Era un día soleado como cualquiera, caminaba a prisa necesitaba verlo, sentirlo acariciar su cara y sentir sus labios. Ella tenía temor de que la descubrieran ya que el no pertenecía a la clase alta. Su madre Molly Wesley deseaba que se casara con alguien que tuviera buena posición económica. Mientras que su padre Arthur Wesley deseaba que se casara por amor.
Llegaba a un parque desierto en el cual lo la esperaba un joven de 23 años.
-Hola mi amor – Dijo ella
-Hola preciosa – Dijo el
- Te extrañe demasiado… no sabes cuánto me guitaría que no volvieras a viajar.
- Yo también te extrañe demasiado, pero ya verás que pronto estaremos juntos para siempre
Ella solo lo miro seria. Tenía miedo de la reacción de sus padres. Su madre definitivamente haría todo lo posible por impedir que se casara con él. Pero confiaba que su padre le permitiera unirse a él, después de todo estaba segura que lo amaba, aunque él solo estudiara en la academia de policía.
Sabía perfectamente que él no podría darle los lujos a los cuales ella estaba acostumbrada, pero por el se olvidaría de todo.
-Que pasa hermosa – le dijo al observar su reacción
-Es solo que tengo miedo de la reacción de mi madre y mi padre me preocupa…. Últimamente el no ha estado bien de salud.
-Pero ya he esperado demasiado, llevamos viéndonos a escondidas más de un año y yo quiero que seas mi esposa.
-Lo dices de verdad – le dijo ella con gran felicidad
-Si te amo como nunca he amado a nadie, eres el aire que respiro, mi necesidad de cada día. El no poder gritarle a todo el mundo que eres mi novia me atormenta.
-Me haces muy feliz. Yo también te amo muchísimo y no veo la hora de estar contigo por siempre.
El la tomo por la cintura, la miro con gran intensidad, con tanto amor y la beso. El beso fue tierno y lento, ambos demostraban el amor que sentían el uno por el otro.
Así era el amor entre Ginny Wesley y Dean Thomas.
Harry Potter tuvo una infancia horrible, al tener un año de edad, sus padres murieron en un accidente automovilístico, criándose así con sus tíos los Dursley.
Sus tíos lo maltrataron toda su infancia, lo hacían dormir debajo de una alacena, y lo mataban de hambre. Su única ilusión era las visitas frecuentes de Sirius Black su padrino y Remus Lupin amigo de sus padres.
Sus padres le heredaron una empresa que daba muchos frutos, lamentablemente Harry no podía tomar posesión de su fortuna hasta que cumpliera la mayoría de edad. Al ser sus tíos los únicos parientes eran obligado a vivir con ellos.
En cuanto cumplió la mayoría de edad tomo posesión de su fortuna y se mudo a vivir un tiempo con su padrino. Después de varios años pudo restaurar la mansión que pertenecía a sus padres y ahora es donde vive.
Harry Potter es feliz con el apoyo de Sirius y Remus, ellos son toda su familia. Pero el pensamiento de casarse y tener hijos no lo abandonaba.
-Hola Harry como has estado- dijo Sirius
-Bien aunque ya sabes los negocios no me dejan mucho tiempo – dijo Harry
-Deberías de darte un tiempo para conocer gente no es bueno que solo te la paces metido en tu trabajo.
Harry siempre a sido un hombre guapo, su cabello rebelde y sus ojos verdes esmeralda le daban sin duda un toque especial que a las mujeres les encanta. Pero aun así no había conocido a la mujer con la que quisiera pasar toda su vida, aunque había tenido romances con varias mujeres, pero hasta el momento nada formal.
-Lo he pensado bastante y creo que ya es hora de sentar cabeza- dijo Harry
-Me parece bien, aunque para eso necesitas conocer chicas- dijo Sirius
-O a menos que pienses en la posibilidad de darle una oportunidad a Cho –Dijo Remus
Cho Chang era una amiga de la infancia de Harry. En medio de los maltratos de sus tíos siempre tuvo la amistad incondicional de Cho, la cual le brindaba consuelo, sin embargo ella siempre ha estado enamorada de él.
Cho vivía con su padre, ya que su madre falleció cuando ella nació. Al ser criada por su padre con buenos valores era una chica humilde y sencilla.
Cuando Harry recupero su herencia apenas cumplió 18 años, el padre de Cho quedo desempleado por lo cual Harry le ofreció un empleo de administrador de su empresa y a Cho le ofreció un empleo en el cual se hiciera cargo de que todo en su gran mansión estuviera en orden.
Era tanta la confianza con Cho que todo el personal que trabajaban en la mansión la obedecían como si fuera la Señora de la casa.
Sin embargo a pesar de todo Harry nunca le dio a Cho posibilidades de tener algo que ver con ella, el tenia seguro que Cho no era la mujer de su vida y nunca lo seria.
-No, Cho sabe que la aprecio de verdad, pero nunca llegare a corresponderle – dijo Harry
- Entonces tienes que salir a conocer gente – dijo Remus
-No… estaba pensando – dijo Harry haciendo una leve pausa – en todo este tiempo he salido con chicas lindas, pero ninguna ha sido de familia con dinero, me entienden.
-No exactamente – dijo Sirius
-Bueno… quiero una mujer que sea elegante, con buen porte y que sepa tratar a los inversionistas con los que tratamos.
-Pero Harry tu no conoces a ese tipo de mujeres ellas son….-dijo Remus no pudiendo creer lo que Harry le decía, ya que el no fue criado en ese ambiente- frívolas, sin contar que la mayoría de ellas solo se fijan en el dinero que tienen sus futuros maridos.
-Crees que no soy capaz de enamorar a una mujer como ellas – le dijo Harry algo molesto
-Claro que no me refiero a eso Harry, es solo que creo que tu no serias feliz con una mujer así – dijo Remus
-Tranquilo Remus, después de todo Harry solo puede probar y conocer chicas de la alta sociedad- dijo Sirius evitando así una pelea entre Remus y Harry – y si ninguna es de su agrado pues podrá conocer más hasta que encuentre a la adecuada.
-Eso me parece más razonable- dijo Remus dejando a Harry con una sonrisa.