El era paz,
ella guerra,
el era amor,
ella era odio,
el era sencillez,
ella era pasión.Al compás del piano de cola,
recordaba ella,
esos momentos de armonía
que los dos compartían.Recuerdos rondaban
por la mente de aquella golondrina,
que tocaba el instrumento
como madre que acaricia a su hijo,
como muchacho que llora desolado.No sabia porque,
pero seguía latiendo,
con miedo, con valentía.
No lo comprendía,
pero tenia una corazonada,
volverían a verse.Por su parte, él,
el nemoptérido creía
que el mundo,
se le había caído encima.Gritaba, lloraba,
estaba atrapado en una cárcel mental.
Entre cuatro paredes
tintadas de lágrimas,
cada una por cada recuerdo de ella.Su sonrisa,
su mirada,
su tacto.
No lograba comprender
el porque de la ruptura,
de aquella desunión tan inhóspita.Y es que era el echo
de no querer dañarse,
el hecho de querer dejarse florecer,
se extrañaban.Al igual que pez necesita mar.
Al igual que la guerra conlleva a la muerte y el sufrimiento.
Igual que uno se necesita al otro,
la golondrina necesitaba sustento,
y el nemoptérido era la presa.Se acabo la historia,
de aquel daño irremediable
de aquella golondrina,
hacia aquel pequeño insecto,
de mente insana.
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En cuerpo y alma
Poetry"Es sincero el dolor del que llora en secreto." - Marco Valerio Marcial.