El aire fresco pegaba suavemente en su rostro mientras admiraba el cielo nocturno, lentamente veía como las pocas estrellas dejaban de brillar junto con unas cuantas luces de los tantos edificios que podía ver desde su ventana, seguramente todas esas personas se dirigían con prisa a comenzar un día más en su vida, corriendo para alcanzar a llegar a la estación de metro o subiéndose a un autobús. Sin embargo, para él el tiempo iba lento, era como si todo se presentará ante él en fotos formando una secuencia, donde podía apreciar con precisión cada fotograma, lo cual le encantaba.
Había llegado sumamente agotado de la universidad, los finales de semestre siempre son agotadores, con la entrega de todos los proyectos, el estrés acumulado de 6 meses y las ansias por librarte de una buena vez de toda la fatiga y monótonos días de escuela. Así que había olvidó sacar la basura cuando regresó, por lo que tuvo que despertar más temprano de lo habitual en un día sábado para poder hacer el reciclaje adecuadamente.
Nunca hubiera esperado toparse con su amado vecino del piso de abajo, un chico totalmente guapo, la palabra hermoso debió ser creada para definirlo únicamente a él. Ambos se centraron en depositar su basura en sus respectivos lugares, en un agradable silencio que por más que Jongho intentó ver de otra manera, no podría ser incómodo, ni una pizca de ello. Era como si el mayor lo hubiera llevado a otra dimensión donde solo existían ellos dos, lo que le llevó a preguntarse si podía escuchar su corazón retumbar, quizás por eso sus pasos iban al mismo ritmo, cortos y un ritmo constante.
Suspiró por enésima vez desde que se había refugiado en la calidez de su habitación, porque estar simplemente en la sala de su departamento lo seguía haciendo sentir inseguro, expuesto ante él, más sabiendo que su compañero no llegaría porque tenía guardia en el hospital ese día. Volvió su vista hacia abajo, notando el color rosa de la calle dado por los árboles de cerezo, casi en seguida sus mejillas tomaron la misma tonalidad recordando el suave beso dejado en su mejilla antes de que las puertas del elevador se abrieran y cerrarán dejándolo sin aliento, solo porque se había quedado congelado en su lugar hubiera presionado el botón de emergencia porque estaba seguro de que la ventilación había dejado de funcionar. Mas, seguía sintiéndose de la misma manera, aún cuando se encontraba recargado sobre sus brazos en la ventana de su cuarto, quizás algo había dejado de funcionar dentro de él.
Nuevamente subió su mirada con una leve sonrisa, notando un tenue brillo en el cielo, la luna brillando ante sus ojos, tan gloriosa siendo reflejada por el amor que transmitían sus orbes. Era como si ella le sonriera y le susurra palabras de apoyo, calando como aquel beso lo había hecho, quedando marcado por siempre en su corazón.
Entonces un espectáculo de luz se hizo presente desde el este, la oscuridad de la noche se tiño de tonos rojos, naranjas, rositas hasta llegar a un brillante y claro azul celeste. Quedó maravillado, había visto atardeceres cuando con sus amigos habían quedado en reunirse en Busan, después de terminar las clases para festejar el haber terminado y estar cada vez más cerca de poder lograr sus sueños, y ahora era testigo de la maravilla que el cielo les regala día con día en un precioso amanecer, quizás había entrado entre su lista de cosas favoritas en su simple vida, claramente después de Jung.
Fue sacado de sus divagaciones por el timbre del departamento, tuvo una extraña sensación en su estómago, quizás era Wooyoung quién estaba detrás de la puerta en la espera de su salida, pero tan rápido llegó esa idea la deshecho, asumiendo que era absurdamente ridículo que algo tan genial le volviera a suceder, estaba conforme con ese dulce beso y ese cálido "ten un buen día jongho-ah" antes de desaparecer. Decepcionado caminó hasta estar frente a la puerta, abriéndola para terminar rápidamente con eso y volver a enterrarse en sus sábanas aunque seguramente después las lanzaría lejos.
