Bakugou parpadeó seguidamente, maldiciendo por debajo de su aliento los rayos del Sol que se colaban por la ventana. Sabía que debía haber puesto las persianas. Abrió los ojos de a poco. Sobre su pecho desnudo descansaba un revoltijo de cabellos rubios. En otra ocasión lo hubiera corrido a patadas pero esta vez se permitió acariciarlos, sin correr el riesgo de ser descubierto.
Luego de lo que parecieron ser largos minutos, lo sacudió para que despertara. Lo escuchó soltar un quejido. Tuvo que hacerse a un lado para que los brazos de Kaminari no lo golpearan cuando éste se estiró, y luego giró a mirarlo con una perezosa sonrisa en los labios.
No recordaba nada (o casi nada) de lo que había sucedido la noche anterior, en la fiesta de Ashido Mina. Por más de que buscara en su memoria, había una laguna mental entre la fiesta y su departamento; entre estar bebiendo como loco y pasar a cojerse a uno de sus amigos. Aún así no quiso preguntarle, prefería que esas cosas quedaran olvidadas, como si nunca hubieran pasado.
—¿Cómo dormiste?
—Como una maldita roca —respondió, apartándole el cabello de los ojos—. ¿Te quedarás a almorzar?
—¿Quieres que me quede?
Katsuki rodó los ojos ante las cejas alzadas de Denki.
—Cambié de opinión.
Así, lo hizo a un lado y se levantó de la cama para dirigirse al baño. Escuchó los pasos apresurados siguiéndole. Ni siquiera se molestó en echarlo, ya estaba acostumbrado a la falta de espacio personal desde que había conocido a sus amigos.
Mientras él se lavaba los dientes, Kaminari orinaba dándole la espalda. No pudo evitar mirarlo por el espejo, y sonrió orgulloso ante los múltiples chupones que tenía por todo el cuerpo. Se enjuagó la boca y cambiaron de lugares.
Aquello se sentía casi familiar, casi como una rutina. Bakugou no quería pensar en eso. Eran amigos, aún cuando él no lo admitía en voz alta, y Kaminari era insoportable. Jamás, nunca, se le pasaría por la cabeza tener sexo con él en un estado de completa sobriedad. Y mucho menos pensaría en tener algo más. Todo había sido cosa de una noche.
Bueno, mentía al decir que no tendría sexo con Kaminari de nuevo. En la hipotética situación de que ambos se encontraran solos, en una habitación con poca iluminación y con los estragos de la noche de la fiesta, no lo pensaría dos veces antes de tirarsele encima. Porque era atractivo, no iba a negarlo. Tenía facciones delicadas, juveniles, y unos ojos almendrados con un brillo travieso que lo incitaba a cometer cualquier pecado.
Quizás...
No.
Era al que menos soportaba de su grupo de amigos. Probablemente no durarían ni un mes. Prefería no empezar algo que no tenía futuro.
Tuvo que parpadear para salir de su ensoñación. Estaban en la cocina. Denki sentado sobre la encimera de marmol, meciendo las piernas como un niño pequeño, y él mirándolo sin decir nada.
—Estuve pensando... ¿Le diremos a los demás lo que pasó?
—Te aseguro que ya lo saben.
La campana del horno sonó. Abrió la pequeña puerta para poder dar vueltas las hamburguesas con un tenedor. Sabía que eran las favoritas de Denki y joder, ¿eso qué importaba? Cerró el horno con fuerza, dejando que el estruendo hiciera eco en la cocina.
—Ah, sí. Sero me escribió.
—Mándalo a la mierda.
Pero...
Kaminari soltó una risa y luego se bajó de la encimera. Sus pasos mientras se acercaba eran silenciosos gracias a que estaba descalzo, y sólo en ese momento Bakugou descubrió que el buzo negro que tenía puesto era suyo. Le dejaba un hombro afuera, más parte de la clavícula llena de marcas violetas. La vista era increíble.
Reprimió un suspiro cuando lo tuvo enfrente. Él se paró en puntas de pie y pudo sentir su respiración. Ambas narices rozaban. Sus ojos rojos se dirigieron por puro instinto hacia los no-tan-finos-no-tan-carnosos labios ajenos.
—Me gustas —le soltó como si nada.
—Idiota, ¿qué estás...-
—Me gustas —repitió, interrumpiéndolo. Una sonrisa gatuna se asomó por sus labios y el corazón de Bakugou dio un salto. —Eres más que una noche para mí.
No supo qué hacer. Se mantuvo quieto, paralizado, observando la curva en el rostro de Kaminari. Había estado solo tanto tiempo que ya no sabía cómo reaccionar a ese tipo de cosas, sólo huía de ellas. Pero ahora, teniéndolo así de cerca, abriendo su corazón, provocándole tanto, estaba seguro de que no quería salir corriendo. No quería arruinarlo.
Así que unió sus labios, tomándolo por la camiseta que le llegaba a las rodillas. No necesitaron más. La idea de estar con él no le pareció tan horrible y lejana entonces.
—Deja de decir cursilerías.
—Como si no te gustaran, ¿eh?
—No tientes a la suerte tampoco.
Cuando los ojos de Denki se achinaron al soltar una risa, Katsuki lo supo; por primera vez en mucho tiempo, no se iba a arrepentir de nada.
+/me encantan los ships de denki, espero que se note.
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fluff ¡! bakukami
Fanfictionestaba completamente enamorado, sólo que todavía no lo había notado. . . . bnha one shot