Los días pasaron volando Ginny no podía creer que había llegado el día. Durante ese mes convenció a Harry que ese distanciamiento con él se debía a los nervios de la boda. Aunque no sabía cómo le iba a ser para evitar ser así con Harry una vez ya casados.
Algo que no cambiaba eran las despedidas entre ellos, Ginny pensaba que esos besos que el le daban le gustaban cada día mas, aunque no lo amaba de eso estaba segura. Pero hoy sería su boda y después de la gran fiesta la noche de bodas.
Que haría cuando Harry quisiera pasar más allá de un simple beso de despedida, pero lo que más la asustaba es que ese pensamiento le gustaba y que quería ver cómo eran las caricias de Harry.
Por su parte Harry estaba feliz había llegado ese tan ansiado día, por fin ella sería su esposa. Su Ginny, la amaba estaba enamorado como loco. Esa noche le daría la sorpresa a Ginny de que se irían de luna de miel a una playa, claro está que la que erigiría seria ella.
No aguantaba más quería besarla, acariciarla hacerla su mujer. Hacía dos meses que la beso por primera vez y desde ese día no dejaba de pensar en tenerla para él solito. Se propuso respetarla hasta que fuera su esposa por eso solo la besaba al despedirse cada que la visitaba, temía no poder contener las ganas de tenerla de forma más intima.
Ginny le despertaba sensaciones que ninguna otra mujer había logrado y ese día seria su esposa, su mujer, su Ginny para toda la vida.
Se encontraba preparándose en la casa de Sirius porque estaba nervioso pero Feliz muy feliz. Por supuesto que Remus había viajado desde Francia para estar presente en su boda.
Molly estaba feliz al igual que todos los Wesley, solo que en especial ella ya ansiaba que su yerno los ayudara aun más. Fue una agradable sorpresa cuando Arthur le dijo de su inversión en la empresa, aunque no le pareció esa tonta clausula donde estipulaba que la empresa seria manejada por una persona de confianza de Harry, ya que Arthur tenía que descansar.
Todos estaban preparándose y muy felices para la gran boda de Ginny y Harry.
- Señor se ha escapado un interno- dijo un muchacho de apenas 20 años
- como... Pero eso es imposible- dijo el oficial encargado
- pues este hombre se escapo... Logro burlar a todos los guardias- dijo el muchacho
- búsquenlo- dijo el oficial
- ya lo hemos buscado por todo el perímetro y no lo encontramos por ningún lado- dijo el muchacho
- entonces voy a dar aviso que es un prófugo de la justicia- dijo el oficial
Faltaba solo una hora para el gran momento. La ceremonia se celebraría en los jardines de la mansión Wesley. Las mesas redondas se encontraban cubiertas por largos manteles blancos y al centro arreglos florales preciosos todo era lindo de ensueño. Pero no para Ginny por que no se casaba por amor.
- lista Ginny- dijo Hermione entrando a la recamara de la misma
- no. No estoy lista- contesto Ginny con lágrimas en los ojos
- que te hace falta. Te ayudo a ponerte el vestido- dijo Hermione
- no quiero casarme- dijo Ginny
- queeeee. No Ginny no puedes hacerle esto a Harry- dijo Hermione
- lo siento. Pero no puedo- dijo Ginny
- Ginny. Te dije que era pronto para esta boda- dijo Hermione- Y ahora... Pobre Harry
- de verdad no quise hacerle daño... Yo- dijo Ginny
- tú eres egoísta. No conforme con mentirle y casarte con el aprovechándote de su amor lo vas a dejar plantado. No es justo Ginny- dijo Hermione