Entonces se sintió ahogado, una gran ola lo había llevado hasta mar abierto dejándolo a la deriva y noqueado mientras su cuerpo flotaba en el agua junto con un sin fin de lindos peces de diferentes colores que juraría danzaban frente a él para guiarle hasta una isla que le recibiría gustosamente y le entregaría toda clase de maravillas. Wooyoung estaba ahí, ya no vestía aquel pans de pijama azul marino que le había visto antes de que el sol saliera, ni ese abrigo café que caía con gracia, ahora portaba jeans y una simple camisa blanca con unas letras en negro que no podía leer con claridad por la chamarra negra que traía puesta.
—¿Estás ocupado hoy? —directamente llegó al punto, con una apenada sonrisa que intentaba esconder moviendo su cabello negro hacia atrás en la espera de una respuesta.
Había estado pensando durante tanto tiempo en invitarlo a salir que ahora se sentía irreal, casi como una ilusión. Después de haberse amado de valor y coquetaerle todos los días cuando "casualmente" se lo encontraba en el ascensor, dejando besos en su mejilla seguidos de un guiñó, una dulce sonrisa y calidad palabras para que llevara un buen día, había llegado la hora de hacerlo realidad, aferrarse a esa posibilidad de que el menor le correspondía de la misma forma, que aquel sonrojo y ojos brillos no podrían significar otra cosa más que lo mismo que su corazón le gritaba cada vez que estaba cerca de él, o cuando no había alcanzado as verlo durante varios días por culpa de sus horarios, y lo único que podía pensar era en sí su pequeño ya había desayunado, si se encontraba cantando nuevamente mientras caminaba desinteresadamente por algún pasillo, si estaba agotado por un largo día, si tenía frío.
—No, solo tenía pensado quedarme a descansar en casa hoy —sus mejillas le habían traicionado otra vez, se sentía pequeño a su lado, una estrella que no podía tocar.
—Ya veo —desvió la mirada, preguntándose si debía continuar tampoco quería ser una molestia para su menor—
—¿Quería algo, hyung? —lo último lo dijo algo con duda, quería simplemente decir su nombre con familiaridad pero siempre se detenía a pesar de que el mayor le había dicho que podía hacerlo sin problemas.
—Tan solo quería saber si te gustaría ir a pasear hoy conmigo, habrá un festival hoy por la tarde y en una hora comenzará a haber muchos puestos por donde podríamos pasar a ver.
Los corazones de ambos sonaron al unison, fuegos artificiales estallaron a su alrededor y el canto de los pájaros dirigía sus acciones. El menor asintió a su propuesta, pidiéndole que esperara a que se arreglara, pidiéndole que se adentrará a su departamento, pero Wooyoung aún no sé creía capaz de poder poner un solo pie ahí, no por el momento, optando por esperarlo fuera, recargando su espalda contra la pared mientras planeaba meticulosamente a dónde llevaría a su menor.
Como una canción de amor, la primavera llegó a sus corazones, haciéndolos florecer. Mientras ambos caminaban debajo de un camino de árboles de cerezos, con los pétalos flotando a su alrededor como si así se viera el amor que sentían el uno por el otro. La primavera llegó, caótica para dos enamorados que silenciosamente se fueron acercando.
Un nuevo año vino, y ahora ambos veían en amanecer con sus dedos entrelazados y una manta sobre sus hombros para protegerlos del frío. Aquello se había convertido en un hábito para los dos, les gustaba ver cómo al igual que aquellas estrellas a pesar de todo lo que se oponía a ellas seguían brillando, su amor incluso en invierno seguía floreciendo.
—Besame —pidió en un susurro en el oído de Jongho, cerrando sus ojos antes de recibir respuesta a la espera de sentir sus labios sobre los suyos.
Así fue, un choque eléctrico, un revolotear de alas dentro de ellos, dos mundos opuestos fundiéndose. Así eran ellos. Desde ese día, en que juraron amarse por el resto de su vida.
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chaotic spring ; ateez - woojong
FanfictionLa primavera llegó para los enamorados reflejada en una brillante luz reflejada en sus ojos, junto con sus corazones que al soñar de una canción de amor se desbordan tal como un río de miel. oneshot: chaotic spring - se so neon [ 새소년 ] .