío, húmedo y lúgubre dejando atrás al prefecto de Slytherin. Con los brazos débiles se apoyó en el lavabo y se acercó lo suficiente al espejo para que su nariz rozara con al vidrio. Quiso escupirse un par de maldiciones, sin embargo, sólo fue capaz de susurrar algo que él ni siquiera oyó. El vaho que salió de su boca fue espeso y empañó el espejo, y su silueta se desdibujó, y tuvo la sensación de que sólo así era capaz de sentirse más invisible ante el mundo.
No tenía idea de cómo volvería a la sala común, o al Gran Salón a echarle frente a la mesa de las serpientes que seguro estarían murmurando sobre su ruptura con Taehyung, o cómo este se había cogido a Hoseok y medio Hogwarts lo sabía menos él.
Estiró la comisura de los labios, levemente. No le asustó que las sombras en el baño y la poca luz que entraba desde las ventanas iluminara tétricamente ciertas partes de su cara, o que su sonrisa se viera rota, o sus ojos tan rojos, o su cabello tan despeinado que parecía que el sauce boxeador había hecho de las suyas con una de sus ramas sobre su cabeza.
Abrió la llave y dejó correr un poco de agua pasados los minutos, y se animó a coger agua con las palmas y tirársela sobre la cara. Necesitaba despertar. Despertar de toda esa mentira. O escapar. Se palmeó, aflojó su corbata porque parecía estaba por asfixiarse y nuevamente echo a correr hacia fuera, cruzando los pasillos de piedra, a tropezones y cuando se halló afuera, tragándose un par de risas y cuchicheos olvidó que el invierno había dejado caer una espesa capa de nieve. Una brisa fría le caló la nuca, pero eso no fue impedimento para alejar su destrozado corazón del colegio, y hundir sus pies con dificultad por las blancas praderas que se extendían hacia el Lago Negro.
Se convenció de que era mejor tener frío y no sentir las yemas de los dedos que saberse despechado, destruido por una relación que en realidad había sido una mentira. Ensimismado caminó, caminó sintiendo la parte posterior de la capa pesada por el agua que había absorbido de la nieve y los calcetines mojados.
—¡Jeon!
Un grito a la distancia le hizo brincar como un resorte, y sabiendo bien del tinte de aquella voz, y sin siquiera girarse, se apresuró aún más.
—¡Jeon, para!
Con la barbilla tiritando, Jungkook se abrazó a sí mismo dispuesto a ignorar a cualquier persona que osara enfrentarle. Sobre todo, si se trataba del mejor amigo de su exnovio. Qué jodida la vida, pensó, que todo Slytherin fuera una basura y se esmerara tanto en hacerle la vida imposible aquel día. Primero había sido Hoseok cantando a todo pulmón que se había cogido a Taehyung en un cuartucho de aseo del tercer piso, Taehyung negándolo, y a Yoongi quitándole puntos. ¿Ahora qué? ¿Park queriendo enviarle una maldición moco murciélago?
—¡Aléjate, Park!
El mejor amigo de su ex no respondió enseguida, y por un momento Jungkook pensó que se había deshecho de su indeseada compañía, pero en cambio Park chilló asustado y Jeon no entendió el por qué de el sonido, hasta que se volteó para corroborar que seguía por ahí. Efectivamente, Park Jimin, el rubio, envuelto con la típica bufanda serpentina se encontraba a metros de Jungkook, con los ojos tan abiertos que a Kook le entraron ganas de reírse de él, pero cómo no hubo mayor reacción ante su burlesca y quebrada risa el Gryffindor cerró la boca y alzó las cejas sin comprender por qué el Slytherin lo miraba pálido y asustado.
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Wingardium Leviosa [Jikook] }OS
Fanfiction{HarryPotterAU} En un mal día con el corazón roto, Jungkook se encuentra con el muchacho que lo odia. Para joderle más el corazón, Jimin está dispuesto a dárselo de comer al Crackeen del Lago Negro.