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Erick la miraba. La miraba como si fuera un ángel. No sabía dónde estaba y estaba algo confuso.

- ¿Dónde estoy? - Preguntó Erick a Lucía.

- En el hospital. Escuché tu voz en la casa de en frente de la mía y llamé a la policía. Tu secuestrador te apuñaló con un trozo de metal. - Le dijo Lucía secándose las lágrimas que cubrían su rostro.

Erick se quedó callado. Empezó a recordar todo lo que sufrió en aquel lugar donde estuvo secuestrado tanto tiempo y empezó a alterarse.

- Erick, ¿estás bien? - Dijo Lucía cuando Erick empezó a respirar rápido.

Erick empezó a convulsionar y sus ojos se pusieron en blanco. Una máquina comenzó a pintar sin parar.

Lucía, muy alterada por ver a Erick así, empezó a gritar para que viniera un doctor. Rápidamente llegó un equipo de enfermeros y un doctor que dijeron a Lucía que se saliera. Ella salió de allí, temblando.

Llegó a la sala de espera donde se encontraban los padres de Erick,
Andrés y una muchacha bastante guapa. Lucía pensó que podría ser una prima o amiga. Que ilusa fue al pensar en esa posibilidad.

Los padres de Erick al ver que Lucía llegaba tan angustiada, se preocuparon.

- ¿Qué pasa, Lucía? ¿Erick está bien? - Preguntó Jacobo bastante preocupado.

- E-el empezó a co-o-onvulsionar. Todo ha sido mi culpa. Yo-o le dije que le ocurrió y se empezó a alterar. - Dijo Lucía como pudo mientras lloraba sin parar.

La madre de Erick empezó a llorar y se abrazó junto a su marido. Él también lloraba. Andrés abrazó a la chica que también empezó a llorar.

Después de un rato, cuando ya todos estaban algo más calmados, Lucía se acercó a la chica para presentarse. Andrés la miró acercarse a esa chica receloso.

- Hola. Perdón por no haberte saludado. Con lo que ha pasado, no sabía ni donde estaba. - Dijo Lucía avergonzada.

- Hola. No te preocupes. Soy Sara, la novia de Erick. - Dijo la muchacha dejando a Lucía sin palabras. Lucía había tenido relaciones con Erick el mismo día que la secuestraron, ¿cómo no se enteró que Erick tenía novia?

- Oh... No sabía que Erick tenía novia. Yo soy Lucía. Encantada. - Dijo Lucía con una sonrisa fingida.

- Si no os importa voy a llamar a mis padres. - Dijo Lucía cogiendo su teléfono y dirigiéndose a la salida del hospital.

Ya no le salían las lágrimas. Se quedó seria mirando un punto. Tras un rato así decidió ir a un banco que se encontraba al salir del hospital y sentarse allí mientras hablaba por teléfono con sus padres.

Al segundo tono, su madre contestó el teléfono. Su madre estaba muy preocupada y Lucía le explicó donde estaba. Su madre lo entendió y le dijo que volviera a casa que ella y su marido estaban arrepentidos de como la trataron. Lucía aceptó ya que no se sentía cómoda con  la novia de Erick allí y su madre le dijo que iría a recogerla.

Lucía volvió al hospital y se despidió de todos diciendo que si sabían algo más que la avisarán. Le dio su número de teléfono a Andrés y se marchó a la salida a esperar a su madre.

Cuando llegó hablaron como si no hubiera pasado nada la noche anterior y al llegar a su casa su padre la abrazó pidiéndole perdón. Le dijo que la apoyaría en todo lo necesario con respecto al bebé. Lucía lloró de la emoción de contar con el apoyo de sus padres. Con su ayuda sería más fuerte para cuándo llegara su bebé.

- ¿De cuánto estás? - Preguntó su madre.

- De unos 3 meses. - Dijo Lucía sonriendo y tocando su barriguita.

-¿Cuándo tienes que ir al médico otra vez? - Le dijo su madre.

- En un mes, ¿quieres venir conmigo?-

- Claro. - Dijo su madre muy contenta.

Tras cenar, hablar un rato con sus padres y ducharse, decidió irse a su habitación. Revisó su móvil y vio un mensaje de Andrés. Él le decía que Erick volvía a estar estable y que estaba despierto. Además había preguntado por ella.

Después habló un rato con su amiga contándole todo lo ocurrido y tras prometerle que al día siguiente quedarían, se echó en la cama.

Sin darse cuenta de quedó dormida.

Hacia las 7 de la mañana un número que no tenía registrado comenzó a llamarla. Lucía ignoró la llamada pero al ver que la persona que la llamaba seguía insistiendo, contestó.

- ¿Hola? - Dijo dudosa Lucía.

- ¿Se puede saber por qué mi novio no para de preguntar por tí? - Era Sara y sonaba bastante enfadada.

¡ A TRAVÉS DE TU VENTANA !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora